Corría por el
bosque, siguiendo el sonido del llanto de un niño perdido entre sus
profundidades. Necesitaba llegar a él, debía protegerlo, tenía que...
Mis pasos se
hundían en la tierra uno tras otro sin querer detenerse hasta conducirme a un
prado de cuyo centro nacía un inmenso árbol, algunas de sus hojas caían y
danzaban con el viento alrededor de un gigantesco nido que yacía sobre su raíz
y de donde al parecer provenían los llantos.
Di el primer
paso...
El segundo...
“¡Junsu!”
“¡No quise hacerlo, lo
juro!”
Changmin me observó con
ambas cejas alzadas y una expresión que vaticinaba sarcasmo por donde se la
mirase. Y aún modorro y poco atisbado como estaba supe que estaba muy jodido.
“¿Andamos muy
comunicativos últimamente, no?”
“No.” Espeté, a veces el
mal humor puede ser tu mejor amigo cuando tratas de evitar cualquier discusión
tonta y en general porque justo ahora no quería lidiar con Changmin, “ahora,
cuantas veces te he dicho que toques antes de entrar a m-” empecé a regañarlo.
“Oh cariño, toqué, toqué
tanto que nada haría más feliz a mis nudillos que ahorcarte ahora mismo” gruñó
haciendo los gestos de tener mi cuello entre sus asesinas manos.
Yo me quedé callado.
“Bue-bueno de todos modos
¿Qué quieres?” le insté fingiendo estar ocupado
Él rió.
“¿La verdad?” me preguntó
jugando con el sacapuntas que había tomado de mi escritorio.
Le dirigí una mirada exasperada
antes de decirle, “ajá.”
“Pues nada, venía a ver
qué hacías, estoy algo MUY aburrido.”
Me disponía a gritarle que
se largase cuando Jaejoong entró.
“¡Junsu! No vas a creer lo
que-” se interrumpió, “¡hola min!”
Changmin se tensó sobre su
asiento antes de devolverle el saludo más escueto posible que consistió en un
simple asentimiento y cero contacto visual.
Yo me largué a reír.
Jaejoong me fulminó con la
mirada mientras trataba de no estirar mucho más el escenario y se sentaba en
completo silencio en el asiento a su lado.
Changmin se paró entonces,
hizo una reverencia con el rostro más serio e impersonal que pudo poner y se
dirigió afuera a pasos cortos.
“¡Oh por el amor de dios!”
gritó mi hyung incapaz de soportarlo otro segundo más y yo ya no hallaba formas
de exteriorizar mi algarabía, “¿vas en serio?”
Changmin se dobló sobre
tus talones y con fingida inocencia le preguntó “¿disculpe vicepresidente Kim,
necesita algo?”
“¡Tú! ¡Tú!” Le apuntaba
con el dedo, indignado “¡Tú eres increíble!” le gritaba mirándome de tanto en
tanto en busca de ayuda.
Yo solo alcé las manos y
negué repetidas veces con la cabeza en respuesta. Si ni siquiera él podía, que
esperaba que yo hiciera. Changmin estaba fuera de mis manos. Y fuera de todo
aquel que tuviera un límite de paciencia establecido. Sea cual fuese, para
competir con él habría que ser indolente.
“¡Oh tu ganas!” metió sus
manos a sus bolsillos y sacó su tarjeta negra “esto nunca sucedió ¿comprendes?”
gruñó.
Changmin sonrió de lado,
“por supuesto que no”
“Tienes solo tres
horas...ahora ¡Largo!”
“Si usted lo dice,” caminó
de regreso a la puerta con satisfacción total y me guiñó un ojo cuando Jaejoong
volvió a mirarme totalmente exasperado.
¡Dios mío! Changmin
disfrutaba torturando a las personas.
“Un bueno día de estos voy
a asesinarlo, joder” renegó mientras se acurrucaba en el mismo sillón que
Changmin había estado ocupando hace un par de minutos.
“Sabías que eventualmente
se la darías, hyung”, le dije.
“Lo sé” refunfuñó, “y eso
me jode aún más.”
Me reí. Jaejoong siempre
se esmeraba en hacerle las cosas difíciles pero al final terminaba dándole
mucho más de lo que debería. Changmin era casi como un hijo para él.
“¿Y de que hablaban?” me
preguntó.
“Nada estaba a punto de
apuñalarlo con mi lapicero cuando tu entraste”
“¡Ah demonios! Debería
haberme tardado un par de minutos,” se quejó.
Yo me largué a reír de
nuevo.
“¿Y?”
“¿Y qué?”
“¿Qué ibas a contarme?”
“¡Ah, no vas a creerlo!”
se encogió con emoción sobre el sillón y con apenas un hilo de voz muy agudo me
dijo “adivina quién ha preguntado por ti hoy.”
“¿eh? ehm bueno...no-no lo
sé hyung ¿quién?”
Al parecer mi respuesta
fue mucho mejor de la que esperaba porque sus ojos brillaron y bajando la voz
con secretismo me dijo “Yoochun, Park Yoochun, él bomboncito de cabellos negros
me ha preguntado por ti, es decir primero de forma enteramente profesional,”
volvió a encogerse como una nena, “pero luego cuando le enseñé una foto tuya él-”
“¡¿QUÉ HICISTE QUÉ?!” no
pude detenerme, la paranoia tomó control total de mi cuerpo.
“Le mostré una foto tuya”
reiteró con una sonrisa de oreja a oreja.
“¿Y lo hiciste exactamente
por qué?” prácticamente grité ¿es que no entendía nada?
Bueno, hyung no sabía.
¡NADIE SABÍA!
Tan solo...
Tan solo él...
“Porque ya es bastante
extraño que su actual supervisor ni siquiera le haya saludado propiamente aún,
cualquiera pensaría que le rehúyes”
Bajé la mirada. Los
músculos de mi cuello actuaron solos.
Y entonces se hizo el
silencio.
“Ah...bueno...ehm, he
estado algo ocupado me ocuparé de ello cuando termine con algunos papeles que
tengo pendientes.” intenté justificarme pero...
Mierda, mi escritorio
estaba vacío.
¿Justo ahora? ¿En serio?
“¿Es que hay algo que no
me hayas dicho?” me preguntó, ahora aún más interesado, cruzando las piernas
sin perderme un segundo de vista.
“¿Ah? ¿Qué dices? Sabes
que te cuento todo, hyung” temblé como un vil chancho a punto de entrar al
matadero.
“¿Ah sí? Y entonces ¿Se
puede saber porque no me miras?”
“Yo-”
“¡Jaejoong!” Yunho entró
sin tocar si quiera “SE PUEDE SABER PORQUE DEMONIOS NO ESTAS REUNIDO CON EL
DIRECTOR FU.”
¿Era yo, él único que veía
a Yunho con alas y un traje albo resplandeciente?
“¡Me niego a reunirme con
ese puerco!” Fue la escueta respuesta de mi hyung, y la cual de paso me
devolvió a la realidad duramente.
“¡Me importa una mierda!”
escupió Yunho.
¡Oh demonios! Esto no iba
a acabar bien...
“Bien, entonces no tiene
problema ¿no?”
Yo ya buscaba las mil y un
formas de escapar antes de que alguna cosa fuera lanzada.
Yunho suspiró, “escucha o
te reúnes con él o...”
“¿O qué? vas a despedirme”
Tragué saliva, ok a juzgar
por la expresión torcida que nuestro presidente llevaba puesta en la cara,
correría sangre y mucha.
“¡adelante! con la indemnización que tendrás
que pagarme no tendré que volver a trabajar en mi vida.”
“Jaejoong por una vez en
tu vida puedes ser razonable” gritó ofuscado
Jaejoong se puso en pie
igual o más ofuscado, mientras gritaba con las manos en alto “No hay forma de
que me obligues a reunirme con el cerdo acosador de Fu, si a ti te comiera con
la mirada entenderías.”
Lo último que oímos fue el
portazo y sus pasos azorados fuera de mi oficina.
Yunho se quedó tieso.
“Con respecto a eso
último, hyung...” Yunho volteó a verme escupiendo fuego por la boca, lloré mi
atrevimiento un par de milisegundos antes de volver a hablar, “es cierto...lo
he visto”
Yunho se dejó caer en el
sillón.
Sacó su celular y saludo
al señor fu propiamente antes de informarle que el precio de sus acciones se devaluarían
de una manera tal que tendría que acostumbrarse a pedir limosnas a partir de
ahora.
Y sin decir una palabra
también abandonó mi oficina.
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“¿Y cómo fue todo al
final?” le pregunté a la espalda de Changmin mientras me apoyaba chulamente
sobre él con una cola en mi mano.
Sí mis niveles de
aburrimiento habían llegado a límites tales que ahora iniciaba conversaciones
con Shim.
Jaejoong había
desaparecido después de su pequeña pelea con Yunho. Y yo no había hecho grandes
cosas por forzar nuestro encuentro, a decir verdades.
“Shhh...” fue lo que obtuve
por respuesta y me cabreé.
SHIM CHANGMIN NO PODIA
IGNORARME
“¿Pero qué carajos crees
que ha- auu...” me volteó de tan solo sujetarme el codo con sus anchas manos y
me fulminó con la mirada antes de decirme, “Junsu cierra el maldito pico.”
Estuve a punto de mandarle
por mucho a la mierda. Por mucho.
Cuando vi a Minho a unos
metros conversando con un chico de los de impresión, supuse por el uniforme.
“¿Por qué estas-?” Empecé
de nuevo.
“Shhh ¿es que están difícil
mantenerte callado por dos segundos? Tsk”
“Changmin estas ganándote un
buen puño” le amenacé entre dientes.
“Esto es culpa tuya,” me gruñó
de vuelta “ahora tengo que andar cuidando del señorito las 24/7 para evitar que
haga alguna estupidez que ME comprometa”
“No lo hará, ya está bien
advertido”
“Oh por el amor de dios
hyung” me dijo con voz cansada.
Yo abrí los ojos de par en
par ¿Hyung? ¿Le habían metido algo a mi cola?
“Tu amenazando a alguien
da tanto miedo como Jae tratando de resondrarme,” continuó.
Quise discutirle pero mi
celular sonó y tuve que contestar la llamada.
“¿Diga?”
La llamada se cortó. Y
entonces visualicé la identidad en la pantalla. Changmin se partió de risa a mi
lado y ahora sí enterré mis nudillos en su hombro. Le oí quejarse pero no me
quedé para verlo, me di media vuelta y caminé de vuelta hacia mi oficina.
Era tu número...
“¡Junsu!” Jae apareció de
la nada misma y me saludó nada menos que con el susto de mi vida.
“¡Hyung!” le dije aterrado
“¿Tienes un minuto?”
“Pues después de encontrar
mi corazón de repente...me has hecho botarlo por la boca hace apenas unos
segundos”
“Bien porque tienes que-”
¡Mierda! Había olvidado
que teníamos una conversación pendiente.
“Ehm ahorita estoy algo
ocupado yo-” me excusé alejándome a pasos largos del ofuscado Jae que trataba
de seguirme el paso.
“¡No espera...!” me dijo
él pero fui más rápido.
“Lo siento hyung...” le
dije, entrando de dos zancadas a mi oficina y cerrando la puerta detrás de mí prácticamente
bailando de alivio. Ahora solo tenía que planear mi huida. Y sobreviviría el día.
O eso pensé hasta que
escuché un voz gruesa a mis espaldas, “Junsu-shii...es un gusto verlo...por
segunda vez”
Y cada diminuto vello
alrededor de cada poro de mi piel se erizó del pánico, vomité...
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Espero haya gustado ♥. Me voa a la nene ~
Waaaaaaaaaaaaaaa!!!
Todo esto es genial!
Gracias x avisarme ;)
Junsu, no te escaparas esta vez .-.
Awww me encanta