Hello! (a lo Bill
Kaulitz) xD. Ya sé viene
el nuevo CD y el comeback y...y *llora emocionada* Bueno aquí el segundo
especial. Por ahora no es rosas y colores la personalidad de Youngwoong como
vampiro de clase es jodida. Yunho la va a tener verdes xD. Ya se las apañará...créanme lo hará. Ya tengo el último
especial escrito (morirán) peor no puedo subirlo lógicamente porque tengo que
hacer los del medio primero xD. Comente bonito *O*
E special 2.
¿Alguna vez has sentido que tu vida
no tiene sentido? ¿Qué sea la razón por la que naciste en este mundo bajo este
cuerpo, bajo este contexto no ha debido estar definida ni para el mismísimo
creador?
Yunho lo había sentido. Quizás muchas
veces de las que habría querido.
Por esa razón. Cuando cruzó miradas con
el ser de los ojos dorados, escuchó a una pequeña vocecita en su interior
gritar...he ahí tu razón.
Las piernas se le doblaron. El cuerpo
le tembló de arriba abajo. Y la pose defensiva se le fue al carajo. Aun cuando
supo que muy probablemente aquella criatura le haría daño...él simplemente se
entregó a sus brazos.
Youngwoong torció el gesto.
El aire lo asfixiaba. Su aire lo
asfixiaba.
Las potentes corrientes de viento le
atragantaban con su delicioso aroma y le hacían perder la paciencia. En cualquier
otra ocasión no se la hubiera pensado dos veces para obedecer sus impulsos y
devorar cada mililitro de sangre de aquel moreno. Pero Youngwoong nunca había
sido tan simple.
Siempre buscaba el porqué de las cosas.
Y el mejor beneficio de las mismas. Así que ahí estaba, con las fauces tan
secas debido a la sed, con su presa prácticamente entregándose a sus brazos y él
filosofando del porque del exquisito humor de aquel muchacho llamado Yunho.
“Dame una buena razón para no
quitarte la vida,” le dijo entre siseos.
Cansado de deshacerse la cabeza
pensando en razones que no vendrían solo porque sí.
Yunho no supo que responder, sus
labios se abrieron un par de veces antes de dejar salir un, “¿por qué no...?”
Y las garras que tenían sostenido su
cuerpo. Lo soltaron.
Un par de ojos amatistas le miraron
con brillante curiosidad antes de torcer el gesto nuevamente y decirle, “es el
más ridículo argumento que alguien jamás me ha vendido,” y las comisuras de sus
labios se curvaron en una especie de sonrisa arrogante.
“Pues ridícula o no te ha convencido,”
contestó el humano.
Yunho no era exactamente un sometido.
Aunque debía admitir que le costaba errores hablarle de igual a igual, cuando
por dentro estaba teniendo un conflicto existencial. El vampiro dio un par de pasos
rápidos. Con una agilidad grácil que le transportó en un parpadeo a centímetros
del cuerpo del humano.
“¿Yunho, verdad?” le preguntó con
altanería. Alzando el dedo índice para hincarlo sobre el pecho del contrario
como si preguntara por la identidad del cuerpo, mas no de la persona.
El moreno no supo exactamente de
dónde sacó la voluntad para modular las palabras teniendo a la mismísima
perfección tan cerca, “sí...”
“No te aconsejo que saques
conclusiones tan pronto, soy bastante quisquilloso ¿sabes?” le sonrió.
Pronto un humo negro se abrió desde
el piso, y Yunho se halló asimismo cayendo en picada al vacío. Intentó
sostenerse de algo, más que dispuesto a pegar unos cuantos gritos al sentir
toda la adrenalina prácticamente en su cuello. Cuando sintió los fuertes brazos
de la criatura sostenerlo y guiarlo a través de la oscuridad.
“No te sientas como en casa,” la voz
aterciopelada de su acompañante sonó mientras todo comenzaba a tomar forma
nuevamente. Quería vomitar.
“Esto será más como tu infierno
personal...así que debo recordarte que estando rodeado de fuego...no deberías
pulular demasiado.”
Las arcadas le convulsionaron el
cuerpo una tras otra. El vampiro se dio cuenta y entonces su voz asqueada sonó
autoritaria, “entre mis capacidades no se incluye la limpieza, mi olfato tiene
un rango sensitivo mucho más alto del que te imaginas así que tus fluidos no
son bienvenidos aquí ¿entiendes? una sola gota y te rompo el cuello.”
Yunho no pudo escuchar o ver nada. Su
cuerpo se desvaneció en el acto y antes que su cabeza diera de lleno contra el
piso sintió el gélido tacto de la criatura evitarlo.
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Recuperó el conocimiento en la
oscuridad de una habitación. Recostado en una superficie acolchonada, que quiso
creer era una cama. Y cuando puso un pie en el rudimentario piso de manera.
Una voz conocida habló en su cabeza,
“he salido a alimentarme...no intentaría escapar si fuera tú.”
Yunho se tumbó de nuevo. Pensando
seriamente en sus posibilidades. Había visto con sus propios ojos lo que la
criatura podía hacer. Había asesinado a todos sus compañeros en cuestión de
minutos. Estaba claro que no tenía oportunidad alguna. Y por encima de eso,
parecía haber un algo dentro de sí mismo que lo atraía. Yunho sintió una
satisfacción profunda con esto último.
Ni siquiera me sé su nombre – se quejó en su mente.
Escuchó un bufido. Casi como una
burla silente, como respuesta en mi cabeza.
“¿Pu-puedes leerme la mente?”
preguntó en voz alta.
“Creo que ya había dejado en claro
eso...”
El humano pegó un brinco. Por su
cabeza desfilaron todas aquellas cosas que había pensado desde que se habían
¿conocido? horas atrás ¡esperen! ¿Cuánto tiempo exacto había estado
inconsciente?
“Unas 12 horas humanas,” le informó
la voz del vampiro.
Las mejillas de Yunho se tronaron
rojizas.
“Esto es curioso,” habló Youngwoong
de nuevo.
Yunho escuchó un grito femenino de
fondo. Y trató de ignorarlo.
“¿Qué es lo curioso?” le preguntó aún
hablando en voz alta
“Eres mi cena, me has visto asesinar
a tus ¿camaradas? me he comido a un par de ellos, creo que tienes una perfecta
idea de la clase monstro que soy y lo único en lo que piensas es en que ¿soy
atractivo?”
Yunho permaneció callado
concentrándose en pensar algo que no fuera a avergonzarlo incluso más.
Desgraciadamente no funcionó.
“Youngwoong,” el vampiro le dijo
luego de un rato.
“¿Qué?”
“Ese es mi nombre”
Se sentía bastante estúpido
emocionarse sabiendo su nombre. Pero era algo que no podía evitar y la tanda de
pensamientos afloraba de nuevo. E intentó hacerlos un lado mientras respondía, “Jung
Yunho, mucho gusto”
El silencio se abrió paso de nuevo.
Una risa le nubló los sentidos, “¿es
en serio?” la risa se continuó.
“No quiero darte razones para comerme
es todo,” Yunho le dijo.
“Pues no vas por buen camino... ¡ah
mierda!”
“¿Qué pasó?”
Pero esta vez no recibió respuesta.
Yunho se dejó cobijar por las pieles después de esperar ansiosamente por alguna
respuesta por 20 minutos. Y nuevamente se quedó dormido.
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Yunho se preguntó seriamente si cada
despertar sería considerablemente peor que el anterior. La habitación estaba a
oscuras de nuevo. Y ni siquiera hubiera notado a Youngwoong de no ser por los
ojos dorados que brillaban como los de un búho y hasta iluminaban de cierta
manera el recinto.
“¿Youngwoong?” lo llamó.
Recibió un gruñido en respuesta. ¡Dios!
Hacía frío, mucho frío. Y aunque el moreno supuso que la criatura no debía
poseer las mismas necesidades biológicas que él, no pudo evitar coger una de
las pieles y caminar cautelosamente hacia él.
“¿Tienes frío?” le preguntó en un
susurro cuando se halló a sí mismo a tan solo unos pasos del cuerpo del
vampiro.
“Vuelve a dormir,” fue lo único que
recibió en respuesta.
Pero el moreno lo ignoró. Tenía esa
rara sensación de que algo no andaba precisamente bien. Y tratando de tragarse
el miedo se arrodilló y arropó el cuerpo gélido de Youngwoong entre la piel.
Youngwoong sólo le observó en total
silencio.
El aliento del humano le golpeó con
suavidad el hombro mientras éste lo iba envolviendo con la piel. Y su aroma
exquisito se le difundió por cada por.
Una sola mordida – pensó – solo una – pero sabía
perfectamente que con una no le bastaría.
Sus puños se cerraron con fuerza.
Mientras notaba como el moreno volvía a ponerse en pie, satisfecho.
Hasta que...
“Argh...” le oyó quejarse, “¿esto
es...?”
“Sangre...” le cercioró el vampiro
“¿Tú sangre?” pregunto Yunho con
miedo
Pero no recibió respuesta.
“¿Estás herido?”
No hubo respuesta, de nuevo. Y
empezaba a cabrearse.
“Déjame ver, puedo ayudarte yo...sé
como curar heridas,” le soltó al borde del pánico.
Y olvidando que a quién tenía
enfrente era una potencial máquina asesina de su especie. Lo tomó del brazo en
un intento por ponerlo en pie y conducirlo a algún sitio en el que se filtrara
la luz y así poder examinar sus heridas ¿Dónde conseguiría vendas o un
antiséptico?
Pero no hizo ninguno no lo otro. Porque
en el momento en que le tomó del brazo fue Youngwoong más bien quien tiró de él
y lo hizo caer sobre su regazo.
“Yunho,” le llamó con la voz un tanto
hastiada, “soy un vampiro...me curo rápido ¿está bien?”
Los ojos dorados lo observaron de
cerca.
Yunho sintió su pulso acelerarse.
Su músculos tensarse.
La sangre agolparse en sus mejillas.
Y tuvo que recurrir a todo el poder
de sensatez que poseía para asentir con la cabeza mientras soltaba un débil, “está
bien...”
Youngwoong no pudo reprimirse
tampoco, se inclinó lo suficiente para besar muy suavemente el cuello albo del
humano y dejar su húmeda lengua trazar un línea desde su clavícula hasta la
base de su oreja.
Yunho se estremeció.
Dejó escapar un suspiro. Y de un
momento a otro se sintió bajo el cuerpo de Youngwoong y sobre la cama
improvisada ¿Cómo había llegado? Era algo que no pareció importarle...sobre
todo porque sintió ese par de labios acariciando los suyos.
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Espero haya gustado. A mí huir.