Escribir esto es demasiado divertido. Me parto de risa
yo solita. Esto tiene realmente más de mí que lo que todo lo que he escrito.
Hay incluso cosas que realmente me han pasado xD. Y verlo desde afuera no es
vergonzoso sino divertido xD. No lo dejaré botado de nuevo I
promise ♥
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Capítulo 3
“¿Y bien?” le
preguntó.
Changmin
simplemente no supo que responderle.
“¡Dios! Te
dije que no debería haberme teñido ¿tan mal se ve?” chilló el ahora pelirrojo
chico con él pánico cristalinamente reflejado sobre su rostro.
Y Changmin no
tuvo corazón para negarlo siquiera. Y es que fuera el adjetivo con el que lo definiera,
estaba seguro que no le haría justicia a lo que tenía frente a sus ojos. La
señorita vino para darle el cambio y el castaño sintió de pronto que la estaba
estafando.
¡Quería decir
por dios! ¡Me postro ante tus manos! Aunque muy dentro de él de alguna extraña manera
había estado esperando algo parecido. Aunque siendo sinceros belleza como la
que tenía ahí no podía ser imaginada sino vista, asimilada y obviamente
admirada.
Jaejoong aun
seguía frikeandose por atrás lo suficiente asustado como para coger el espejo y
ver cuán “feo” estaba.
¿Exactamente cuan miope podía llegar a ser? ¿Qué no
tenía un maldito espejo en casa? ¡Y segundo! ¿Cómo nos veía al resto de simples
mortales? ¿Como una panda de feos monstruitos? – pensó Changmin observándole con
paciencia disminuyente.
“Jaejoong,”
lo llamó una vez le dio las gracias a la peluquera y se vio en la necesidad de
picar el hombro del muchacho para sacarlo de su mundo.
Él aludido
volteó a verlo, receloso.
“Tengo un
segundo mandato,” le dijo.
La mirada
inocentona y juguetona de la monada pelirroja se esfumó de un segundo a otro y
se transformó en la mueca de desprecio que tan acostumbrado a ver, estaba
Changmin ¡Demonios! la mirada despectiva del mayor lo hacía ver incluso más
sexy.
“Tengo un
segundo mandato,” le repitió tratando de dejar de lado sus pensamientos.
“Deja el
secretismo y escúpelo de una vez,” siseó Jaejoong.
“No te veas
en un espejo hasta mañana.”
Los ojos se
le agrandaron. Y Changmin casi pudo escuchar sus berrinches agudos dentro de su
cabeza, ese niño era demasiada ternura junta. Y él una basura inmunda. El total
contraste le pegó una buena patada en los huevos.
Ya lo has hecho – se recordó.
“¿Y el punto
aquí es?” preguntó el mayor.
“No tengo
porque explicarte mis razones solo cúmplelas ¿ok?” Sí ya estaba hecho y no
podía tirarse para atrás.
A Kim se le
pronunció el ceño tanto que la visión se le obstaculizó un poco, masculló unos
cuantos adjetivos inapropiados entre dientes y muy indignado salió del salón
con un culpable y maldecido Changmin detrás de él.
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“Te recogeré
mañana,” Changmin le dijo cuando llegaron a la puerta su casa.
Jaejoong ni
siquiera dio muestra de haberle escuchado y sin dignarse a despedirse siquiera,
encajó sus llaves y desapareció tras la puerta.
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“¿Qué?”
Yoochun se incorporó de su cama.
Con los
pijamas ya puestas y los dientes bien lavados. Y ahora también a punto de un
paro.
“Sí bueno...”
respondió la voz en la otra línea.
“¡Jaejoong!
Uno no llama a su mejor amigo y le suelta un ¡estoy saliendo con alguien! como
si nada,” gritó el de los rulos negros sin importarle reventarlo los tímpanos a
su amigo en lo más mínimo.
“Sí es que todo
ha sido muy extraño pero...ya sabes”
“¿Ya sé qué?
Joder...tengo unas ganas mortales de partirte la cara ahora mismo” estaba
molesto y necesitaba explicaciones. MUCHAS EXPLICACIONES.
¿Qué parte de
explicaciones era exactamente la que ese cabeza dura no entendía?
“...”
“¡¿Es en
serio?! ¿Vas a callar justo ahora? vale, lo he pillado ¡jódete!” gritó Yoochun
de su lado del teléfono, a punto de arrancarse los pelos del coraje y colgar.
“Bueno
adiós...” ¡Eso era chantaje emocional señoras y señores!
Y Yoochun era
todo un manipulado.
“Mierda...
¡...no cuelgues! ¿Jae?”
“¿Sí?”
respondió el aludido con un hilo de voz.
“¿Quién es
ella?” Jaejoong estuvo a punto de llorar al escucharlo preguntando justo eso.
“Ya verás
mañana...”
“Bien.”
“Ok, entonces
voy a colgar,”
“Vale...
¡Jae!”
“¿Mmm?” el
pelirrojo trataba de contener sus hipidos lo máximo que podía. Se había
decidido a decirle la verdad a su amigo antes de que se enterara por
comentarios de segundas personas. Que estaba seguro aflorarían con creces al
día siguiente.
“Si ella no
es ni la tercera parte de bella que tú, vas a tener que cortar ¿me escuchas?”
Una débil
risita se escuchó del otro lado.
“Bien,
entonces chau.”
“Chau.”
Yoochun se
dejó caer sobre su colchón maldiciendo. Sea la mina que fuera por más
encantadora y bella que resultara, porque sólo se imaginaba a alguien así
atrayendo la atención de su Jaejoong-ah, no la iba a tener fácil.
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“¡Buenos
días! ¿Está Jaejoong?”
Un par de
ojos lo miraron curiosos y asintieron cohibidamente con la cabeza.
“Podrías avisarle
que ya llegué,” le pidió Changmin con una sonrisa coqueta.
Las mejillas
de la nena se encendieron mientras volvía a asentir torpemente.
“Yoona-chan
¿quién es?”
Una segunda
cabeza se asomó por la puerta.
“¿Bueno?” le
preguntó curiosa
“Como le dije
a yoona-chan,” le guiñó un ojo, la nena se derritió con la sola mirada, como le
encantaba seducir a las bebes ¡si tan solo Jaejoong fuera tan sencillo! pensó
para sus adentros, “busco a Jaejoong.”
“Oh sí oppa
está tomando el desayuno justo ahora ¿me dices tu nombre?”
“¡Oh sí! Lo
siento, me llamo Changmin. Shim Changmin,” recitó.
“¿Changmin?”
la ojos de la hermana mayor brillaron con malicia, “noona ¡Es Changmin mira,
mira!”
Cuatro
cabezas más se apretujaron en la puerta.
“Así que eres
el novio de oppa...eres muy guapo,” dijo una de ellas.
“¿Cuántos
años tienes?” preguntó otra.
“¿Desde hace
cuanto se conocen? Oppa no nos ha querido decir nada de ti,” renegó otra.
“Y yo que
siempre pensé que terminaría con Yoochun-oppa” dramatizó la otra.
“Pero este
oppa no está nada mal,” discutió la de colitas.
“Tienes
razón,” acordó la anterior.
Changmin se
sintió mareado.
“¿Se puede
saber porque tanto alboroto?” su voz se oyó divertida desde el pasillo, “¡Hey!
que me aplastan a Yoona-chan” un hogareño Jaejoong asomó la cabeza también
mientras trataba de alcanzar a la menor y ponerla a salvo entre sus brazos de
lo que supuso Changmin, debían ser sus hermanas.
La sonrisa
fue innata. Y cuando Jaejoong alzó la mirada se quedó en una pieza.
“¿Él es tu
novio oppa?” preguntó la nenita discretamente en el oído del alto muchacho que
la cargaba en brazos.
Jaejoong solo
asintió con la cabeza.
Sus mejillas
se tiñeron un poco.
“Hola,”
Changmin lo saludó.
Y la
expresión de Jaejoong se estiró cuanto pudo para formar una sonrisa.
“Hola...”
“Unnie creo
que los estamos incomodando, mira ni siquiera se han dado el beso del buenos
días,” disque susurró una de ellas en el oído de su sonrojada y ansiosa hermana.
Porque en
realidad sus palabras entraron fuertes y claras por los oídos de los aludidos.
“Sí, tal vez
deberíamos entrar... ¡pero es que son tan lindos! ¿Crees que oppa me deje
tomarles una foto?”
“¡Claro que
no!” explotó Jaejoong, “nos estamos yendo ¡ahora mismo! Las veo luego, cuídense
y no le den problemas a mamá ¿entendido?” renegó quitándose el delantal,
doblándolo con maestría y dejándolo sobre la mesilla que había al lado del
pasillo.
“Sí,”
respondieron todas en coro.
Y sosteniendo
de la muñeca a un divertido Changmin, Jaejoong lo condujo a cinco cuadras de
distancia sin mirar atrás.
“Tus hermanas
son lindas.”
“¡Ni se te
ocurra!” exhaló el pelirrojo con una mueca torcida que sólo en él podría verse
atractiva, “están fuera de tu alcance, fin de la discusión.”
“¡Hey! no lo
decía en ese sentido,” se defendió el castaño, indignadísimo.
“Lo que sea,
solo recuerda lo que te he dicho.”
“Bien...”
“Genial.”
Jaejoong
siguió caminando enfrente de él como si no se conocieran.
10 minutos
después. La cantidad de universitarios aumentaba considerablemente. Y ya unos
siete pares le atravesaban la espalda al castaño. Jae iba aún adelante.
Totalmente ajeno a él, pensando en cómo demonios iba enfrentar a Yoochun.
“Jaejoong-ah”
Changmin le llamo melosamente.
Pero no hubo
respuesta.
Se acercó a
zancadas hacia su objetivo y caminó a su lado como cualquier pata.
“¿Cuánto falta
para llegar?” le preguntó entre susurros.
“Cuatro o
cinco cuadras.”
“Oh... ¿deberíamos
tomarnos de las manos ya?”
“¿tengo otra
opción?”
“No
realmente.”
“Eso creí.”
Jaejoong continuaba
caminando como si nada. ¡COMO SI NADA! Y él que se moría de pena.
“Ok...voy
a...voy a tomarnos de las manos.”
“Changmin te
agradecería que dejaras de pulular tanto y lo hicieras de una puta vez.”
El castaño no
podía pedir menos. Y aunque ahora gran parte de su moral estaba convencida del
tipo de basura en el que se estaba convirtiendo. Agacho la cabeza. Se tragó sus
conflictos y entrelazó sus dedos con los largos, delgados y suaves de Jaejoong.
Y Changmin no supo la razón que le llevó a hacer lo que hizo.
Si fue por el silencio sepulcral que se acababa de infundir entre toda la
multitud universitaria, pues acababan de llegar a la puerta principal de la universidad.
Si
fue porque sentía la mirada de todos sobre ellos y aún más sobre sus manos
recelosamente unidas.
O porque un
hermoso brillo carmesí adornada las mejillas tersas de ese tímido Jaejoong a su
costado.
No lo supo pero...
Pero un
temblor lo recorrió por todo su cuerpo hasta centrarse en su pecho, ahí donde se
ubicaba su corazón. Ese que empezaba a bombear su sangre con mucha más fuerza y
le obligaba a apretar aun más esa delicada mano entre la suya.
Y entonces, las
palabras salieron de su garganta casi en un aviso y/o advertencia posesiva para todas las
miradas que el despampanante pelirrojo se robaba, “este es Kim Jaejoong,
estudiante de tercer año de esta facultad y mi ahora novio.”
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Yaaahhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!! Rayos rayosss rayossss xkkkkkkk me vas a dejar sin alientoo xD jajaja wao te quedo super genial!! *--* si y tambien quiero mas... Tipica reaccion por un deseo insatisfecho lol~ ommo ommo ommo!!! Que dira Chun ahora?? Se armara la 3ra guerra mundial? * se muere las uñas*...