Descafeinado

sábado, 31 de diciembre de 2011
Sí, drabbles es lo único que mi mentecita puede por ahora producir xD. Hace un huevo que no escribía algo yoosu por dios! Mis intentos de algo NC-17 supongo xD


Authot: Kimmy_lin
Pairing: YooSu
Warnigns: Random
Lenght: One-shot
Words: 639


Estaba nervioso.

Muy nervioso.

Por dios que tenía que hacer algo o la ansiedad lo llevaría a darse de madres contra la mesilla del living mientras oía los pasos del pelinegro en la cocina prepararle el descafeinado que le había ofrecido. Sí un café, una burda excusa para llevárselo a su depa y ¿por qué no? intercambiar más que palabras.

Aunque una parte de su cerebro aún intentaba convencerlo de que lujuria no era lo único que había despertado en ese muchacho ¡Pero es que lo del café era todo un clásico!

Apretó sus muslos con sus palmas.

No era como si no lo deseara pero...

El pelinegro llegó con dos tazas en una bandeja y una sonrisa de oreja a oreja.

Pero ese muchacho le gustaba.

Le ofreció una y se dejó caer a su costado. Junsu se tensó aún más, soplando torpemente mientras le rogaba a Dios que el vapor que se levantaba fuera el suficiente para ocultar sus mejillas rosadas.

La mano derecha del muchacho, que resultó teniendo por nombre Yoochun, tanteaba su muslo de tanto en tanto conforme conversaban de las trivialidades de sus “día a día”.

La izquierda, acomodaba sus cabellos ondeados hacia un costado, desprendiendo un algo que excitaba su olfato con lavanda y elevaba su temperatura corpórea.

Era curioso como las palabras del susodicho entraban por sus oídos y flotaban en su mente vacía en vez de ser procesadas, y es que en lo único en lo que Junsu podía pensar era en la tonalidad tan sensual que esa voz profería, en lo profundos que eran sus ojos negros y lo apetecibles que esos labios lucían.

Kim había dejado de controlar sus manos hace rato. Estas viajaban de su propia rodilla hasta el mueble en el que estaban sentados luego al reposabrazos, después hacia detrás de sus oídos, golpeaba su frente con la yema de sus dedos o rascaba su barbilla compulsivamente.

Por el contrario Yoochun aparentaba total calma, mantenía la línea de conversación, sonreía y por sobre todas las cosas procuraba ir lo suficientemente despacio para no asustarlo.

Pero hombre, vaya que le estaba costando.

Viendo esa piel nívea agolparse de sangre ante sus “inocentes” toques. Las ganas de abalanzarse contra el rubio se multiplicaban unas 5 mil o 6 mil veces.

Y lo peor de todo es que el muchacho a su costado era del todo inconsciente.

A Yoochun nunca le habían gustado los de su tipo. Los que necesitan de compromisos antes de dar si quiera un paso. Y viven sus días de telenovela en paz y armonía con el mundo. Él era más de los de encuentros casuales y cero compromisos.

Pero Junsu era una excepción, una tímida, agradable y encantadora excepción. Que quizás sería lo suficiente buena para animarse a ir por ella. A arriesgar su libertad por ella.

Kim rió ante su último comentario, mientras dejaba su tasa vacía sobre la mesita de la sala y le hablaba un poco más en confianza.

El pelinegro observó en silencio sus gestos, sus manos blancas moverse en el aire mientras ejemplificaba lo que le contaba, sus ojitos marrones brillar juguetones, y sus labios rosados abrirse y cerrarse vocalizando las palabras.

Yoochun sonrió para sus adentros y luego le avisó de la mancha de café alrededor de sus labios, quiso limpiarla él mismo pero no creía que el nervioso chico pudiera soportar tanto.

Saberse objeto de deseo siempre había alimentado su gran ego pero era la primera vez que era recíprocamente intenso.

Como pensó las mejillas del menor se tiñeron al rojo puro mientras elevaba una mano a la altura de sus labios y los contorneara con sus dedos buscando los residuos del líquido.

Y de paso obligara al otro muchacho a pasar su saliva de un porrazo.

- ¿Junsu?

- ¿Sí?

- ¿Quieres que te enseñe mi cuarto?

Sí aparentemente esa mañana compartirían más que palabras...

The Flue

sábado, 3 de diciembre de 2011


TITLE: I’m sorry I love u
CHAPTER: Six
PAIRING: Yoosu, YunJae, JaeChun
RATING: PG-15
WARNINGS: Fight, Angst, Incest, Shonen-ai
DISCLAIMER: No lucro




YOOCHUN


Los primeros atisbos de claridad me habían obligado a despertar situación bastante insólita cuando recordaba la estratégica ausencia de ventanas en mi pieza...Bostezé con pereza mientras me iba separando de mis sábanas, por alguna extraña razón tenía impregnado un aroma peculiar en mis fosas nasales uno muy ajeno al mío y bastante parecido al...

Abrí los ojos de golpe al toparme con cuatro paredes perladas que en definitiva "no" eran las mías ¿Qué demonios estaba pasa...?

Le hallé a mi costado abrazando ligeramente su almohada mientras dormía inconciente a mi total desconcierto...vale...

¿Qué carajos se suponía que aquello significaba? Terminé de incorporarme tratando de no moverle ni un poco si se despertaba tendría que toparme con esos molestos ojos marrones nuevamente...


"En realidad soy tan molesto"


Y una mierda solo tenía que largarme de ahí y continuar mi magnifica vida sin ningún problema adicional a los que ya de por sí poseía, después de todo no había pasado nada ¿cierto? Ambos estábamos vestidos y...¿Porqué carajos no recordaba ni...?

Le vi moverse mientras balbuceaba una que otra incoherencia para volver a quedarse dormido...la sangre empezaba a presionarme las venas con fuerza, tenía que ordenar mis ideas.

A ver después de mi buena acción del día había recogido los trastos y luego...luego simplemente había caído rendido sobre mi colchón no sobre el suyo ni mucho menos con él dentro...joder no entendía absolutamente nada...

Su celular comenzó a sonar y en la prisa por detener el maldito ruido contesté la llamada


- Junsu...ah - era Jae ¿Porqué tenía que ser él?...mierda


Tapé el auricular con una mano y luego de un paso alto y dos zancadas estuve fuera de su habitación con tan solo una pantufla y un mareo terrible. Si respondía Jae no iba a quedarse muy calladito que digamos, si le colgaba timbraría sin cansancio por las siguientes horas y si lo apagaba sabe Dios que sería capaz de hacer ese cabrón al respecto...


- JaeJoong - susurré bajito en la espera de algo que pudiera interceptar la llamada de haber decidido lo correcto

- ¿Yoo...Chunnnie? - preguntó contrariado al notar la falta de tonos agudos en lo que escuchaba

- ¿Qué pasa? - le pregunté dejando ir el aire de mis pulmones con cansancio

- ¿Qué haces con el móvil de Junsu? - preguntó luego de pensarselo

- Emm nada...lo había dejado en la mesa y ya estaba harto del timbrecito - mentí esperando el desvío del tema pero...

- Pero si e timbrado una vez - mierda había olvidado que era mi soulmate con quién estaba tratando

- Ahh - callé unos instantes - que raro... - estaba claro que la había regado

- Vale YooChun ambo sabemos que Junsu no deja sus cosas tiradas cuando sabe que es con un ogro con quién convive ahora si fueras tan amable de decirme la verdad

- Qué no has oído tus mensajes - le corté tratando de captar su atención

- ¿Cuáles mensajes? - bingo...ahora solo tenía que añadirle el tono de voz adecuado

- A estado teniendo pesadillas y como que no a estado descansando lo que debería y te había estado llamando para que pudieras tranquilizarlo - dije pausadamente mientras me sentaba sobre el sillón principal de la sala


Luna...
Lágrimas...
Sus latidos, mis latidos...



"¿Puedes escucharlo? Quieren que le devuelvas a su hermano"


El móvil se me escurrió de las manos


- ¿Y entonces? - logré escucharle preguntar del otro lado mientras me agachaba para recogerlo

- Creo que ya se le a pasado - repondí con voz queda - voy a colgar

- Pe... - di la llamada por finalizada


Deposité el pequeño móvil sobre la mesilla del centro en completo silencio ¿Porqué había hecho eso? Vale ahora ya no tendría que preocuparme por mis horarios de sueño entonces ¿Porqué sentía como si hubiese hecho algo incorrecto? El móvil volvió a sonar.


- Deja de joder ¿quieres? - le dije antes de volver a colgarle al identificar su nombre en la pantalla


Me iba a ganar una buena semana de quejas pero necesitaba de sus estupideces en esos momentos...okey mejor me iba a por una ducha y dejaba en paz a mi atareado cerebro.







JUNSU


"Quieren que le devuelvas a su hermano"

Habían bastado de esas 7 palabras para devolverme la tranquilidad que mi cuerpo tanto necesitaba para despertar en mí un algo al cual no pude dar nombre, el mismo que le había mantenido en mi cabeza sin descanso desde aquel día.


- ¿Estás seguro? - me preguntó Min con decepción

- Sí tranquilo ve que sin ti, tu gente ebria no puede empezar a divertirse - le dije saludando a SungMin y KyuHun a lo lejos quienes se concebían como mis únicos conocidos de ese no tan reducido grupo, bueno había cruzado palabras un par de veces con ellos gracias a ChangMin


Él era realmente sorprendente a pesar de sus grandes habilidades aprehensivas era bastante sociable "Pueden serte de utilidad algun día" me había dicho una vez recibiendo un buen golpe en la cabeza de mi parte.

Ese día habían quedado en ir por unas copas para festejar que la gravedad los mantuviera fijos al piso y aunque había sido incluido entre el montón de beodos rechacé la invitación por dos razones muchas caras desconocidas y mi alta susceptibilidad hacia el alcohol.


- Vale pero tomas taxi de aquí

- Estaré bien - le indiqué me miró con un puchero pensándoselo dos veces...era tan buen amigo

- No sé... - me dijo - deja que te acompañe al metro

- ¿Y tus amigos? ¿No van a estar esperándote o sí? - le pregunté sonriendo al numeroso grupo del otro lado de la calle


Volteó a verlos mientras suspiraba derrotado, la KyuMin le devolvió el gesto con un par de sonrisitas quedas...


- Puedo decirles que los veo allá - sugirió con una sonrisa


Desde esa vez siempre me acompañaba a casa a pesar de que tuviera que tomar el metro dos veces aún en contra de mis negativas, así que después de todo su presencia en el camino a casa se había vuelto parte de mi rutina diaria.


- No, escucha estaré bien te llamo cuando ya este dentro del metro ¿vale?

- Vale - me dijo con un puchero

- ¿Abrazo? - le pregunté con inocencia tal y como él detestaba

- Vete de una vez - dijo empujandome ligeramente hacia delante - Y junsu - volteé a verle - trata de no hablar con extraños

- No soy un niño - chillé indignado

- No lo decía por eso, sino por tu reputación ya sabes es "excuse me" no "esquiuzz míííí" ¿vale? - dijo haciendo estallar en carcajadas a todos

- Vale vale - acepté riéndome al igual ya me vengaría otro día


Esperé a que se perdieran de vista para emprender mi marcha a casa. A cada paso que daba me arrepentía un poquito más sobretodo cuando recordaba el enorme trabajo que me consumiría por las siguiente semanas, necesitaba hablar con Jae-hyung para poder quitarme el peso de encima ¿Qué estaría haciendo? ¿Ya habría arreglado las cosas con ese amigo de infancia del cuál me había comentado?

Me ubiqué en el único asiento libre con agilidad ni bien las puertas del metro se abrieron llevándome el odio puro de un par de adolescentes sobre el mismo atiné a desviar la mirada antes de que se decidieran por hacerme algún daño preferentemente físico que emocional...


"Quieren que le devuelvas a su hermano"


¿Qué estaría haciendo él en estos momentos? Suspiré mientras dejaba caer mi morral sobre mis piernas mejor me apresuraba y llamaba a Min de una vez por todas.





YOOCHUN


El trabajo se había vuelto en simples palabras una mierda...

Los publicistas de Star City habían elegido a cinco modelos para participar en la nueva temporada de invierno y entre la grabacion de los comerciales las fotos para los catálogos y las gigantografías promocionales mis huesos iban haciendose polvo...

Ya no gozaba de tiempo ni para un capuccino o uno que otro encerrón desestresante con alguna de esas newyorkinas esbeltas. Ni siquiera para hablar con mi soulmate quien por cierto no paraba de repetirme lo mucho que - a su parecer- realmente quería a Park Junsu.

No podía ni recordar cuantas veces ya le había colgado el móvil y el continuaba con lo mismo...joder.

Uno de los encargados de vestido se encargó de avisarme el fin de turno había sonreido tanto que mis risorios parecían haberse estirado.


- No olvide mañana a las 8 temprano señor Park - me recordó el director desde su butaca sin mirarme

- Muchas gracias - dije haciendo una pequeña reverencia para luego dirigirme a zancadas hacia afuera


El aire gélido golpeo mi pecho aún por encima del abrigo que llevaba parecía que cada día se volvía aún más gelido que el anterior apreté el abrigo un poco más a mi cuerpo mientras daba los pasos restantes para entrar a mi auto.

Mi celular comenzó a sonar y decidí ignorarlo de seguro era Jae y sus estupideces nuevamente...una...dos...tres...

Joder...


- ¿Qué quieres? - pregunté no sabía porque había terminado contestándole pero apretar el botón de finalizado me vendría bastante bien en esos momentos

- !Aish! Qué manera de...

- Estás a dos segundos de ser colgado - le corté

- Vale lo siento... - se quedó en silencio

- ¿Qué a pasado? - le pregunté casi podía visualizarlo cabizbajo a mi lado...

- No...no sé Chunnie no sé si debería seguir...él es...- apenas susurraba

- Vale primero deja ir toda esa estupidez y comienza de nuevo - le animé mientras reducía un poco la velocidad para prestarle más atención

- ... - se mantuvo en silencio - él me a dicho que...es que soy un idiota - dijo derrotado y por el tono de voz supe que estaba bastante mal

- Trata de calmarte ¿vale? Lo de idiota no es algo nuevo ¿o sí? - bromeé en un intento por devolverle la sonrisa que sabía no estaba presente sobre sus labios

- Me corrijo tú eres el idiota - me dijo renegando - supongo que falta poco para que esté de vuelta - me dijo suspirando un poco más animado

- ¿Qué? ¿Jae? - el sonido de ausente resonó en mis oídos


Tiré el móvil al asiento contiguo...entre ambos iban a terminar volviéndome loco







JUNSU

Tal y como había predicho la asignación no me permitía ni comer en paz, la fecha de entrega se hacía cada vez más cercana y mi nerviosismo no me ayudaba ¿Cuántas noches en vela ya llevaba?

Un nuevo mensaje me llegó al móvil


Eh hablado con YooChun accedió
a llevarte la cena ¡Estudia mucho!
Hwaiting ^^


Sonreí, en lo que llevaba de la semana no había podido conversar con mi hyung ya que aquel maldito lío de informacion me tenía atado a mi laptop y mi paranoia me impedía despegarme de la portatil hasta para ir al baño.

Masajeé mis sienes con cansancio 10 hojas más y daría mi martirio por finalizado...los párpados se me cerraban. Mejor me tomaba un decanso aún me quedaban 14 horas para la entrega del trabajo. Y sino me tomaba un pequeñísimo descanso iba a terminar sin cerebro.

Me recosté sobre mi cama y al instante noté como mi cuerpo se tornaba liviano, cálido, completamente a gusto...quizás demasiado para mantenerme conciente...no podía dormirme...no debía dormirme...yo...


ZzzzZZzzZzzzZZzzZzzz...


- Joder.... - una voz distorsionada y lejana empezaba a despertarme ¡¿Despertarme?!




Abrí los ojos de golpe...




- ¿YooChun? - le llamé él se mantuvo quieto observándome y mi cerebro aún no lograba ubicarme espacio-temporalmente


- He traído la cena - me dijo al rato dejando una bolsa de comida al costado


- Ah sí...vale gracias - okay tenía que tranquilizarme, pensar claro y terminar el trabajo ¿Cuánto había dormido?


- Son las 12:30 - me dijo - pareces querer saberlo...buenas noches




Con esas palabras había cerrado la puerta tras de sí, desapareciendo de mi vista por completo, observé la bolsa de comida a un costado y no pude evitar formar una sonrisa en mis labios, la atraje con la mano derecha para consumir el contenido. Había olvidado lo hambriento que me encontraba hasta que me llevé el primer pedazo de pizza a los labios.


A pesar de no haber podido entablar una conversación lo suficientemente fluida con él -como siempre - su sólo acto me había dejado feliz. En realidad desde aquella vez nada había sido lo mismo.


Ya que supongo yo le miraba de una forma diferente quizás era aquella la razón por la cual cuando le tenía cerca me recorría ese algo desconocido.


Era amor...el amor filial que había esperado sentir desde que había sido conciente de su existencia.


Yo...le quería como el pelinegro borde que era, como mi hermano, como Park YooChun porque a pesar de todo me había dejado ver trazos del verdadero y ese...ese me simpatizaba mucho.




"Gracias...buenas noches" Le envié un mensaje




Terminé lo que quedaba de soda mientras abría el archivo que tanto esfuerzo me estaba costando... Me estiré de brazos ahora más relajado ¡Xiah Junsu Hwaiting!






YOOCHUN

El invierno había pasado de mi estación favorita a la más repudiada en cuestión de días...por eso detestaba el timpo libre cuando no dormía por el puñado de recuerdos que me traía porque no le tenía cerca y sin su calor los días libres de invierno se habían convertido en horas frente al televisor con un rubio autista encerrado en su habitación sin dar señal de vida.

Sobretodo cuando el asunto de las llamadas telefónicas no funcionaban tanto no cuando sólo era su voz la que se reproducía y mis ansias de calor quedaban vacías.

Ya casi ni recordaba esa tranquilidad que su tacto me producía ¿Cuanto había pasado?

En realidad le extrañaba...más de que había pensado...

Decidí levantarme de una vez por todas, la cabeza me dolía demasiado como para intentar conciliar el sueño nuevamente la pereza me embargaba y el hambre mucho más, tenía que incorporarme de una maldita vez...


Deséale suerte a JunSu de mi parte
JaeJoong



Desordené mis cabellos con cansancio, era un idiota uno con el que había compartido mucho y al que quería de regreso.


"Supongo que falta poco para que esté de vuelta"


Esa frase había sido la responsable de que volviera a pensarle tanto como lo había hecho en los primeros días...suspiré solo él podía bajonearme tanto...comencé a reír divertido por mi estupidez, a pesar de todo seguía tan sólo como antes de conocerlo.

Que más se suponía que esperaba si le conocía desde secundaria, era mi otra mitad del alma no podían mantenernos separados por tanto tiempo.

Sin él...sólo lo quería de vuelta...

Encendí la televisión dejandome caer sobre el sofa del centro cuando un paquete de hojas calló al piso, paquete que identifiqué al instante y me sorprendió al verlo sin su receloso dueño ¿Acaso la entrega del trabajo ese no era hoy?

Hice el intento de llamar a Jae pero - como siempre cuando de Junsu se trataba - no me contestó el puto celular, miré de reojo el reloj de pared todavía era temprano ¿Porqué lo habría dejado? Si toda las semana había estado...a menos que lo hubiera olvidado.

¡No! Ese no era mi problema. Él ya estaba lo suficientemente grande para velar por sus propias responsabilidades. Yo no tenía ni el mínimo porqué de llevarle el trabajo que se había amanecido haciendo por semanas.

Dejé el montón de hojas sobre la mesilla del centro para luego tomar el control remoto y encender la TV.

En definitiva ese no era mi problema...







JUNSU

Estaba al borde del llanto faltaban menos de media hora para el inicio de la clase y no ubicaba mi asignación por ninguna parte, ni siquiera lo había sacado en el metro por temor a arruinarlo - esta vez YooChun había estado lo suficientemente inconciente para tratar de despertarlo y realmente lo había preferido así - entonces solo quedaba una opción o lo había dejado en casa -cosa practicamente imposible porque yo si lo había metido en mi bolso - o lo había olvidado en alguna de las aulas de clase que ya había tenido.

Quise pedirle a ChangMin que me ayudara en la busqueda pero su exposición se había adelantado para antes de almuerzo y yo simplemnte no podía hacerle eso, así que tuve que apañarmelas por mí mismo y regresar mis pasos para caer en cuenta que no había obtenido nada.

Entonces...¿Lo había dejado en casa? Era la única alternativa miré mi reloj de pulsera con miedo para admirar con terror que ya faltaban menos de 15 minutos para mi exposición y no podría hacer la ida vuelta a tiempo aún en taxi.


- ¿Porqué esa cara? - me preguntó ChangMin senta´ndose a mi lado con su bandeja de almuerzo en sus manos

- ¿Ya terminaste tu exposición? - pregunté, asintió con la cabeza ya que su boca estaba colmada de arroz

- No - iba a llorar de la impotencia - yo e per...

- Ah por cierto toma - me dijo antes de poner mi asignación sobre la mesa

- ChangMinnah - susurré sin creerlo

- ¿Qué? - me dijo aún con la boca llena la sonrisa comenzaba a apoderarse de mi rostro

- Te amo...te amo...te amo - empecé a repetir con euforia ocasionando que se atorase

- ¿Pero que carajos dices? - me preguntó entre sonrojado e incómodo tratando de alejarse del abrazo con el cual quería envolverlo

- ¡Gracias por encontrarlo eres...ERES EL MEJOR! - grité nuevamente atrayendo la atención de todos en la cafetería

- Espera yo no.... - no terminé de escucharle tenía que repasar mi exposición en el poco tiempo que quedaba


La euforia recorriendo mis venas me ayudó a despojarme de cada gramo de nerviosismo en mi cuerpo obteniendo la calificación perfecta que tanto había ansiado.


¡Obtuve una calificación perfecta! *o*


Le envié el mensaje a Jae aun viendo con una sonrisa el significado de mis palabras sobre la pantalla.







YOOCHUN

Ese día había decidido mantenerme en cama me sentía algo extraño y en excesivo cansado sin embargo mi manager había llegado sorpresivamente para anunciarme un nuevo contrato que me había conseguido para no sé que revista y lo mucho que me convendría asistir a una fiesta de la compañía esa misma noche en la cual la presencia del presidente estaba más que asegurada.

No necesité de mucho tiempo para asentir aprobatoriamente y resignarme a seguirle los pasos hasta la entrada.


- Tienes que estar allá a eso de las 7:00 p.m.¿vale? - me dijo seriamente apuntándolo en mi agenda electrónica

- Vale - respondí automáticamente

- Por cierto ¿Quién es ese rubio con el que convives? - preguntó aún en el umbral

- Un amigo de Jae - mentí como acto reflejo


- Jae...ese idiota ¿Cuándo irá a dignarse a regresar? - preguntó al aire en un suspiro

- Yo me pregunto lo mismo - susurré un poco cansado y agradecido por el cambio de tema

- Adiós - se despidió con una sonrisa

- Achiss - estornudé fuertemente

- Mejor entras y te abrigas que no quiero verte resfriado - me dijo paternalmente dándome unas cuantas palmaditas en la espalda

- Vale - respondí cerrando la puerta al entrar


Mierda...estornudé de nuevo, más valía que me abrigara y me bebiera una buena tasa de café caliente sino quería resfriarme verdaderamente. Odiaba tener que estar atado a una caja de tissues y no iba a agarrarle el gusto en esos momentos.

Juraba odiarle con toda mi alma si esto empeoraba...sabía que no debía haberlo hecho...


Estornudé de vuelta tirándome por poco el té encima, eso era inadmisible alargué mi mano hasta coger el rollo de PH al extremo de la mesa de cocina, le odiaba....realmente le odiaba.






JUNSU

Las horas de relajo entre clase y clase se habían vuelto infinitas, las pocas personas que asistían a la universidad tenían como único fin corretear a los profes en busca de un punto de gracia era increíble la desesperación que les albergaaba y como los profes los denigraban.

Ese miércoles nos iban a dar la gran parte de las notas y no quise verlas en internet porque era un ".... dramático" como me había tildado mi querido Min quién sólo para reírse de mis expresiones había accedido de volver a pisar la universidad, ya que oficialmente desde ese día salíamos en vacaciones.


- Te dije que aprobarías todos - me decía riendo ante mi expresión de autorealizacion inminente

- Lo sé y no puedo creerlo - se largó a reir al escucharme

- Te parece si vamos por algo de comer...me muero del hambre - dijo logrando mis risas...él siempre tenía hambre

- Vale, yo invito - dije, estaba lo suficiente feliz para aceptar quedarme en la ruina con Min y su gran estómago

- Bien - dijo feliz

- Sólo porque me salvaste de una buena, en serio gracias por encontrar mi asignación - si no hubiera sido por eso seguramente jalaba, en serio le debía la vida, ahora en todo sentido...

- Puff ya te he dicho que fue YooChun quien lo trajo y... - ¿Yoo...?¿YooChun?

- ¿Qué? ¿YooChun? - pregunté sin entender

- Sip se lo entregó a la señorita de administración y como me había llamado para entregarme el carnet de biblioteca que perdí de paso me pidió que te lo entregara

- ¿Porqué me lo dices recién ahora? - le dije enojado

- Pero si te lo dije y tu saliste corriendo en tu mundo - se defendió cruzándo los brazos sobre el pecho

- ¡Aish...¿Dejémoslo para otro día vale? - le dije empezando a correr de nuevo a la acera contraria

- ¡Espera Junsu! - me gritó pero le ignoré relamente me había enojado


¿Porqué carajos nunca decía nada cuando debía? YooChun era un maldito idiota.

No tardé en llegar a casa ya había oscurecido serían cerca de las 8 p.m y no había ni rastro de él. Cosa extraña pues tenía ese día libre o algo así me había comentado Jae en la mañana. Suspiré...existían mil y un formas de decir gracias que no fueran mensajes de texto.

Y ya era hora de decírselo defrente a ver si así lograba abrirle un poco ¡Eramos hermanos maldición! Vale...le haría la cena seguro había ido a darse un paseo por ahí y no tardaría y así podría sacarme el coraje que su silencio me había ocasionado.


08 p.m
Ven a cenar a casa ¿vale?



Le envié un mensaje y como siempre no recibí respuesta, solo quedaba ponerme a cocinar y esperarle. Terminé haciendo un dulce de piña y pollo en trozos con arroz. Me había demorado un poco y lo sabía aún cuando me había apreurado para no hacerle esperar pero él no había aparecido.

Observé el reloj ya eran las 9:30 p.m, decidí esperarle un tantito más de seguro se había entretenido por ahí.


10 p.m
YooChun...la comida se enfriará



De repente estaba acompañado...pero Dios nada le costaba responder. Cubrí los platos con un mantel que encontré en la cocina...le esperaría


11 p.m
Has leído los anteriores mensajes ¿En donde estás?



El sueño empezaba a jugar con mis párpados decidí encender la Tv para mantenerme despierto...le esperaría


12 p.m
YooChun no puedo comunicarme con Jae ¿Estás bien? ¿Porque no coges el celular?



Ya eran las 12 jamás había tardado tanto le marqué al móvil una, dos, tres, cuatro, cinco veces y no me contestaba...estaba empezando a asustarme ¿En donde demonios estaba?


01 a.m
YooChun estoy asustado porfavor responde, una letra basta ¿Estás bien?



Había empezado a caminar por toda la casa timbrándole una y otra vez pero él no me contestaba... realmente estaba preocupado ¿Y si le había pasado algo? Por favor responde ¡YooChun!


02 a.m
YooChun voy a buscarte...no se en donde estés pero porfavor cuidate...



Fui a por mi abrigo no podía seguir ahí conteniendo la angustia a pesar de no tener a quién preguntarle sobre su paradero ¡¿Porqué mierda no me contestaba?! Me apresuré a escribir una nota por si regresaba, las lágrimas resbalaban por mis mejillas, no tenía ni idea de adonde ir pero era mejor que mantenerme ahí sentado sin hacer nada.

Pegué la cinta adesiva sobre la nota dejándola pendiendo de la puerta de su habitación cuando el ruido de la puerta abrirse me alertó...era él





YOOCHUN


Apenas y podía ver entre mis ojos ligeramente entrecerrados por la fiebre no recordaba ni como había logrado salir de la fiesta, no estaba ebrio apenas y había tomado algunas copas era la fiebre, la congestión nasal, la toz descontrolada me derrumbaba. Había sido incapaz de manejar mi auto y había terminado caminando a casa, como todo un genio un idiota.

Y vaya que la distancia había sido considerable eso sumado al fuerte viento que corría... todo era una mierda...

Como pude había encajado la llave no sentía las piernas, las manos, ni nada de mi puto cuerpo estaba muriendo y saber eso me hacía gracia cuando logré porfin correr el seguro pisé dentro tratando de no hacer ruido.

No quería que me viera así, terminaría contándoselo a Jae y odiaba que se preocupara por mí.


- YooChun...ah - esa voz... hice un super esfuerzo por abrir un poco más mis ojos y le vi frente a mí


Lloraba, de esos ojos marrones tan puros caían lágrimas de angustia ¿Por mí? Intenté dar un paso pero todo dió vueltas y de pronto me sentí suspendido en la nada hasta que unos brazos me atraparon a centímetros del suelo.

- Eres un idiota ¿Porque mierda no coges el celular? - gritaba con la voz quebrada por el llanto y yo de pronto sentía la necesidad de callarlo no me gustaba verlo llorar....


Me recostó sobre el mueble


- ¡Estás ardiendo en fiebre! - gritó poniéndo su muñeca sobre mi frente

- Lo siento - dije sin pensarlo dos veces

- Eres un idiota Park YooChun...vas a ponerte bien ¿me escuchaste? - me decía y yo a cada palabra le oía más bajito


Volvió a cargarme en brazos y me llevó hasta mi habitación, no sabía de donde demonios sacaba la fuerza pero estaba tan ido que a duras penas percibia lo que pasaba a mi alrededor.


- Voy a por unos paños con agua...no te duermas ¿vale? - su voz sonaba tierna arrulladora y por primera vez nada irritante


Al rato volvió y se encargó de colocar los pañitos sobre mi cabeza, empezaba a hiperventilar la respiración se me dificultaba y el no parecía muy sereno viéndome en ese estado sin embargo sostenía mi mano entre las suyas acompañándome y mi corazón se sentía tranquilo teniéndole cerca.


"Ya casi ni recordaba esa tranquilidad que su tacto me producía" Era esta suave sutil calma


- Jun...Junsu - alcancé a decir en balbuceos no sabía que decir exactamente sólo dejaba que mis labios se movieran

- Shh...descansa - susurró apretando sus manos en torno a las mías - sólo quiero a mi hermano de vuelta - le escuché decir antes de perder la conciencia



.


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That's Enough

viernes, 2 de diciembre de 2011


TITLE: I’m sorry I love u
CHAPTER: Twelve
PAIRING: Yoosu, YunJae, JaeChun
RATING: PG-15
WARNINGS: Fight, Angst, Incest, Shonen-ai
DISCLAIMER: No lucro



JAEJOONG


Lo había olvidado.

Entre la tension del viaje y la póstuma reunión con sus padres...

Lo había olvidado.

Tan cuidadoso de sus reacciones, las mías...y el dolor a un rechazo que sabíamos seguro.

Yo...lo había olvidado.

Me preguntaba si de haber sido conciente pudiera haber hecho algo para evitarlo. YooChun…ah la verdad, no sabía que responderme. Escucharte así de dolido era algo tan nuevo para mí, tus palabras abstrusas e alcoholizadas me impedían entenderte del todo pero no quería que dejaras de hablar.

Por temor a lo que pudieras hacer tan borracho como ibas. Podría nombrar muchas cosas en mi tortuosa incapacidad por sostenerte entre mis brazos mientras me repetías a gritos “le he tocado”.

Las palabras se agolpaban, en mi garganta tensa y mi poco tino ante tus palabras. Y es que ¿Qué podría decirte? ¿Qué todo saldría bien? ¿Que él no había querido decir eso? ¿Cómo YooChun?
Si ni ambos lo creíamos...


Me dolía sí, pero era al fin y al cabo la verdad YooChun-ah. Tal vez eras tú quien estaba más conciente de ella y por eso tus lágrimas sabían amargas aún sin poder verlas.

Esa madrugada, me hablaste hasta quedarte dormido. Lo supe por tu silencio y el vaivén de tus soplidos contra el parlante. Me quedé escuchándolos hasta que la llamada dio fin en algún punto de la madrugada.

La puerta de la habitación se abrió despacio.


- YunHo…ah – le llamé despacio – no has debido quedarte fuera tanto rato…podrías haber pescado un resfriado y entonces…tu omma me hubiera retado por no haberte cuidado

- Jae…sabes que llorar no es un pecado ¿verdad? – me susurró tomándome entre sus brazos

- Lo siento… - mordí su hombro para acallar un sollozo

- Te quiero – alisó mis cabellos – te quiero… - me quedé dormido








JUNSU
 
No supe exactamente cuando las cosas escaparon de mis manos. Cuando dejé de ver tus sonrisas como un simple detalle agradable sobre tus labios. Cuando mi corazón dejó sus característicos latidos para convertirlos en susurros acompasados de tu nombre.

No supe cuando YooChun, si fue en el primer cruce de miradas o en una noche de luna. Simplemente pasó…

Y la verdad es que creí que el día que te lo dijera mi corazón al fin podría respirar tranquilo.

Pero no fue así.

Solo me quedé aquí hundiendome con el correr de los segundos. Mirando esa puerta por la cual habías salido después de escuchar la cruel verdad de mis labios.

Y no sabes cuanto querría decirte que podría, que te olvidaría, que eras un error del que estaba dispuesto a pasar la página...sin embargo...no podía ¿Cómo podría? Si no me sentía así ni de cerca. Para mí resultabas tan indispensable que el arrancarte de mi mente me significaba la muerte misma.

Sonara masoquista o no…yo…así lo sentía.

No importaba cuántas lágrimas se me escaparan en tu nombre, no me importaba si tenía al mundo encima, a las personas que he podido conocer en mis 18 años de vida o inclusomi propia familia…me importaba una mierda las reglas morales ¡Una mierda YooChun!

Yo te seguiría amando hasta el día en que muriera.

Porque sí…así lo sentía y así lo haría.


No me arrepentiría de haberte cantado esa verdad que tanto quemó mis labios. No buscaría tus brazos a costo de un cariño que las circunstancias tornarían hipócrita. No me abnegaría a verte en el día a día consciente de mis sentimientos fingirnos indiferencia.

Porque quizás eso si que no lo soportaría.

Así que si nos esperaba un adiós sería uno sin rencores o remordimientos de ningún tipo. Sólo tú, yo y un dulce abrazo para abrigarme la partida...





YOOCHUN


Cuanto daría por regresar el tiempo Junsu…ah, por poder congelar ese instante, esos segundos primordiales que de alguna manera te hicieron enamorarte de mí, de este ser tan despreciable que sólo te ha hecho sufrir. Que ha puesto incontables lágrimas en tus ojos e hipidos en tus labios. Este ser que no merece tu perdón ni mucho menos tu amor.

No lo merece Su, y por tanto se niega a creerte pues acaba de comprender cada acción que ha efectuado en los últimos días.

Y se pierde, se pierde en su propio egoísmo y esa abnegación que le corta la respiración a través de sus hipidos. Porque sabe que no puede obligarte a sentir las pesadas miradas clavarse por siempre en tu espalda, que debe dejarte ir. Pues te ama y si hay algo que tiene muy claro es que no dejará de hacerlo jamás.

Aunque pudieras odiarlo por lo que estaba a punto de hacer.

Él te amaba, te amaba Su.

Y por tanto no podía quitarte la oportunidad de formar una familia, de ver tus hijos crecer, envejecer al lado de tu bella esposa, un poema bello y sutil que te convertiría en la envidia de muchos.

¿Cómo podría quitarte eso? ¿Cómo podía dañarte aún más mi pequeño?


- ¿Oppa?


No te dejaría tragarte el dolor mientras negaras tus palabras tempranas.


- ¿A qué se debe la visita?


Era tiempo de que volaras hacia tu propia felicidad…era lo único que me importaba, que tú la alcanzaras aún a costa mía.


- Vamos...


Gracias por todo mi pequeño…sólo…gracias.








JUNSU

Oí tu auto llegar desde mi habitación. Las manos me sudaban, las piernas me temblaban y la indesición me gobernaba ¿Debería ir a tu encuentro? Abriste la puerta del frente, dejé de respirar.

Escuché tus pasos entrando, casi pude dibujarte deshaciéndote del saco, de ese cigarrillo entre tus labios. Cerré los ojos dejándome envolver por recuerdos, dándome algo de valor.

Entonces oí un algo que me dejó fuera de contexto.

Tacones…

Pisadas femeninas secundado las tuyas. Y todo dejó de tener sentido.

Entre jadeos contiguos caí de rodillas al piso. Escuchando esa voz extasiada gritar tu nombre, moldear quejidos de pasión por lo que tu tacto le hacia experimentar. Y gemías…tu también gemías.

Tan a gusto entre sus brazos. Los de ella…no los míos ¿Era esta tu forma de castigar mis palabras? YooChun…ah

¡YooChun!


- Mhhh….


Las lágrimas me caían, tus palabras sobrepasaban el grosor de mis dedos en contacto con mis tímpanos. Los oía…los oía…

Y no podía más, dolía demasiado. Mis manos se pasearon rápidamente por todos mis cajones sacando todas mis pertenencias hacia la valija más grande, hacinándolas como pudiera, apretándolas las unas con las otras.


- Mmm…YooChun…


¡Basta!
Las ruedas golpearon el piso con fuerza cuando bajé de un tirón la maleta de la cama. Abrí la puerta tan rápido como pude y me abalancé sobre el pasillo a zancadas. La puerta de tu habitación yacía abierta y no quería ver absolutamente nada cuando tuviera que pasar por ella.

Quería decirte adiós…pero supongo tu habías encontrado una mejor forma ¿no es así?

¿Cómo podías? ¡¿Cómo podías hacerme esto?!


El corazón se me estrujaba, tenía que seguir procuré cerrar los ojos cuando mis piernas pisaron las baldosas frente a tu pieza. Seguí de frente…tan roto y débil como mi propia alma.

No quería guardarte renconres...pero dolía...dolía mucho YooChun

Sentía que me rompería cuando por fin saliera. El frío metal de la cerradura de la puerta se encargó de decírmelo.

Sin embargo, no pude abrirla…

Porque...

Me detenías...




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Speachless

martes, 22 de noviembre de 2011
Ok, esto no tiene título (puse lo primero que se me ocurrió) Acabo de escribirlo ahora, y no tengo idea de cómo ha quedado. Es sólo que el OST de chihiro me picaba los dedos y nada, mejor las dejo leer xD.

Authot: Kimmy_lin
Pairing: JaeMin
Warnigns: Quick-made, totally nonesense.
Lenght: Drabble
Words: 184


Speachless

No era su primera vez...
La segunda o tercera.
Y por tanto podía entender a la perfección el porqué del conflicto en su cerebro.
Pero las manos del menor le recorrían con tanta delicadeza, que todo pensamiento coherente volaba muy lejos.
Y sólo quedaban sus suspiros, sus gemidos ahogados en sus labios fruncidos, el calor punzando su hombría.

JaeJoong gruñía.

Hincaba sus uñas en las sábanas para retener una palabra.
Porque no eran “oh Dios” las palabras que luchaban y se enredaban en su lengua en ese momento. Sino el nombre de ese castaño retorciéndose de placer bajo sus embestidas.

“Hyung...”

Porque eso lo haría real.
Y la realidad era algo que no quería enfrentar en esos momentos. No cuando los gritos de Changmin vibraban en sus tímpanos. No cuando sus pelvis danzaban de tal forma que cada parte de sus cuerpos sudaban.
No cuando las olas de ese algo indescriptible los consumían y se los llevaban lejos muy lejos.
A una realidad paralela en que Kim JaeJoong pudiera aceptar esa verdad que se retorcía en su alma desde hace mucho.

“Te quiero...”



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¿Y? ¿Entendieron? ¿Me arrojan tomates? Es mi primer drabble T___T no sean muy malas...♥

Star Tales

miércoles, 12 de octubre de 2011
Sucedió para finales del año escolar, allá cuando mis 15 años eran noticia reciente. La verdad es que siempre me había visto atraída por los animes y mi curiosidad de adolescente se había limitado a los openings o endings de los mismos por tanto cuando aquel DVD pirata llegó a mis manos mi primera reacción fue una prolongada burla hacia sus aspectos afeminados sobre la portada, sin embargo...

Mientras el video transcurría logré ver algo en esas 5 sonrisas que irremediablemente conllevó a la mía. Dioses nacientes del este se hacían llamar y aunque el primer video musical que mis lacrimosos ojos (sí, lloro cuando me rio) pudieron apreciar transcurrió entre risas y señales algo abstrusas hacia mi mejor amiga, caí rendida ante sus miradas.

Poco tiempo después mi reproductor gozaba de casi 200 canciones cada una de ellas del mismo grupo fueran en coreano, japonés o “inglés” (ustedes entienden mis comillas) que me hacían bailar, reír o cantar a cuanta garganta pudiera.

La red me conllevó a foros, sitios webs gigantes con info, fotografías y videos que a la larga llenaron mi habitación de posters, letras de canciones y chucherías.
DBSK ha sido y será uno de mis grandes amores aunque atraviesen problemas aunque flaqueen pues han sido los únicos que me han hecho reír, llorar y delirar a costo de un par de palabras (shipeando...)

Han marcado un antes y después en mi vida y me han acompañado a atravesarla, y sé que no soy un FAN en todas las de la letra. Que no poseo toda su mercancía, ni el 5% quizás, pero aún así creo que puedo decir que amo a cada uno de sus integrantes.

Y si estoy colgando esto es porque hace unas dos semanas me encontré con algo feo por ahí y me sentía en la obligación de reafirmar mi posición en todo esto. Cassiopeia es una familia muy grande, ya suficiente golpe ha sido la separación de ellos como para seguir dándole vuelta al punto.

JYJ es JYJ. TVXQ es TVXQ. Diferentes agencias, diferentes estilos de música.

¡Y por tanto no comparables!

Si han decidido apoyar a una sola parte ¡Bien!

Si han decidido apoyar a ambas ¡Genial también!

Y por último quizás esta frase este muy desgastada y/o olvidada pero a lo menos yo no voy a parar de repetirla Alway keep the faith.



ATTE: Kimmy Lin ♪♫

The end...

Ha sido muy nostálgico escribir esto, estar fuera de práctica congeló mi cerebro. Por no mencionar que mi imaginación tiene una relación muy estrecha con mi estado anímico y a decir verdades a estado bastante bitch ahora último.

Dedicado a yui8_lin y en general a todas las que han seguido a este pequeño, ha sido un hermoso año y espero que este sea uno mejor...(ahí está es todo tuyo así que no te quejes :)

P.D: Por dios acabo de terminar mi segundo serial!!! (buuuuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa....)

P.D2: A todas las que han seguido a esta desaparecida hasta este último capítulo,
¡muchísimas gracias!

 P.D3: Agradecimientos especiales tambien para mis musas que me ayudaron en mis largos episodios de no-creatividad y me animaron a seguir: mi clari, mi nia y mi pieruchis.


 



JUNSU

Me he dicho muchas veces ya.
Que se ha terminado.
Que no volveré a verte más
Que derramar lágrimas es en vano.
Que esto es lo mejor para ambos.

No tienes idea de cuánto YooChun.

Sin embargo yo...

No he podido serle fiel a mi razón. No he podido cerrar los ojos sin percibir tu aroma, tu voz reñirme a susurros mis descuidos o el calor de tus brazos guardándome gentilmente en su regazo.

Y lo odio.

Te odio.

Pero sobretodo me odio.

Porque ya no se qué demonios hacer ¡No sé qué más hacer! Para aplacar este dolor que reside en mi pecho. Porque no puedo ser capaz de sobreponerme a esto. Porque te extraño tanto pero tanto que me siento morir de puro anhelo.

Porque sé muy bien que olvidarte no será inmediato.  Y el tiempo me quema los sentidos, la voluntad. Esa que ha escaseado desde siempre y después de verte con otra persona debería haber desaparecido por completo.

Pero no lo hizo...

Aún después de todo, aún cuando soy consciente lo que has hecho, de lo que hecho, lo que hemos hecho. Sigue aquí.

YooChun, mi corazón es ciego. Mi amor es ciego.

¿Puedes decirme cómo hacer para decirle que eres mi hermano?

Que esto está mal.
Que es incorrecto.

¿Cómo se supone que deba hacerle entender lo erróneo que sería un “lo nuestro”? ¡¿Cómo YooChun?!

Exacto...no puedo. Sencillamente, no puedo.

Y tengo que acostumbrarme a vivir con ello o mejor dicho a resignarme a vivir con ello. Con la sombra de este amor enfermo que Dios no quiera, resida por siempre aquí dentro. Atormentando mis sueños, mojando mis mejillas a tu recuerdo.

¡Y no YooChun! ¡No quiero!
Quiero volver a vivir, a sonreír, a sentir el cariño filial que en un principio te tuve.
Quiero ser quien te de los anillos cuando desposes a tu prometida.
Quiero que veas crecer a mis hijos y ellos te llamen su tío favorito.
Quiero todo eso YooChun-ah...

Solo quiero quererte de la forma que debo.

Porque ya no puedo ¿entiendes? No puedo con esto.

Te necesito, necesito tus manos, tus besos, tu voz, tus ojos y tu pelo.

Y sé que está mal, lo sé muy bien ¡Por Dios que lo siento! Él mejor que nadie debería saber cuánto.

Podrá el mundo entero juzgar mis sentimientos pero no hay nada que pueda hacer por ello. Escapa de mis manos y es por eso que estoy huyendo. A disculparme con ellos primero, a rogar por su perdón en el silencio. A implorar por algo que sé no merezco, no merecemos.

Y lo más importante debo huir de ti, a un lugar en el que pueda empezar de cero...olvidarme de la sangre, el dolor y el sufrimiento; para así tratar de volver a ser feliz aún sin tenerte a mi lado.

Aunque me sonara a imposible de sólo pensarlo. Debo intentar ¿cierto?

Changmin me ha ayudado mucho con esto.

Cuando salí esa tarde a las calles con mis maletas en manos y sin tener mínima idea de adonde ir o que hacer, en ese momento solo pensaba en volver a Corea, refugiarme en los brazos de mi segunda madre y esperar que no cuestionase mi inesperada llegada, que sus dulces manos peinaran mis cabellos y pudieran borrar estos 6 meses que he pasado a tu lado.

Pero eran mentiras, si yo mismo no se lo decía la preocupación la llevaría a comunicarse contigo ¿y entonces qué le dirías?

No sé como llegué a la puerta de su departamento, ni cómo debía lucir cuando lo tuve enfrente. Porque sus ojos se enrojecieron antes de estrujarme sin cuidado entre sus brazos y yo sólo pude largarme a llorar como un poseso.

Esa noche le conté todo, tratando de dejar toda esa pesada vergüenza a un lado, él no dijo nada sin embargo, permaneció inmute como si supiera lo que pasaba hace mucho y se limitó a animarme a seguir.

Me hizo comprender que querer arrancarte de mí sería en vano, que debía ir despacio y que un tiempo alejado de todo me ayudaría a sobrellevarlo.

Y pues yo...le hice caso.





YOOCHUN


No podría señalar con exactitud el momento en el que perdí el camino pues al fin y al cabo lo había perdido y ahora todo cuanto veía era gris pues no estabas a mi lado. No te veía Junsu-ah y quería tanto verte, necesitaba verte, tenerte en mis brazos una vez más, una que durara por siempre para así asegurarme de que entendieras el cuanto te amaba.

Pero no. No se me estaba permitido.

Al estar fuera de la senda debía de afrontar las consecuencias por no haber huido del fuego cuando se me avisó de él, por haberte arrastrado a esto...a ti, a la única persona a la que he amado y sin embargo he herido como a nadie.

Prometí no volver a hacerte llorar, lo prometí tantas veces.

Y sólo logré hundirnos en la miseria a ambos...

“¿Por qué?” “¿Por qué tuve que enamorarme de ti?” Son interrogantes que ya he dejado de preguntarme ¿sabes?

Las acciones valen más que cualquier palabra o conflicto existencial en mi atormentado cerebro y me he dado cuenta que dañar nuestras vidas por algo que terceras personas califiquen de bueno o malo es algo que no podré aceptar.

Y si he llegado a esto es porque no existe otra solución. Lo he intentado Junsu, he tratado de negármelo y mira a donde hemos llegado.

A un adiós que me ahoga recordar, a dos cuerpos jadeando bajo el otro, a decirnos abiertamente eso que nos ha venido destruyendo por dentro quizás no de la manera en el que podríamos haberlo planeado.

Y sé que quizás lo único que pueda ofrecerte cuando nos caigan piedras en el camino serán “lo siento” unos que físicamente brotaran de mis labios pero me aseguraré de hacerte saber se formarán en lo más profundo de mi alma.

En esos lugares recónditos a los que solo tú has llegado a ingresar.

Pues ¿de qué me valía seguir respirando sino te tenía a mi lado? Sin ti Junsu-ah la vida dejaba de ser lo que era, carecía de sentido. Sin ti yo simplemente no podría...

Y si algo había entendido en las últimas horas era que tú sentías igual.

Así que ahí me hallaba.

Corriendo a zancadas hacia la casa de ese castaño amigo tuyo. Sintiendo mi cuerpo temblar de cabo a rabo ante la improbable pero remota posibilidad de que pudiera encontrarte ahí.

Sintiendo también como de pronto las palabras huían de mí y dejaban tan solo a este desastre que no podría siquiera mirarte a los ojos.

Llegué a la puerta.  Conté cada absurdo peldaño que subí hasta que mis nudillos se encajaron en la puerta de madera. Una. Dos. Tres veces.

Sus ojos me escudriñaron con desprecio.

Los tonos purpúreos de su rostro me obligaban a mantener la cabeza gacha para evitar mirarlo directamente, sentía culpa pero también rabia al saber que él te había tenido en sus brazos los últimos días, aún cuando yo no tuviera derecho o sangre en la cara para hacerlo.

Carraspeó, esperando impaciente que yo dijera algo pero las palabras no salían de mi boca, percibía tu esencia en el ambiente y mi cuerpo simplemente se paralizaba en el acto.

Frunció el ceño antes de largar un suspiro y preguntarme, “¿Te vas a quedar ahí parado?” Para luego adentrarse en su departamento y dejarme la puerta abierta.

Si el umbral ya enrojecía mis ojos, el interior de su departamento me dejó sin aliento.

El castaño se dejó caer en su mueble con molestia y me señaló el asiento de enfrente con una mueca. Como pude dirigí mis pasos hacia el mismo. El silencio cayó pesado, como una capa de algún tipo de seda invisible, una que podrías tocar con las manos. En el sentido explícito de la palabra.


“Yo” Empecé.


Changmin sonrió con indignación antes de dirigirme la mirada. Juzgándome sin siquiera darme la oportunidad de defenderme. Aunque debía admitir que no gozaba de buenos argumentos a mi favor exactamente.


“Lo quiero” Le dije “Lo quiero...”


Él suspiró. Me miró con un desagrado que paulatinamente se transformó en algún tipo de empatía, supongo.


“Lo sé” me dijo como si fuera lo más obvio del mundo, “Lo he sabido desde un principio, solo quería que te dieras cuenta de una vez por todas, me jodía que fuera Junsu el único que se tragara sus lágrimas”


Me quedé mudo.


“Pero bueno sé también que eres un imbécil así que no me sorprende” Me dijo con una media sonrisa en los labios.

“Lo siento” Fue lo único que salió de mis labios “Lo siento por todo...por” Señalé sus moretones con vergüenza.


Él solo negó con la cabeza.


“La verdad es que el sabor de sus labios lo valieron” Apuntó sonriendo con sorna.


Mi estómago se contrajo. Intentaba molestarme...y con mucho éxito.


“Oh vamos estoy bromeando,” me dijo después de un par de segundos incómodos, “así que quita esa cara de mártir ¿quieres?”


Bufé.


“Necesito verlo,” le dije sin rodeos.

“No veo otro motivo por el que se te haya antojado venir aquí ¿cierto?” Se rió “Pero me temo que no puedo ayudarte con eso.”

“¿Por qué no?” La pregunto salió mucho más ruda de mi boca de lo que había planeado.

“Porque la única razón por la cual Junsu decidió irse fue para olvidarse de ti...y enviarte hacia él no es exactamente la mejor forma de ayudarlo ¿no crees?”


Mis ojos se abrieron.

La palabra olvido flotaba en mi mente sin terminar de ser procesada.

Pero las imágenes que se me formaban allá arriba se clavaban en mi pecho como dagas filudas.


“Yo...no, él”

“¿Por qué no? ¿No es eso lo que quieres? ¿Qué sea feliz? ¿Qué se olvide de ti?”


Exacto quería que se olvidase de mí.

Pero sobretodo que al fin...fuera feliz.


“Sí,” siseé “sí, lo quiero feliz, yo lo quiero muy feliz”

“Entonces ¿no crees que deberías dejarlo ir?”


No me miraba con desprecio. Era indiferencia. Indolencia pura hacia mis sentimientos, hacia lo nuestro. Y realmente no podía culparlo pero tampoco dejarme afectar por ello.

Pero es que sentir tus claros recuerdos desvanecerse ante el pensamiento de no volver a tenerte a mi lado. Era mucho más de lo que podía soportar.

Mi cabeza se movió de arriba abajo en afirmación pero el resto de mi cuerpo decía lo contrario.

Y es que eran mentiras.

Jaejoong me había ayudado a entender las razones.


“Yo...quisiera dejarlo ir, quisiera poder ser capaz de arrancar de su cuerpo los sentimientos que tiene por mí y dejar de ser la razón de sus llantos, quisiera ser el único que tuviera que tragarse su amor y fingir tener las fuerzas para seguir con su vida, quisiera muchas cosas ¿sabes?”


Él no respondió.


“Siempre he conseguido lo que he querido,” reí con desdén “hasta ahora”


Sus ojos castaños me observaban en silencio.


“He sido un bastardo, un perro. Nunca sentí lástima por nadie o algún tipo de remordimiento. Solo sabía hacer cuanto me placía. Deshaciéndome de lo que me estorbaba, escabulléndome en aquello que me llamara la atención”

“Hasta que yo...lo conocí,” él sonrió casi imperceptiblemente “Lo conocí y entonces yo...”


Él bufó de pronto, se revolvió los cabellos con desesperación y dejó caer su cabeza en el filo del sofá.


“Lo sé ¿vale? ¡Demonios!” Gruñó mientras masajeaba sus sienes “¿Tenías que ponerte sentimental verdad?”


Me encogí de hombros.


“Mira, sé perfectamente que él te sigue queriendo aún después de todo lo que le has hecho así que no soy quien para interponerme. Pero solo puedo decirte algo, si decides seguir no habrá espacio para arrepentimientos ¿me escuchas? Porque esta vez no pienso quedarme de brazos cruzados” Me amenazó. 


Mi pecho se oprimió cuando lo vi pararse y buscar algo en el mueble del televisor, para extraer de él, unos segundos después, lo que parecía un pasaje de avión y una pequeña libreta de notas.


“Se suponía que debía ir hoy en la tarde para despedirnos definitivamente.” Me dijo “Ahí está escrito todo, incluyendo el hotel, el número de habitación que ocupa y el falso nombre que usa, supondré que ya sabes que hacer” Me miró una última vez mientras suspiraba.

“Dile que lo extrañaré,” susurró. Luego se llevó la mano izquierda hacia su nuca y la derecha hacia su nariz y boca, “Y que por favor mire a los lados antes de cruzar la pista.”


Quise decirle algo pero antes de que pudiera parpadear siquiera los dejó caer en mis piernas y se dirigió a su habitación a zancadas prácticamente, para ya desde dentro gritarme.


“Cierra bien la puerta cuando te vayas.”


Volví a sumirme en el silencio.





JAEJOONG



“¿Qué crees que estás haciendo aquí?”


Debían haber pasado muchos años desde la última vez que había cruzado palabra con mi padre pues la impresión inicial me dejó un tanto shockeado.

Tosió por el esfuerzo de alzar su voz. Pero recobró la postura amenazante al segundo siguiente.

Así que era verdad.

Hacía un par de años me había llegado la noticia de que estaba enfermo, pensé que era un otra treta suya para que las noticias de sus negocios ilegales, que ya a esas alturas habían salido a la luz escandalosamente, se minimizaran.

Pero no, supongo que podría llamarse karma.


“Nada que haya elegido a voluntad, es Yunho quien me está obligando” respondí con desprecio.

“¿A qué te refieres con Yunho?” Me preguntó con el mismo tonito de antes, “¿Qué pasó con Jung? ¿Es que sabes donde ésta? Ese bastardo desagradecido su padre está muy consternado con la cancelación del matrimonio, bueno así es como son las cosas a veces tu propia sangre te apuñala por la espalda,” me dijo.


Dirigiéndome una mirada bastante expresiva mientras se cruzaba de piernas sobre su sillón de madera muy fina con esos aires de magnificencia que él y yo muy bien sabíamos no merecía.


“¡Es suficiente! No tengo porque escucharte si he venido acá es porque debo darte una noticia o mejor dicho una invitación” siseé.

“¿Una invitación para qué?” preguntó sin terminar de entender, fulminándome con esos ojos miserables con burda curiosidad.


Yunho entró entonces.


“Para nuestra boda,” exclamó dejando caer la invitación sobre el escritorio de mi padre, “agradeceremos su presencia,” continuó él sosteniendo mis manos entre las suyas para terminar de aclarar cualquier duda.


La risa de mi padre hizo eco en toda la casa por lo que me parecieron milenios.

Yunho apretó el agarre en torno a mis manos.


Entonces mi padre habló, “niño ¿acaso eres consciente de lo que haces? ¿Es que crees que tu padre va a dejar que manches el noble nombre de tu familia de este modo? ¿Es que crees que dejaré que manches el noble nombre de la mía?”


“¡Es que no estás al tanto de los medios!” Exclamé yo con indignación, “de que honor te atreves a hablar después de todo lo que se ha ventilado, ni siquiera en la enfermedad has tomado conciencia de nada ¡No eres más que un...!” No fui consciente de que mi puño se alzaba hasta que la mano de Yunho me sostuvo el brazo.


“¡Jaejoong!” me llamó con precaución mientras negaba con la cabeza para luego dirigirse nuevamente a mi padre, “hemos venido a decírselo porque creo que debe tener conocimiento de este paso tan importante en la vida de su hijo, señor Kim” le dijo mirándole con esa expresión de respeto y galantería que derretiría a cualquiera.


Que no fuera mi padre por lo visto.

Y es que ocurrió demasiado rápido.

La palma de su mano se hundió en el pómulo de mi amado con tal fuerza que le volteó el rostro.


“¿Cómo te atreves?” Escupió con desprecio, “¡intentas darme una lección de vida a mí! ¿Es que no sabes con quién estas tratando? ¡No son más que un par de maricas inmundos, lárguense de mi oficina ahora mismo!”


En mi vida habían sido contados los momentos en los que mis impulsos me habían superado.

Y de alguna forma supe mientras veía la rojiza mejilla de mi Yunho que esta sería la peor de todas. La rabia contenida de tantos años explotó como un volcán dentro de mí, así de colosal e incontrolable. Me abalancé sobre él como un vampiro sediento de sangre, anhelando observar sobre el suelo su cuerpo sin vida para así sentir al menos alivio.

Yunho tuvo que usar mucho esfuerzo para mantenerme a raya.

Yo ya no cabía en mi mismo, le gritaba toda esas verdades que siempre quise decirle mientras Yunho me conducía hacia la puerta y les exhortaba a todos esos guardias que como me tocaran un solo cabello su conducta pacífica se iría al carajo.

Mi padre me miraba pasmado.

Yo jamás perdía los estribos ni frente a él ni frente a nadie, mucho menos me dignaba a ensuciarme las manos.


“Jaejoong-ah” Yunho me susurró en el oído, “déjalo ya...tu mismo lo has dicho si no ha cambiado aun con todo lo que se le está viniendo encima entonces...”


Yo le empujaba para que me soltara mientras sentía como la nariz empezaba a escocerme y mis ojos aguarse de la rabia, de la impotencia.


“Amor, sé que siempre has guardado algún tipo de esperanza con tu padre, te conozco, eres probablemente la personita más hermosa e inocente que he conocido...y lo entiendo, me hace muy feliz saber que la persona que amo tiene un corazón tan grande pero ¿sabes? debes dejarlo ir, algunas cosas simplemente...no pueden arreglarse” me limpió esas lágrimas que se rehusaban a caer con los dedos.


Hipé.

Temblé de pies a cabeza incapaz de poder levantar la mirada. Él me abrazó. Beso delicadamente la parte posterior de mi cabeza mientras me musitaba, “vámonos.”

Para luego tirar de mi cuerpo delicadamente y así sacarme de aquel horrendo lugar al que alguna vez llamé hogar.

Pero me detuve al llegar al umbral de la puerta de su despacho y me volví hacia ese hombre que no gritaba porque ya no le quedaban fuerzas para hacerlo y sólo podía mirarnos con profundo aborrecimiento.

No sabía exactamente porque me detenía.

Pero a cada milisegundo en el que mi cuerpo terminaba de virarse sobre su eje para darle cara quizás por última vez, las palabras salieron de mi boca.


“Aunque resulte increíble, no te odio” le dije con una sonrisa desganada, “quizás nunca llegue a hacerlo, eres mi padre y nos une un lazo que no puedo romper con este par de manos y créeme lo he intentado,” me reí, “pero eso no significa que te haya perdonado, nos has hecho mucho daño, a mí y a la única persona que alguna vez te amó por quien eres y no por lo que tienes”


Yunho se posicionó a mi costado en silencio. En una especie de posición defensiva en contra de esos gorilas aún en las puertas del despacho.


“Suelo recordármelo siempre ¿sabes? todo lo que he vivido bajo estas cuatro paredes para llegar a odiarte...porque seamos sinceros, odio es lo único que te mereces pero ya no...Empezaré una etapa nueva en mi vida con esta persona y será decisión tuya salvar algo de lo que queda entre nosotros o quedarte aquí pretendiendo tenerlo todo cuando todos los que habitan en esta casa saben que es más bien todo lo contrario, la decisión es tuya y sea cual sea la que elijas por primera vez en mi vida no significará ningún tipo de sufrimiento para mí” finalicé.


Yunho apretó mi mano.

Me volví muy despacio a él y sonriéndole le susurré, “vámonos.”







JUNSU


“Lo siento” las palabras salieron tan débiles de mi boca que parecía me lo había dicho a mí mismo, “lo siento mucho,” repetí.

“Discúlpenos por todo esto” continué, “Yo sé que no tengo sangre en la cara para pedírselos y sé también que puede que nunca nos lo concedan y están en todo el derecho de, sé que esto será difícil de entender o aceptar, también sé que deben saberlo ya... lo amo...y hacia un par de horas atrás venía con la clara idea de dejar todo esto atrás pero ¡Dios santo! lo amo...lo amo tanto y no puedo hacerlo ¡no puedo hacerlo! no podré olvidar a Yoochun si sigo respirando, no podré encontrarla felicidad sino le tengo a mi lado...no podré vivir de plano,” hipé, “lo necesito y lo necesitaré hasta que muera...omma, appa no tengo recuerdos muy claros de ustedes, era apenas un bebé y las fotos que me ha mostrado mi tía revelan ese brillo único que sólo puede encontrarse en compañía del ser verdaderamente amado...y yo lo he tenido desde la primera vez que lo vi, yo, sé que merezco ir a los infiernos pero no lo arrastraré conmigo a esto ,alguien debe ponerle fin a la cadena y ese alguien tendré que ser yo, los quiero...espero algún día entiendan porque lo hice...todos puedan entender porque lo hice y espero también que una vez lo hagan sigan su camino.”

Jae-hyung, Changmin-ah y tú...

Las olas rompían a lo lejos tratando de amilanarme.

Los escalofríos crecían desde mis pantorrillas, el agua estaba helada y era de noche, lo único que me alumbraba era la potente luz de luna esa que me permitía ver la inmensa e inabarcable masa de agua que mi garganta estaba a punto de tragarse.

No estaba bebido.

Estaba lúcido, completamente consciente de mis actos y a cada paso que daba más convencido en que lo que estaba haciendo era lo correcto.

Debía haberme quitado la ropa antes de entrar, me recriminó cuando una tercera ola me golpeó y me hizo retroceder varios pasos, ahora tenía que cargar con mi propio peso y también el de todo ese algodón mojado que se pegaba a mi cuerpo y me impedía avanzar a la velocidad que quería.

Regresar a la orilla sería una completa tontería sin contar una pérdida de tiempo que no podía permitirme. Changmin ya debería haber llegado al hotel y si no me encontraba ahí asumiría que había tomado alguna decisión estúpida, con toda la razón a excepción del último adjetivo, y probablemente alertaría a cuanto humano se cruzase en el camino para salvar lo insalvable.

Algún turista que reconocería mis descripciones físicas le diría que me había visto caminar hacia la bahía. Y de alguna manera lograría “rescatarme” me miraría destrozado y me mataría a golpes por egoísta.

Y soy también consciente de que en cuanto a él respecta lo estaba siendo y mucho, pero eventualmente me entendería, sabía que lo haría.

Terminé de quitarme la ropa y lanzarla hacia la orilla aunque no llegó a más de unos metros de mí y el vaivén de las olas me las enredaba entre las piernas a cada tanto.

La corriente había dejado de oponer resistencia a mi entrada, ahora parecía jalarme con fuerzas crecientes hacia sus profundidades y la trasparencia de sus aguas acariciaba oscilantemente mi mentón.

Unos cuantos pasos más y el agua me taparía completamente.

Entonces volví la mirada hacia la orilla, recorrí cada lucecita a lo lejos, cada estrella por encima de mi cabeza y cada palmera que se mecía con el viento, permitiéndome recordar cada pequeño momento a tu lado durante todo el proceso para luego regresarla al punto inicial inspirando profundamente el aire que pronto ya no respiraría. Y fue ese decisivo momento en el cual Dios me concedió el más precioso de los obsequios.

Me regaló tu figura sobre la orilla.

Y me infló el pecho con valentía. Empecé a retroceder de espaldas sin querer perder tu figura en ningún momento, hasta que el agua me cubrió por completo y no me molesté en aguantar la respiración.

Los oídos comenzaron a zumbarme y zambullido ya, empecé a llevar la cuenta de los segundos que me quedaban con la última inspiración que había dado, con los ojos muy abiertos y fijos en algún punto de esa sábana oscura que iba llevándose mi cuerpo mar adentro.

El agua empezó a ingresar por mi tráquea y sentí como invadía dolorosamente mis pulmones. Tosí al punto de querer convulsionar. Sentía mis lágrimas sobre mis ojos aún con toda el agua que me rodeaba y también como una ráfaga de fuego ardiente empezaba a ascender desde mi pecho. El instinto de supervivencia que tanto luchaba por inhibir me hizo dar unos cuantos aleteos y un par de balbuceos con tu nombre cuando ya sentí mi hora de muerte como un hecho.

Y me dejé flotar sobre la superficie sintiéndome en la nada...

Todo era silencio.

Todo era oscuridad.

Era al fin calma.





YOOCHUN



Siempre supe que llegado un día todas esas horas que me pasé viendo CSI Miami sobre mi cama me serían de mucha ayuda. Pues bien había llegado ese día y si bien tenía imágenes claras de lo que debía hacer, tenía pálida idea del cómo.

Mi camiseta cayó al piso, mis pantalones. Y entré a zancadas en el agua helada que amenazaba con darme un calambre en cualquier momento.

Se hundía, él muy idiota se hundía y algo me hacía pensar que no haría nada por evitarlo.

El sonido de mi propia respiración sonaba con fuerza en mi cabeza, mi cuerpo nadaba siguiendo esa especie de línea imaginaria que había trazado hasta el último punto en el que te había visto.

No escuchaba tus gritos. Sólo las olas rompiendo en la orilla y esas voces en mi cabeza que agonizaban del terror al no encontrarte y me advertían del tiempo que pasaba y las consecuencias que tendría.

Me zambullí interminables veces tratando de ubicarte en la oscuridad pero nada, el mar empezaba a arrastrarme consigo pues ya no alcanzaba a tocar piso...

Y me dejé guiar esperando que me llevara hacia ti pero solo veía agua, ya no podía divisar siquiera la orilla.

Empecé a zambullirme nuevamente.

Hasta que a la treceava o quinceava vez luchando contra el escozor de mis ojos y el frío que calaba cada uno de mis huesos, te escuché aunque débil, llamarme por mi nombre.

Salí a la superficie nuevamente y al dirigirme hacia tu voz, vi tu cuerpo flotando a unos metros.

Nadé lo más rápido que pude sujetándote sobre mi espalda mientras te conducía hacia la orilla o mejor dicho hacia donde creía se encontraba la orilla. Aterrorizado al no sentir tus latidos mientras le rogaba a Dios que te quedaras conmigo.

Mis pies pronto tocaron arena y supe estaba en buen camino.

T e recosté sobre la arena bastantes metros alejado de la orilla y comprobé que efectivamente, no respirabas. Y entonces mis manos se cruzaron sobre tu pecho y empezaron a darte la reanimación cardiopulmonar que tantas veces había visto. Y he de serte sincero, no tenia mínima idea de lo que hacía pero lo hacía simple y sencillamente porque me aterrorizaba la idea de correr con tu cuerpo inconsciente hacia el hotel y perderte en el camino, pero me recuerdo gritando, pidiendo auxilio a cuanto pulmón pudiera mientras mis manos realizaban las compresiones sobre tu pecho al compas de una cuenta que llevaba una voz en mi cabeza y otra que le recordaba 2 ventilaciones y 30 compresiones.


“Quédate conmigo,” te decía, “quédate conmigo,” pero tu cuerpo frío no se movía estabas en paro, muerto momentáneamente porque me negaba a creer que pudieras haberlo hecho definitivamente.


Y no sé si lo que sucedió a continuación fue producto de mi imaginación, la desesperación, o mis profundos miedos pero cuando mis brazos empezaron a perder ritmo por el cansancio y el dolor sobre mis músculos, y es que llevaba 15 ciclos ya, y mis excesivos esfuerzos empezaban a desarrollarme el siempre inoportuno cuadro asmático. Fue en ese momento en el que sentí como dos pares de manos me ayudaban a comprimir el esternón de mi Junsu tendido en la arena, como dándome fuerzas, acompañándome en toda esa odisea.


“Un hombre ahogado” escuché voces gritando a lo lejos, alguien había escuchado mis alaridos al parecer.


Y ahora venían en nuestra ayuda.


“Vas a estar bien ¿escuchas?” te dije prácticamente llorando mientras volvía a empezar otro ciclo.


 Sentía los pasos del gentío saliendo de la recepción hasta donde estábamos con el equipo necesario y los expertos necesarios, aunque sé que resulta algo imposible de creer.

Me hicieron un lado al llegar y te metieron una especie de tubo por la boca mientras empezaban a repetirte el masaje.


“Bien hecho,” me dijo uno de ellos.


Pero yo no lo escuchaba, te veía toser compulsivamente mientras empezabas a retorcerte sobre la camilla y balbucear, aunque inteligiblemente, mi nombre.

Me hice camino hacia ti sin molestarme en darle explicaciones a nadie y sostuve tu mano.

Al parecer la calma que se irradió por mi cuerpo atravesó también el tuyo.

Pues te quedaste muy quieto y volviste a recostarte sobre la camilla, perdiste el conocimiento de nuevo, pero al menos respirabas.

Entre cuatro personas te cargamos por la bahía de regreso al hotel y encontramos la ambulancia a mitad del camino. El rescatista al mando se había dado cuenta que mi presencia te suponía una especie de calma y por eso no me dijo absolutamente nada cuando salté a la ambulancia sin ningún reparo y me apretujé contra uno de los asientos aún sosteniéndote la mano.


“Ha inhalado bastante agua” dijo uno de ellos al revisar la cantidad de oxígeno en tu sangre.


Te conectaron al respirador mecánico.

Yo mantenía la vista y mis lágrimas sobre tus manos midiendo mi fuerza para no lastimarte.

Pensé que iban a colocarte desfibriladores y demás pero me explicaron que ya estabas consciente y sólo debían asegurarse de que la cantidad de oxígeno en tus conductos respiratorios volviera a la normalidad y otro puñado de cosas más que se habían desequilibrado en tu organismo y que no se me iban a poner explicar porque te llevaban en una camilla hasta la sala.

Y te conectaban por todo sitio para vigilarte los signos vitales e inyectarte algunas sustancias a través del equipo de venoclisis que colgaba al lado de la camilla en la que descansabas.

La habitación tenía una gran vitrina por la cual podía ver todo lo que te hacían y aumentaba mi angustia a mil al saberte a un maldito vidrio de distancia.

Te dejaron en paz a la media hora pero no me dejaron entrar hasta después de dos horas, tenías que descansar y estaba completamente prohibido que te movieras bruscamente.

Y después de saberte sano y salvo lo primero que haría al entrar en esa habitación sería molerte a palos.

Hasta que me juraras con tu alma que no habías querido hacerlo.

Pero como siempre toda rabia o emoción diferente al alivio se esfumó cuando te escuché llamarme “¿Yoochun-ah?” cuando pude al fin entrar en la habitación.


“¿Sí?” sostuve tus manos de nuevo.


Tus dedos se enredaron con los míos.


“Supongo que esto no es el cielo” dijiste aún confundido y sin abrir los ojos del todo, “aunque se asemeja mucho.”


Apreté aún más tus manos.


“¿Te duele algo?” Te pregunté pero no recibí respuesta alguna.

“¿Estás molesto?” me preguntaste después de algunos minutos en silencio.

“Sí,” respondí atrayendo una sillita con el pie para no dejar de cogerte las manos y me senté sobre ella, “pero no contigo...” Tú suspiraste, seguro esperando una respuesta así, “estoy molesto conmigo por no haber tenido el valor para hacer esto antes y así habernos ahorrado todo este martirio.”

“Lo siento,” me dijiste “Yo no quería...yo...”

“Shhh” te callé, “no es culpa tuya, nos han pasado muchas cosas y no hemos sabido llevarlo de la mejor manera ¿verdad? yo he tenido ideas parecidas también” admití.


Al escucharme te sentí tensarte bajo mis manos.


“Estos días que he pasado enclaustrado en mi habitación incapaz de incorporarme de mi cama siquiera...me ha quedado algo en claro, Junsu”

“¿Recuerdas esa vez cuando me accidenté en el río?” me interrumpiste.

“¿Es que solo tienes accidentes que hacerme recordar?” te pregunté mosqueado porque todo el discurso que había empezado a armar en mi liado cerebro empezaba a nublarse.


Te reíste.


“Cuando me cargaste en tus brazos de regreso y...”

“Te las diste de valiente,” te completé.

“Ajá,” suspiró con una sonrisa, “fue cuando me di cuenta que estaba enamorado de ti,” me dijiste en un hilo de voz.


Volteé a mirarte, tú desviaste la mirada hacia la vitrina de la sala del hospital por la cual transcurrían los doctores, enfermeras, pacientes y en general familiares; con atención fingida.


“Recuerdas aquella noche cuando te tuve por primera vez frente a mí con los cabellos alborotados y una expresión de culpabilidad total sobre tu rostro,” te dije pero no respondiste solo meciste la cabeza de arriba abajo, con las mejillas sonrojadas al escuchar mi declaración después de todo este tiempo mientras me mirabas al fin a la cara con esos ojos marrones que tanto adoraba “fue cuando me enamoraste.”

“Te amo” Me dijiste extendiéndome los brazos para que me acercara a tu lado, “te amo tanto Yoochun” lloraste mientras me apretabas contra tu pecho temblando.

“Y yo a ti, mi pequeño, y yo a ti...” te dije y sin ser capaz de reprimirme por más besé tus labios, “promete que estaremos juntos hasta el final” te susurré besando tu frente por segundos interminables.

“Lo prometo...” volviste a besarme para luego arrimarte a un lado y hacerme recostarme en el espacio que me habías destinado, “ahora haz silencio que quiero dormir...y la enfermera va a botarte a patadas si te encuentra incomodando al paciente.”

“¿Te estoy incomodando?” hice el ademán de incorporarme pero volviste a tumbarme a tu costado de un tirón.

“¡Oh solo cállate y bésame!”

“Vale...” Mis labios se hundieron en los suyos por tercera vez esa noche y tras sonreírle supe...estábamos haciendo lo correcto.





~~~FIn ♥




P.D4: no creían que se iban a librar de mis posdatas tan fácilmente verdad? Según yo creo que dejé todo claro pero sino tienen derecho a pedirme el epílogo (pero solo si realmente lo creen necesario) y sería un resumen de Jae de como van las cosas y máximo una hoja de word así que...xD.


Lo recalco de nuevo: Muchas gracias a todas aquellas que leyeron a este chiquito y me regalaron bellas palabras, ojalá algun otro día pueda escribir otro como este ya tendré que arreglarmelas con el drama. Mil besos a todas!