Bien, siento haberme demorado, pero verán como que la inspiración anda de baja últimamente. Y para rematarla acaban de contagiarme la gripe. (Aunque creo que en la enfermedad es cuando la luz me vuelve al cuerpo o--o) pero bueno, espero les guste el capo. Mis disculpas a Junsu siempre lo hago sufrir T____T. Un besote a esthela10.
Ojos negros.
Cabello oscuro.
Piel blanca.
Voz gruesa como ninguna.
Si Kim Junsu creyó que podría olvidar sus acciones la “virginal” noche pasada...se equivocó.
Si creyó también que podría vivir con el pequeño secreto por el resto de su vida pues...
...volvió a equivocarse.
.......
Que nadie aprobó jamás nuestra relación, lo sabía.
Que solían mirarme con envidia cuando íbamos tomados de las manos, vale, eso también lo sabía.
Yo sabía perfectamente que era un don nadie, Haru. Y sabía también que tú por el contrario, eras prácticamente dueño del país.
¡Lo sabía!
Siempre lo tuve muy presente, yo siempre supe que lo nuestro era de ensueño...apenas y quería animarme a creerlo realidad.
Por eso con el tiempo aprendí a hacer oídos sordos a los comentarios malintencionados que la corrosiva sociedad podría brindarme porque todo aquello que podrían decir...yo lo sabía mejor que nadie.
Te enojaba que pensara de esa forma...y aunque habías luchado por arrancarme la idea de la cabeza...simplemente ni yo mismo pude moverla de ahí.
Aún cuando me dijiste que tu dinero importaba muy poco si yo no estaba a tu lado, que tu sangre no era azul, que no eras más que un simple humano. No podía evitarlo.
Así que eventualmente terminé aislandome del mundo, ignoré los rumores, el súbito cambio en tu comportamiento, las palabras de mis más cercanos amigos, pensando que tal vez eran una treta más del mundo para hacerme dudar. Para alejarme de tu lado.
Pero no fue así.
Haruka.
Me fallaste...
Los recuerdos de esa tarde aún no me eran lo suficientemente claros, quizás mi mente las reprimía, que se yo...sin embargo mi alma dolía con el solo hecho de saberte lejos de mi lado.
Mis pasos se detuvieron cuando llegué al edificio.
Mi memoria me transportaba a aquellos días en los que me traías hasta aquí por las mañanas. Despidiéndote con un beso. Susurrándome tu amor despacio.
¿Porqué?
¿Cómo es que pudiste?
Las lágrimas se asomaron sin remedio, inspire fuertemente conteniendome.
¿Qué había de esas interminables tardes en la casa de tus difuntos abuelos? ¿De la hermosa pileta frente a la gruta? ¿De los miles de árboles en los que grabamos nuestros nombres?
¿Dónde quedaban nuestros “te amo”? ¿Las historias mal armadas que me contabas con tal de robarme un beso? ¿Dónde?
¿Es que en realidad nunca me amaste?
Me dolía pensar que no. Porque yo si te amé, mucho...y lo sigo haciendo ahora.
Haruka.
No intentaba justificarme ¿ok?
No miento al decirte que fue producto del despecho, no más.
Pero aún así no podía dejar de sentir ese vacío en el pecho al saber que le había entregado a alguien más eso que por derecho te pertenecía. Me odiaba a mí mismo por pensar de ese modo...pero ¿Qué se supone que hiciera? Eras más grande que mi voluntad.
Mucho más grande.
Bordeaban las 9 cuando desperté esa mañana. Desnudo entre sábanas y con un dolor general espantoso, el mismo que pareció incrementarse unas cien mil veces cuando intenté incorporarme. Vale,no había que ser genios para darse cuenta de lo que había sucedido. Te mentiría también, si te dijera que sólo intuía.
Y ahí me hallaba, tirado boca arriba sobre esa cama de hotel, preguntandome si te dolería si supieras...
Si tan solo supieras.
Qué le recordaba perfectamente.
Qué lo había disfrutado...
Qué durante esos minutos, esos gloriosos minutos había logrado olvidarte.
Que de mis labios roncos había sido un “Dios” lo que había escapado, mas no tu nombre.
Haruka ¿Te dolería si te dijera que de haber sabido su nombre con seguridad lo habría dicho?
¿Volverías a poner ese gesto de mártir que solías cuando te hablaba del torso de YunHo o las facciones angelicales de JaeJoong?
¿Volverías a desnudarme salvajemente y dejarme en claro que solo debía verte a ti?
¿O es que acaso me fallarías de nuevo?
Da igual...ni tú ni nadie lo sabría..
Sería mi pequeño secreto, por lo que me quedaba vida.
Haruka.
Estoy muy cansado ¿sabes? Siento que han pasado años y llevamos apenas 12 horas separados.
Me dijiste alguna vez que tu corazón latía a costa mía, el mío dejó de latir cuando me dijiste que te irías ¿Por qué el tuyo siguió latiendo?
Mi Haru... No tuve las agallas para decirte que te quedaras. Siempre supe que este día llegaría y por tanto solo agache la mirada, quizás muy dentro de ti deseaste que hubiera dicho algo.
Trataba de no pesarlo. Despues de todo...el desenlace seguiría siendo el mismo.
Mis dedos marcaron el número del piso con desgano.
Sabía que para cuando esas puertas se abrieran, estarían aguardando por mí las sonrisas.
Aguanté la respiración. No debía llorar. Me había prometido a mi mismo no hacerlo.
Aunque a decir verdades me arrepentía de haberlo hecho, estando limitado por esas cuatro paredes devolviendome el reflejo, el escozor en mi nariz aumentaba.
Ayer por la madrugada, cuando encendí el televisor incapaz de conciliar el sueño. Desobedeciendo así lo que hyung me había ordenado.
En mi inocencia, creí que tal vez...no sé. Es solo que no pensé, no creí que la noticia iba a expandirse tan rápido. Pero claro, no por nada dicen que caer en cuenta de la realidad es duro. Y oh vaya que lo fue.
Ver a tu prometida por la TV nacional hablar de su tienda favorita, de su familia y del gran amor que los unía. Fue un golpe muy bajo Haruka. Hundiendo mis dedos lo más que pude en el cojin del sillón traté de alejar mis ojos del anillo que brillaba sobre su delicado dedo.
¿Y sabes que?
...no pude.
Las puertas del elevador se abrieron.
Al segundo siguiente, sentí las miradas burlescas taladrarme el cuerpo, recordarme sin piedad que mi sueño al fin había terminado.
Me mordí los labios reuniendo fuerzas para llegar siquiera a mi oficina.
Jae-hyung me atajó en el camino.
- ¿Qué hacen todos aquí? – Preguntó al mar de ojos sobre el pasillo - Se les paga por trabajar ¿saben? – exhortó con desprecio
Le miré con los ojos ya enrojecidos, Jae me abrazó con el brazo derecho, mientras con el otro abría la puerta de mi oficina, y me conducía suavemente dentro.
- Junsu...ah – me susurró ya sentado frente a mi
Suspiré secándome una lágrima que deslizaba por mis mejillas, odiaba llorar en público.
JaeJoong me miró con tristeza. Caminó hasta la mesilla buscando el termo para ofrecerme un vaso de agua.
- Lo siento – me disculpé avergonzado, recibiendo el pequeño vaso para quedándomelo mirando entre mis manos
- Ni lo digas – me dijo Jae golpeándome la frente buscando robarme una sonrisa
Como quería dársela. Pero mis risorios apenas se movían.
- Gracias – susurré
Mis ojos se clavaron, de pronto, en el portarretratos sobre mi escritorio, una fotografía que nos habíamos tomado el verano pasado. Los ojos rasgados de mi ahora ex me sonreían. Intenté coger el vidrio sumergido en mi mundo, pero la mano de Jae fue más rápida.
Le miré ausente. El suspiró queriendo decirme algo, pero le detuve.
- Hyung qui...quiero estar sólo – le pedí volviendo a tomar un trago del agua caliente
Quiso negarse pero mis ojos suplicantes le hicieron desistir. Caminó despacio hacia la puerta y aún no del todo convencido salió hacia el pasillo. Se quedó apoyado sobre mi puerta. Veía su sombra desde aquí, volví la vista hacia el retraro y acaricié el vidrio con mis yemas.
Hundí mi cabeza entre mis brazos. La segunda noche sería quizás más dura que la primera...
.....
A casi tres días de nuestra ruptura absolutamente nadie comentaba una palabra de lo sucedido, claro que, mucho había tenido que ver la amenaza directa de nuestro sub-director a toda la plana editorial de la revista.
Agradecí en silencio el detalle ya que supuestamente yo “no sabía nada del asunto” y aunque me sentía un poco avergonzado por todas las molestias que estaba causando, ya podía respirar más tranquilo.
Jae y YunHo aún continuaban insistiendo en que me quedara en casa por lo menos por una semana, pero me había negado rotundamente, temía que el tiempo a solas solo me hiciera recordarte más.
Y es que era tan sencillo poder escuchar tus susurros sobre mi cuello con tan solo cerrar mis ojos. Imaginar tus mano alzar delicadamente mi mentón, sentir tus suaves labios...
A esto sumado que los señores de la mudanza ya habían empezado a sacar tus cosas de nuestro apartamento. Sabía que eventualmente tnedrías que apersonarte, y el solo pensar que podría volver a verte no me hacía nada bien.
Aún cuando realmente moría por verte. No sabría cómo reaccionaría ante una segunda despedida.
Por eso me quedaba hasta muy tarde en la editorial mirando desde la ventana de mi oficina las estrellas. Hasta que mis ojos empezaban a cerrarse por sí solos y decidía volver a casa.
Pasaba por algún supermercado y compraba un ramen instantáneo para comer en casa, siempre odiaste mis hábitos alimenticios ¿verdad?...y sin embargo al final había terminado contagiándotelos.
Me reí con las bolsas colgando de mis manos.
Hierba mala nunca muere. Mis hábitos me los llevaría a la tumba...mi corazón quizás ya no.
....
Lo rumores de la asociación rondaban por la empresa hacía meses. Las secretarias estaban encantadísimas con la idea de tener más jovenes de gran bolsillo rondado el edificio, contigo habían fallado miserablemente ¿no?
Yo sin embargo nunca le presté mucha atención el asunto. YunHo parecía no tener intención de alterar el equilibrio próspero que habíamos alcanzado. Y siendo tú su mejor amigo, tenía en ti su plena confianza.
O lo tuvo hasta hace dos semanas, cuando al llegar a casa les encontré discutiendo en el living, no quisiste explicarme lo que había pasado...apenas y me hablabas para ese entonces.
Grande fue mi sorpresa cuando al sexto día Jae y YunHo aparecieron en mi oficina. Me dijeron sin rodeos que habían roto el contrato con tus publicitas. Que habían decidido aceptar una oferta importante que les habían hecho hacia meses. Me explicaron que el nuevo contraro significaría Asia y quizás hasta América; con una correcta administración y trabajo duro.
Yo sólo aguanté en silencio sobre mi asiento, escuchandoles atentamente, sintiendo como poco a poco todas nuestras conexiones iban desapareciendo.
"Empezaremos a trabajar en conjunto desde el próximo mes" me dijeron
Y repartiendome la lista de files con los expedientes de cada nuevo integrante.
Se fueron.
Particularmente no creo en el destino...¿una de las principales razones?
Mis ojos no pudieron despegarse de la foto de aquel chico.
Porque simplemente...es una reverenda putada.
Hola, gracias por el primer capu, la verdad, recuerdame como va, porque me perdi en la historia, he estado extresada, pero bueno quien es haru, se que haru fue el novio de junsu, y lo deje, seguro ahi viene lo mas interesante no es asi, no demores en actualizar por favor, aunque fue mi idea ahora tu desarrollas la historia y me dejas en suspenso, bye
Esthela10