Bueno querían
Minjae, Minjae tendrán wujuu el siguiente capítulo esta aún mejor. Muchas
gracias a todas las que votaron las quiero!
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Si fuera amistad el entendería.
Muy a su pesar lo haría...tendría
que...
Si tan solo fuera amistad entonces no
estaría tan cabreado...
Pero aquello no lo era.
Seguir a tu amigo y su “supuesto”
novio ¡NO LO ERA!
Yoochun acababa de dejárselo en
claro.
Así que esto ya no era por mantener
su ticket a la felicidad a su lado. Ya no era por su futura esposa. Esto era ahora
por Jaejoong, por ese idiota que se había enamorado de la que sería
aparentemente la persona más egoísta sobre la faz de la bendita tierra, ese
disque inocente ratón que prefería no darse cuenta de lo que Jaejoong sentía
por él y aún peor...le daba alas.
Esto era porque Yoochun necesitaba
que le dieran una jodida lección muy urgentemente y él estaría muy complacido
de ser quien se le enseñara.
Si bien aún con eso el karma no le
perdonaría lo puto que era.
La balanza a su favor era lo que menos
le importaba.
Aunque hubiera sido por mucho tiempo
su principio de vida.
¡Ya no importaba!
Shim Changmin terminaría haciendo de
Kim Jaejoong todo aquello que había podido ver esta primera semana “de novios.”
Una gran estrella, una tan brillante y hermosa que iluminaría la vida de muchos.
Era hora de que se diera cuenta.
¡Sí señor!
Pero primero lo primero.
Park Yoochun.
Oh dios, ¿no va a cansarse verdad? –
se preguntó cuando vio en el reflejo de una tienda al rulitos detrás de un
poste.
Sinceramente el castaño no podía
creer que ese fuera el chico cool del que todos hablaban y ciertamente tenía
unas ganas irrefrenables de sacudirlo a patadas para que los dejara en paz de
una vez por todas.
¡Tenía una freakin cita con Jaejoong!
Y no, él no estaba emocionado por
eso.
Era solo que pues...quería un poco de
privacidad ¿no?
Si bien tenía que agradecerle haber
cabreado a Jaejoong porque de otro modo este no le hubiera dejado coger sus
manos en el camino a su casa a ver la dichosa película.
De nuevo, él no estaba para nada
emocionado por eso.
También tenía que admitir que saber
que aquello cabreaba al propio Yoochun era un plus bastante agradable.
Pero igual nada de aquello le quitaba
la patada en los huevos que podía llegar a ser ese pelinegro.
Sinceramente Changmin no creyó que
aquel individuo sería capaz de votar a su novia para seguirlos. HeeBin era
demasiado buena para él.
Jaejoong ¡era demasiado bueno para
él!
“Eres consciente de que podemos verte
¿verdad?” Fueron las palabras con las que el castaño obligó finalmente a un
azorado YooChun a salir de su supuesto escondite.
“No estoy siguiéndolos o algo por el
estilo,” fue su torpe excusa
“¿En serio? Creí que tu casa quedaba
para el otro lado,” Changmin no tardó en decir con saña.
“Es verdad,” Jaejoong cercioró.
Las mejillas del pelinegro se
tiñeron. Por su cerebro pasaron muchas excusas pero cada una de ellas terminaba
en meteoritos y pokemones. Y no...esas no eran precisamente el tipo de excusas
creíbles que en esos momentos necesitaba...
Por lo que optó por la solución más
sencilla.
Hacerse el tonto y cambiar
radicalmente el tema.
“Me han entrado ganas de jugar a la
consola ¿Por qué no vienes a mi casa ahora que tienes tiempo y jugamos, sí?”
soltó lo más sinvergüenzamente posible.
¿ES QUE IBA DE JODA?
Tenía que estar de joda...
Dios no podía soltar ese tipo de
animales en el mundo.
Changmin sintió las manos de su novio
temblequear entre las suyas. Y la rabia le creció desde lo profundo del alma.
“¡Va a ver una película conmigo!”
gritó
Casi como un niño pequeño.
Uno muy enrabietado.
“Bueno siempre pueden ver la película
otro día ¿verdad?”
¡Oh si! Yoochun lo estaba buscando.
Y como siguiera así indudablemente
iba a encontrarlo.
Felizmente Jaejoong no era estúpido.
Y agregado a ello estaba lo
suficientemente enfadado como para mandar a su mejor amigo a la mierda en esos
momentos ¿verdad?
Sin embargo...
Para el pequeño Jaejoong, Yoochun era
su jodida kryptonita.
De modo que el castaño tuvo que ver
en cámara lenta como Jaejoong le daba la razón a ese marrano con un
asentimiento de cabeza.
¡De que iba todo aquello!
¿Acaso lo iba a dejar plantado?
¿En serio?
¿EN SERIO?
Changmin apretó las manos de su “novio”
entre las suyas y Jaejoong le miró pidiéndole algo parecido a disculpas con la
mirada.
Changmin solo le sonrió falsamente
mientras lo dejaba ir.
Jaejoong le miró con duda antes de
dar el primer paso hacia a Yoochun. Changmin automáticamente sacó de sus
bolsillos su celular y empezó a teclear. Menos de un par de segundos después el
bolsillo del pelirrojo vibraba.
Yoochun quien llevaba la sonrisa de
victoria asegurada tuvo que vivir una segunda decepción esa tarde.
Cuando la mirada cundida en pánico
del que fuera su mejor amigo volteara a ver a su novio y regresara a su lado de
dos saltos.
Yoochun no pensó que fuera una
coincidencia.
Y en cualquier otro momento le
hubiera arrancado el móvil de las manos a ambos pero el suyo propio vibró y
supo que sería su adorada pequeña con la cual estaba siendo profundamente
ingrato.
Así que a nuestro querido Yoochun no
le quedó más que gruñir audiblemente mientras se alejaba a pasos largos a
contestar la llamada.
Changmin hizo el ademán de volver a
coger las manos de su novio de nuevo. Pero Jaejoong se alejó de un paso y le
enseñó el dedo medio.
Changmin volteó alarmado en dirección
a Yoochun pero este seguía dándoles la espalda en su camino de regreso a casa.
“Ten cuidado,” le exigió.
“Vete a la mierda.” respondió el otro
mientras retomaba muy enojado su camino.
Y así la magia oficialmente se fue a
la mierda.
La caminata fue silenciosa.
El pelirrojo iba bastante cabreado.
Así que Changmin trató de mantener
los comentarios sarcásticos al mínimo. Jaejoong podía acobardar a cualquiera
con una mirada.
Y aunque Changmin no tuviera alma o
gramo de consideración en ese larguirucho cuerpo suyo, concluyó que ahorrarse
las malas vibras sería la opción más viable.
“Es aquí,” Jaejoong habló entre
dientes después de casi 10 minutos de camino.
“¿Vives en un departamento?” preguntó
el castaño
“No fíjate te he traído a esta
residencial porque quiero mostrarte el diseño,” respondió el otro.
Changmin ahogó una risa divertida.
Jaejoong se cabreo aún más.
“La última vez fui a recogerte a una
casa. Por eso pregunto,” se explicó
Jaejoong lanzó un bufido.
“No vivo ahí, mi madre estuvo fuera casi
una semana y necesitaba a alguien a cargo de mis hermanas.”
“¡Oh que buen hijo!”
“Cierra el pico.”
El castaño volvió a carcajearse.
“¿Qué piso?” le preguntó amablemente
cuando entraron en el ascensor.
El pelirrojo apartó a Shim de un
manotazo y apretó el botón del número de piso por sí mismo.
El quinto.
Caminaron como un par de autómatas al
salir.
Changmin le dio un buen vistazo a su
número de departamento sobre la puerta. Jaejoong no tardó en encajar la llave y
abrirla.
“No sé el nivel de educación que
tengas y dado que no quiero tener aún más recuerdos desagradables de ti me veo
en la obligación de recordarte que debes quitarte los zapatos y usar pantuflas
aquí.”
“Wow, ¿has venido pensando en eso
durante todo el camino?”
“Tú solo ponte las malditas pantuflas
Changmin.”
Jaejoong era demasiado.
¿Cómo podía no darse cuenta?
“Vale,” accedió.
El pelirrojo soltó un gruñido de
disconformidad mientras se calzaba las pantuflas.
“Jaejoong-ah ¿llegaste?” la voz de
una mujer sonó desde la cocina.
Dos cabezas se levantaron sorprendidas.
“¿O-Omma?” preguntó una de ellas.
A continuación una dulce mujer
apareció con un delantal rosado y unos ojos rasgados bastantes familiares.
Jaejoong estaba al borde de un
ataque.
Changmin pudo verlo.
Y quiso apretar sus cachetes.
Su gesto de total shock era de lejos
una de las escenas más encantadoras everever.
“¿Pe-pero qué haces aquí?” alcanzó a
preguntar con un hilo de voz un muy sonrojado Jaejoong
“Yoochun llamó y...”
“Hijo de p...” Jaejoong le metió un
codazo para impedir que terminara de decir el improperio.
Su madre solo alcanzó a ver el golpe
que le metió el “inocente” de su hijo al otro muchacho, dejándolo en el piso y
sin aire.
“¡Jaejoong!” gritó la madre
Cuando Kim oyó el cuerpo de Changmin
caer a su lado supo que se le había pasado un poquito la mano pero... pero no
podía pensar en nada más que no fuera que Yoochun podría haberle dicho a su
madre de su novio...eso si sus hermanas aún no le habían dicho...y se le caía
la cara de vergüenza.
“¿Por qué golpeas a tu amigo?” La
señora Shim le cuestionó escandalizada.
¿Amigo? Jaejoong volvió a la vida.
Oh entonces...aún no sabía.
El alma le volvió al cuerpo.
“Me decías...”
“¡Tu amigo!” saltó su madre ya
horrorizada.
Jaejoong bajó la mirada y encontró a
un Changmin aún tratando de coger el aire en el suelo.
Y lo que hizo a continuación dejó a
su santa madre sin aire.
“¡Eh Changmin ponte de pie!” le hincó
con la pantufla sin siquiera dignarse a agacharse.
Su madre ahogó un grito entre sus
manos. Muy, muy pálida.
¿A dónde se había ido el dulce niño
que con tanto amor había criado?
¿Quién era ese monstro sin
sentimientos que tenía enfrente?
¿Quién era ese muchacho que seguía hincando
con el pie al cuerpo de ese niño sin darse cuenta de lo que hacía?
“¡Jaejoong!”
“¿Sí?”
“¡Ayúdalo!”
Un bufido después Jaejoong se agachaba
y picaba la cara del castaño con su dedo índice.
“¡Esto es increíble!” soltó la madre,
mientras empujaba a su hijo y ayudaba al pobre muchacho a ponerse en pie, “tú y
yo vamos a hablar de esto luego...”
Después de casi 20 minutos y con un
Changmin ya estable esperando sobre la mesa, la madre de Jaejoong preparaba una
cena en disculpas por el comportamiento de su único hijo varón.
“Vas a tener que disculparte,” le
había dicho muy seria cuando le entregaba la sopa para el invitado.
Un muy puteado Jaejoong agachó la
cabeza y luego de servir la mesa tuvo que sentarse junto a su verdugo y su madre
para “disfrutar” de la cena mientas pensaba “Ahh si tan solo supiera que ese
castaño lo chantajeaba toda su amabilidad se iría a la mierda.”
“¿Y cómo se llama tu amigo
Jaejoong-ah?” preguntó la señora Kim para romper con el silencio.
Kim hizo una mueca.
Changmin tuvo que presentarse por sí
mismo, “Shim Changmin, es un placer conocerla, déjeme decirle que sus dotes
culinarias harán que quiera venir toda la semana.”
“Aigo no tienes que ser tan bueno
conmigo,” la doña se retorció de ternura sobre su silla, “Y dime Changmin como
conociste a mi pequeño diablillo.”
“Oh pues...era un tarde de verano...”
dramatizó.
A Jaejoong se le escapó una sonrisa.
“Yo buscaba un lugar donde hacer mi
deberes tranquilo y llegué al patio trasero de la facu, su hijo me dio una gran
impresión no puedo negarlo sobretodo cuando se despidió de Yoochun,”
La sonrisa del pelirrojo murió.
Sus ojos se abrieron enormemente.
Su boca.
Sus piernas le temblequearon.
¿Changmin lo-lo había visto?
“¿Así? ¿Qué fue lo que hizo?”
“Pues verá...”
“¡Oh pero que tarde ya es! ¿Mis
hermanas deben estar preocupadas, omma deberías irte yendo verdad?”
“No, no realmente...” respondió ella.
Era oficial. Changmin adoraba a su
suegra.
“¡Omma!” rezongó el pelirrojo
La madre sonrió enternecida.
“Voy, voy cariño. Aunque no sé por
qué quieres botarme tan pronto...quieren su privacidad lo entiendo...”
“¿Qué?”
“Oh cariño, deberías saber ya que
gracias a tus hermanas y Yoochun estoy bastante enterada de cada aspecto de tu
vida.”
Jaejoong se había hecho papel.
Changmin rompió en carcajadas.
La señora Kim besó las mejillas de
ambos antes de irse.
Changmin la despidió en la puerta.
Minutos después volvió hacia ese
Jaejoong aún hecho piedra sobre el comedor.
“¿Eh Jaejoong? Dónde tienes las
películas, me han dado ganas de ver una película de terror.”
“Corre,” susurró.
“¿Ah? No te escuché ¿Qué dijiste?”
“¡Que corras por tu vida hijo de puta!”
“¡Espera Jaejoong, mierda! ¡Tiempo
fuera! ¡Eh!”
Y esa sería más o menos la historia
del cómo Changmin se quedó sin pelotas...
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Espero les haya
gustado! Byes J
Pobre Changmin, ya no podrá tener hijos XDDDD Amo a la suegri ♥ pero de verdad estoy detestando con ganas a Yoochun, aparte de ello odiando la actitud de Jae, debería darse cuenta que Yoochun está jugando sin querer con él, burro. Quiero más y pronto ;__;