Despertar.

viernes, 29 de junio de 2012
Siento la demora. Merezco morir. Espero les guste.
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TITLE: Toughts and letters
PAIRING: ChunJae
AUTHOR: Kimmy_lin
RATINGS: PG-15
WARNINGS: Yaoi?



Odio las mañana soleadas.



Las mariposas.



El cantar de los pajarillos.



Y toda esa mierda con la que puedes robarles sonrisas a las niñitas de hoy en día. Porque soy así de hombre aunque mis rasgos suelan confundir a la gente. Sepan que yo no elegí nacer con esta musculatura o rasgos afeminados. Simplemente abrí los ojos en este mundo, probablemente como muchos de ustedes.



Pero volviendo al punto de este triado relato.



Si es que hay alguno, realmente.



Bueno, como iba diciéndoles odio las mañanas soleadas. Los rayos de luz solar hayan la manera por más imposible que sea de colarse por las persianas y pegarte en la cara insistentemente.



¿O es que acaso el sol tan solo me odia a mí?



A eso deben sumarle un Yoochun tocando mi puerta muy temprano, bolígrafo en mano feliz de la vida porque ¡oh dios está soleado! y muy dispuesto a ayudarme a terminar un sketch que ¡por todas las frutas! aún no tengo hecho y lo cual usualmente significaría que lo tendría sobre mí por las siguientes semanas sin descanso.



Y debo admitir que he aprendido a tenerle cierto aprecio.



Pero no TANTO.



¿Me dejo entender?



Como sea...



Esa mañana cuando abrí mis lindos ojitos y lo encontré semidesnudo abrazado a mi pecho con ese sonrisa goofy que le pondría los pelos de punta a cualquiera yo...simplemente...



Me frikié.



Sí, esa es la mejor forma de definirlo.



Y es que ¿Qué esperaban?



El ser humano es malpensado por naturaleza, duela a quien le duela.



Culpo a nuestras madres. Pónganse a pensarlo un poquito y me comprenderán.



Probablemente piensen que después de la conmoción hice lo que cualquier otro hubiera hecho en mi lugar, es decir:



1. Gritar como niña.

2. Correr improductivamente en círculos por la habitación.

3. Ponerme los jeans.

4. Ser consciente poco a poco de que acababa de perder la virginidad a manos de mi mejor amigo y no recordaba ni mierda...ok borren eso último. Lo que trato de decir es que acababa de meter las 5 y no tenía idea de cómo podría volver a verlo a la cara cuando despertarse.



De modo que el paso 5 se resumía a recoger mis cosas y huir.



Pero cuando efectivamente estaba calzándome las zapatillas.



Me di cuenta de un pequeñísimo detalle relativamente importante.



¡ESA ERA MI CASA!



Lo cual significaba que no podía irme porque tendría que cerrar con llave. Lo que a su vez implicaría dejar encerrado a Yoochun dentro. Y tendría que volver a mi depa algún día e irremediablemente cruzarme con él.



Cosa que era lo que justamente intentaba evitar.



Así que...bueno a resumidas cuentas estaba muy pero MUY jodido.



Lo que pasó a continuación sin embargo...fue mucho peor.



Con tanto conflicto existencial en mi cabeza no había sentido a mi verdugo despertar ni mucho menos caminar hacia mí para darme el tan conocido buenos días.



De modo que cuando me abrazó por la espaladas a mitad de un bostezo estuve muy apunto de botar mi corazón, pulmón y demás vísceras tanto torácicas como abdominales del puro susto.



Gracias a Dios pude captar los rizos negros a tiempo y mi cerebro se encargó de mantener todo en su lugar.



Pero entonces vino el recuerdo.



Oh sí. Siempre inoportuno. A la espera del momento más incómodo para garantizar tu suicidio social.



Recordé que habíamos bebido.



Que le había dejado dormir en mi cama de pura empatía.



Que me había besado.



.



..



...



¡QUE ME HABÍA BESADO!



El rostro se me encendió.



Balbuceé apenas un buen días antes de huir de sus brazos hacia la cocina. El me siguió a pasos cortos, naturalmente, no había forma de que Dios me dejara librarme tan fácil ¿verdad? analizándome con sus ojos negros poniendo esa casa de “a ti te pasa algo” que ignoré claro está. No quería iniciar conversación de algún tipo con referente a ese tema.



Después de todo el iba ebrio.



Pudo haberme confundido con alguien más.



Quiero decir.



De repente ni siquiera recordaba lo que había dicho/hecho.



No iba a ponerme en una situación incómoda por gusto.



Era tonto. Pero no tanto.



Entonces vino a mi cabecita otra cuestión.



Si hipotéticamente me había confundido con algún otro.



Eso significaba que había un alguien del que estaba ena-ena-enamo ¡mierda! ¿Y PORQUE COÑO NO ME HABÍA CONTADO AL RESPECTO?









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Uff lo tenia abandonado. Lo terminaré xD. Los siento. Estoy de vas oficialmente ahora si no tengo excusas.


Capítulo 7


Siento la demora, mi celu no cargaba y lo necesito para entrar así que...bueno. Gracias por seguir esta historia que ya llega a su final. Beso a todas.

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Sunday



Un par de ojos marrones recorren la estancia.



Encuentran mucho blanco a su alrededor.



Tanto blanco que lo confunde.



Logra divisar ventanas. Sí, ventanas. Paredes albas. Hay un pitido extraño de fondo.



La visión borrosa se va disipando de a pocos. Ahora la garganta arde. Quema y tiene algo en ella que no le permite inspirar el aire con propiedad. Las manos del castaño viajan hacia sus vías respiratorias y tocan un tubo.



Ok. Es tiempo de entrar en pánico total.





“¡Está despierto! ¿Changmin? ¿ME OYES? ¿MIN? ¡Está despierto, alguien!”



“¡Iré por alguien, tranquilo!”



“¡Min!”





Las voces suenan conocidas a los oídos del humano. Pero este no puede estar del todo seguro.



Sus manos quieren luchar contra el objeto que le impide respirar. Pero unas manos le detienen.





“Todo está bien, todo está bien solo espera,” le dice la persona que está a su costado.





De su garganta escapan quejidos. Siente la necesidad de vomitar de pronto. Se siente morir.



Hay más personas en la habitación de pronto. Lo siente pero no puede ver.





“Quítenle el tubo,” otra voz suena.





El cuerpo débil del humano ya no puede identificar más. A caído presa de la confusión y el sueño de nuevo.





“Quédate conmigo Changmin. Quédate,” una voz adulta le pide





El castaño lucha por enfocarse en su voz y no entregarse a la inconsciencia que le llama cada vez más insistentemente.





- Te amo.





Escucha un susurro.



Una voz dulce que su corazón desea poder identificar. Lo desea tanto que sus ojos se agolpan de lágrimas que van cayendo copiosamente una tras otra mientras su visión vuelve del todo y puede enfocar al doctor iluminándole las pupilas mientras le golpea las mejillas para asegurarse de que ha vuelto.



Y ciertamente lo ha hecho.



Entonces ¿Por qué se siente morir?





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“¡Claro que no lo hice!” Son las palabras con las que se defiende.



La psicóloga le mira condescendientemente. No cree ninguna de sus palabras, no con todas esas pruebas en su contra. Changmin lo sabe y eso lo hace sentir impotente.



Como poder convencer a todos de que no ha intentado suicidarse si ni el mismo recuerdo la secuencia de acontecimientos que le llevaron desde acostarse en su cama al piso.



¿Qué ha sucedido exactamente en esa casa de playa?



Su sentido común le dice que lo deje ahí. Pero su alma le grita lo contrario.



La psicóloga a su vez se encuentra en una total encrucijada.



Sabe que la muerte de la madre del heredero Shim lo había hundido en un proceso depresivo intenso. De los que toman buen tiempo en terapias para controlar siquiera. Sin embargo el muchachito frente a ella parece haberlo superado milagrosamente.



Ella es católica sí.



Pero es bastante escéptica con respecto a muchas cosas.



Sus deducciones rondan en círculos mirando un par de ojos castaños que le juran decir la verdad y ya no está tan segura de lo que la lógica le dicta.





“Vamos a dejarlo aquí por hoy...descansa,” le dice.





Changmin solo se deja caer impotente sobre la camilla.



No le han dejado ver a nadie aún.



No sabe tampoco si quiere enfrentarse a alguien que piense que ha intentado quitarse la vida.



Su mirada se enfoca en la luz del fluorescente que alumbra su habitación y las manos le tiemblan. Siente sus extremidades inferiores debilitarse y el músculo cardiaco que reside en su pecho hacerse añicos ante ese esbozo de recuerdo que aflora en su mente de nuevo, ese “te amo” que le hiela los huesos.





“¿Quién eres?” el humano se pregunta desesperado





Pero no obtiene otra respuesta más que silencio.







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“Changmin,” la voz de su mejor amigo le llama.





El castaño le sonríe culpable. Puede ver claramente el rastro de lágrimas y ojeras bajo los párpados de Junsu y desea abrazarlo, darle algún tipo de consuelo.



Pero toda idea desaparece cuando las palmas de su pacífico amigo se estampan contra su mejilla derecha.



Yoochun entra en escena a pasos rápidos sujeta al rubio por la espalda aunque sus ojos también observen al debilitado castaño con rabia.





“¿Cómo pudiste?” pregunta Junsu con el alma rota





Intentando liberarse del agarre de su novio. Y ejercer aquello que su rabia le pide hacer. Siente tantas cosas a la vez. Que ya no sabe si seguir gritando o simplemente echarse a llorar. Changmin se siente de pronto un adefesio.



Por no ser capaz de recordar absolutamente nada.



Ni cómo su cabeza se abrió producto de un fuerte golpe en el piso.



Ni cómo estuvo a punto de morir desangrado sobre la alfombra.



Ni como sus mejores amigos por esos designios de la vida decidieron darle una visita sorpresa y lo encontraron inconsciente.



Simplemente no puede.



Lo que si puede hacer es jurar...que no fue a propósito.



Se conoce lo suficiente para saber que esa no sería una alternativa que tomaría...jamás.





“Pero es que yo no...Yo...lo siento,” las palabras salen de sus labios y es el fin.





Junsu cae de rodillas y las lágrimas se desbordan finalmente de los ojos de ese Yoochun que trata de ponerlo en pie de nuevo.





“Lo siento,” vuelve a suplicar con la voz quebrada





Y ahora tiene dos pares de brazos aferrados a cada lado de su cuerpo además de sus alientos entrecortados por los sollozos.





“No...Vuelvas jamás,” trata de decir Junsu pero no puede terminar de formular la oración, simplemente no puede pronunciar la última palabra.



“Nunca,” le cerciora el castaño.







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Es su segunda semana, hospitalizado.



El golpe en la cabeza no ha sido cosa de broma.



Y ciertamente Changmin se pregunta si está alucinando cuando ve a cierto hombre entrar en su habitación de hospital. Con tantas arrugas en el rostro y tanta soledad en los ojos.





“Changmin,” lo llama con lágrimas en los ojos, “déjame abrazarte por favor.”





Changmin no sabe cómo.



No entiende cómo pero sus brazos se abren para recibir ese abrazo.



Su padre lo acuna entre sus brazos como hace mucho tiempo atrás alguna vez hizo y su aroma varonil, paternal y protector le abriga el alma. Lo ha perdonado.



Al fin lo ha perdonado.



Sin necesidad de más palabras, lágrimas o dolor.



Aunque una parte de su consciente muy en lo profundo sabe que no ha sido algo inmediato. Que algo extraño y místico ha de haber pasado.



El problema es que...



No tiene idea del qué.



Pero va a averiguarlo.



Tiene que.





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Casi un mes en el hospital y al fin ha recibido el alta.



Junsu y Yoochun se la viven en su departamento. Y bueno, a quien quiere engañar...le encanta.



Son las perfectas mucamas.



Basta con un pequeño llamado para tener un pelinegro y rubio ofreciéndole cuanto desea. Y vale, es muy consciente de que esas cosas no se hacen pero ¡hey! tiene una venda en toda la cabeza. Y aun debe tomar analgésicos por el dolor.



Sea como haya sido la forma en que su cabeza golpeó el piso...le hizo un hueco en el cráneo.



Así que va a aprovechar la etapa del “pobrecito” cuanto pueda.



Las citas con la psicóloga han cesado después de haber jurado y rejurado que no tenía intención de hacerse daño. Y de haber “recordado” que se levantó por la noche a ir al baño y en un giro inesperado de sucesos había tropezado y acabado en el piso.



Si claro...



Aunque ha luchado por hacerse un espacio en su agenda e ir a visitar la casa de playa no ha podido. Sus familiares han venido a verle en el transcurso de las semanas y no puede irse.



Esa tarde su padre vendría para visitar el panteón de su difunta madre. Y a decir verdades no estaba tan asustado como creyó debería.



Las fotos de su madre en su habitación ya no eran como fantasmas...atormentándolo.



Sino bonitos recuerdos de la persona amable que fue en vida.



Aun no comprendía el cómo.



Pero cada vez que se ponía a indagar en ello un extraño pesar le acongojaba el alma. Así que había decidido dejarlo en paz...al menos por ahora.



Ya iría a visitar la casa de playa en busca de esos grandes huecos de los que deseaba tener explicación.





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Su padre toca el timbre.



Changmin le sonríe.



Ambos van vestidos de negro.



El camino hacia el cementerio no es tan largo.



Han venido conversando de muchas cosas triviales. Changmin intenta que los silencios no sean extraños, gracias a Dios no tiene que poner tanto esfuerzo. Tienen tantas cosas de las que hablar que en general los espacios vacíos han sido nulos.



El chofer les avisa que han llegado a su destino.



El castaño no se pierde del ligero temblor que recorre el cuerpo de su padre. Y coloca su mano en apoyo sobre su hombro. Unos ojos castaños parecidos a los suyos le miran y sonríen nostálgicamente.



Changmin entiende perfectamente lo que pasa por la cabeza de aquel hombre.



Él ha venido con la misma congoja por meses.





“Lo siento,” le susurra antes de abrazar al menor tan fuerte que el aludido siente sus huevos crujir





Pero Shim menor no se queja.



Completa el abrazo como puede. Y jura poder oír a su madre reír entre sus recuerdos.



Las lágrimas de su padre le empapan la espalda.





“Está bien...sé que ella te ha perdonado y yo...al fin lo he hecho papá.”







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Changmin se ha incorporado al trabajo mucho más temprano de lo que nadie esperaba.



Junsu aún no está muy de acuerdo con toda la idea. Pero Yoochun le ha convencido de que el mencionado necesita hacer algo o sino terminará estresado de tanto mimo.



Y tiene razón.



Su anterior vida ha vuelto de a pocos.



Los horarios de oficina.



El auto.



Con un par de diferencias, claro, ha vuelto a casa.



Comparte la cena y desayuno con su padre cada día.



Y por supuesto ha devuelto las sonrisas a su nana.



Pero hay algo que falta.



Hay un algo que le hace mucha falta pero de lo cual no ha consultado con nadie porque sabe que ya ha causado suficientes problemas.



Algo que no tiene que ser genio para saber se vincula con ese lugar en el que ha pasado una semana en aislamiento total.



Afortunadamente tiene ese fin de semana libre y bajo mentiras blancas ha logrado convencer a su padre de que solo irá por un par de cosas que ha olvidado. Su padre no ha quedado muy tranquilo a sabiendas que ese fue el lugar en el que casi ha perdido la vida y ha intentado convencer a su hijo de ir con Junsu y Yoochun.



Pero afortunadamente, también, ellos no tienen libre ese fin de semana. Y aunque es consciente de que si lo pide sus amigos estarían más que contentos de pedir una licencia...no quiere causarles molestias mayores.



Además que de alguna forma piensa que debe volver solo.



Y así lo hace.



Muy temprano en la mañana.



Se lleva la botana que su nana le ha preparado para el camino, se despide de ella y enciende el coche en busca de respuestas.



Su corazón late emocionado, ansioso y extasiado ni bien sus pies pisan el acelerador.





“Aquí voy,” se dice, “aquí voy...Jaejoong”







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Gracias por leer <3. Falta solo un capi.

Séptimo especial.

sábado, 23 de junio de 2012

Dedicado a omma y a Xio. Espero les guste a sido un poco raro escribir después de tiempito no escribiendo vampiritos xD. Gracias por leer. Son geniales y las quiero este lunes se termina. Yei! Sería bueno que leyeran con este cover. Amo sus voces y entre ellas y mi Goot nerd

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E special 7




Eran momentos como ese.



Un puñado de minutos contados post sexo.



En los que Youngwoong caía exhausto al lado de ese cuerpo humano colmado de sudor y cansancio. Incapaz de pensar en nada concreto.



En los que ni siquiera podía liberar suspiros. Porque su alma se desconectaba de la realidad a tal punto que volaba lejos de cualquier consciente y hallaba paz.



Sintiendo la respiración acompasada de Yunho golpear en su pecho.



Sintiendo sus cabellos lacios hacerle cosquillas en la barbilla.



Sí. Eran solo pequeños momentos como ese en los que Youngwoong cerraba los ojos y se decía...que vivir así el resto de su vida...no sería tan malo.



Yunho no lo sabía por supuesto.



No había forma que Youngwoong le dejase enterarse tampoco.



No quería ni pensar en cuan maricón se pondría si lo supiera.



Porque de todos modos...eran solo un puñado de minutos no una realidad.



En la realidad. No era más que un monstruo. Y esa persona que dormía a su lado...un simple humano.



Uno que perdería la vida en sus manos. O bajo los efectos de su propia enfermedad.





“Mierda,” gruñó.





Últimamente tenía la imagen de su cuerpo sin vida a cada que cerraba los ojos. Y debía admitir...que la visión no le gustaba y eso colegas, no estaba bien exactamente.



Pero para un vampiro tan obstinado como él lo era.



Admitir que algo se le estaba yendo de las manos...era un imposible.



Admitir que Yunho había empezado a importarle...era un sacrilegio.



De modo que para sí mismo...



El asunto Yunho estaba bajo su total y absoluto control, fin de la discusión.



El aludido dejó escapar un gruñido entre sueños y sus brazos se cerraron alrededor de su torso. Y como era ya costumbre a Youngwoong el agarre no le molestó en absoluto.



Estiró una mueca que intentó ser una sonrisa y murió como un simple bostezo.



Oscurecería pronto. Muy pronto.



Era noche de luna. La tercera. Tenía que volver. Se lo había explicado a Yunho antes de acostarse con él la primera vez esa mañana. Se lo había recordado antes de acostarse por segunda vez una hora después. Y como para la tercera Yunho le había mandado a callar de la mejor manera. A la cuarta no había dicho más nada.



Youngwoong debió saber que sentirse algo culpable al dejarlo esa noche...significaba que no todo iba del todo bien.



Pero una vez más...lo ignoró.







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“Serás hijo de puta.”





Youngwoong no había esperado una mejor reacción. Es más...podría decirse incluso que lo había estado esperando. De nuevo, no iba a admitirlo en lo pronto.





“Buenos días Yunho.”



“Es todo ¡me largo de aquí!”





Youngwoong no necesitó imaginar su cara de indignación total su cerebro se la pintó a la perfección y le robó una sonrisa.





“¿Te irás a donde exactamente...?”



“¿Así que es eso no? Vale, te ahorraré las despedidas y me iré ¡de una puta vez!”



“Yunho...”





Youngwoong tuvo que morderse la lengua cuando escuchó al humano lidiar con el refugio.





“Tú...que ¿Qué demonios es esto?”



“Se llama seguridad...”



“¿ES QUE SOY UN JODIDO CANARIO?”



“...”



“¡ESTAS RIENDOTE ENCIMA ANIMAL...!”



“¿Es culpa de quien?”



“Que te den.”





Un silencio incómodo.





“Mierda...mierda...mierda”



“Yu-”



“Solo joder...haz lo que tengas que hacer Youngwoong...”



“Bien.”





El humano se hundió entre las pieles de nuevo. Una lágrima de ira escurrió entre sus pómulos.





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“No tienes noticias para mí ¿eh?” Youngwoong habló en un susurro.





Siwon se mantuvo totalmente tenso.





“No.”



“¡Fenomenal!” celebró verificando la marca purpúrea de su mandíbula en el cuello del otro vampiro.



“Ya debes saber qué es lo que te conviene ¿verdad?”





Siwon solo guardó silencio otorgando las afirmativas sumisamente con su silencio.





“Youngwoong...”





La voz detrás de ellos los hizo callar.





“Mi señor,” contestó de inmediato Siwon antes de hincarse en el suelo de rodillas.





Youngwoong le observó con asco.



Lamia le miró a su vez. Esperando recibir su tan acostumbrada reverencia pero Youngwoong no se inmutó. Hizo apenas un ligero asentimiento que los dos supieron era por pura obligación.



 Sus ojos tenían mucha más vida de lo que en años había visto. Y Lamia supo la razón no era él.





“Déjanos solos,” le ordenó.





Siwon desapareció al segundo.





“Tienes un olor peculiar.”



“Quiere hablar de mi olor ahora...ha pasado buen tiempo desde la última vez...”



“Créeme que lo sé.”





Sus manos siguieron la línea de su espada.



Youngwoong aguantó la respiración.









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“Eres bastante obstinado te lo han dicho,” la voz de Youngwoong en su cabeza fue el más profundo de los alivios.





El humano hizo lo que pudo para reprimir su línea de pensamiento. Tenía un dolor profundo en el estómago. Había devuelto absolutamente todo lo que había ingerido esa mañana. Y su débil cuerpo se fundía en escalofríos.



No iba a quejarse.



Pero agradeció por vez primera que Youngwoong no fuera omnipresente...o al menos no del todo.





“Tal vez un par de veces,” le contestó.



“Volveré pronto.”





Youngwoong no supo porque la noticia salió tan desesperada de sus labios. Pero no se detuvo a pensarlo mucho tampoco. Había algo en el ritmo de toda esa conversación que no terminaba de gustarle.





“No voy a esperarte despierto,” mintió el humano en respuesta.



“Lo harás,” fue todo lo que Youngwoong le dijo.





Yunho le dio la razón.







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El viaje regular de dos días. Sus piernas lo efectuaron en la mitad de uno.



¿Por qué?



No les conviene preguntar. Pero lógicamente NO era porque lo extrañaba. Claro que no.



Las sigilosas piernas del vampiro aterrizaron en el bosque en la total oscuridad. Y escalaran hasta el refugio con facilidad. Desde esa distancia sus fauces pudieron percibir el aroma de Yunho ya.



Con todo el tiempo juntos. Había desarrollado una inmunidad a su apetitosa sangre. No que hubiera dejado de ser absoluta y tentadoramente apetecible. Pero ahora cada vez que el mencionado se hacía un tajo. Al menos ya no se le abalanzaba encima.



Y eso...era un gran progreso.



Youngwoong descubrió con desgano que el argumento que venía armando en el viajecillo para cargárselo esa noche a como dé lugar se había ido a la mierda.



Pero no importó.



Se las apañaría.



Siempre lo hacía.



Desafortunadamente...esa noche la vida le tenía preparado un par de sorpresas.





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Debió saber que algo andaba mal.



Cinco días...



Cinco malditos días.



Las personas pasaban delante de él sin darle ningún alivio.



Los heridos de guerra.



La sangre que no le despertaba algún interés. Las manos le temblaban. Un frío extraño le jodía el alma.



El doctor le avisó que ingresara. Sus piernas se separaron del banco mecánicamente.



Encontró a Yunho en una de las camillas empezando a recuperar la conciencia de a pocos.





“¿En dónde...? ¿Youngwoong?” su voz rota llegó a sus oídos como un puñal.





Por primera vez en todas esas horas el vampiro dio un respiro.





“A veces sencillamente me pregunto...”



“¿Qué?”





¿Qué demonios me pasa contigo? fue lo que quiso responder pero de nuevo...





“...”





Tiene la peste era el único resultado que le habían dado. Morirá de un momento a otro.





“Demonios ¿Cómo llegue aquí?” se quejó Yunho de nuevo removiendo su brazo sin fuerzas e intentando inútilmente incorporarse.



“Usa tu imaginación.”





Yunho le miró con el ceño fruncido. Acaba de recibir una actualización espacio-temporal de su cerebro con sus últimas palabras.





“¿Y bien? ¿Qué tal la visita a papá?”





Youngwoong sintió una punzada de rabia en la boca de su estómago pero trató de ignorarla. Yunho lucía extremadamente pálido y débil.



Cinco malditos días.



La cifra volvió a joderle.





“Estas muy enfermo ¿no?” le dijo.





Yunho quiso cruzarle la cara de pronto. Así que eso era todo. Cerró los puños. Sintió su nariz escocer pero estaba de pronto tan puteado. Que la tristeza se volvió simplemente abandono.





“Lo sé,” respondió.



“No, no lo sabes.”



“Me duele a mí Youngwoong...créeme lo sé,” gritó con impotencia.



“Pensé que habías dicho un par de meses.”



“Llegaré hasta un par de meses...ahora que sea gateando es diferente,” bromeó.



“Esto no tiene gracia.”



“No he dicho que la tenga.”





Youngwoong apretó con tanta fuerza la barra de la camilla que la deformó. Estaba cabreado y ni siquiera entendía bien el porqué.





“¿Y bien?” preguntó el humano, las manos le sudaban.





Ese no era exactamente el adiós que había esperado. Tal vez y Youngwoong tenía razón después de todo...era una niñita.





“¿Y bien qué?”



“Sabes muy bien que Youngwoong.”





Youngwoong calló.



Se puso en pie y abandonó el hospital por la puerta principal.





Los no te vayas del humano...murieron en su alma.







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“¿Cómo supones que conseguiré yo una cura? Youngwoong. Cuando no existe una para empezar.”





Siwon le observó con cara de circunstancia.



Youngwoong permaneció en silencio.





“Lamia está sospechando.”



“Si trasciende ya sabes quién perderá la cabeza primero.”



“¿Puedes tratar de no poner mi vida tan al borde entonces y quitar esa cara de muerte?”





Youngwoong hizo el ademán de querer romperle el cuello. Pero su esfuerzo murió en un suspiro.





 “Ya está aquí. Será mejor que desaparezcas.”





Siwon se desvaneció en la niebla.





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“¿Youngwoong?”





El humano se puso de pie al captar un reflejo dorado por el rabillo del ojo. No sabía nada de él desde hace dos semanas. Las medicinas le hacían devolver lo poco que comía. Se sentía en la misma miseria...y sabía que no era por el propio padecimiento físico.



Pero la criatura que cruzó la puerta con pasos cortos y presencia imponente no fue su Youngwoong.



De pronto hizo demasiado frío.



El humano sintió su cuerpo paralizarse del miedo al notar los resplandecientes ojos amarillos.








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Ok...espero haya gustado chiquis. El lunes tienen la conti. Faltan solo 2 que ya están escritos al siguiente sobretodo que quiero ponerle unas cosillas más para que quede claro. Y bueno...todas saben como la historia del pasado terminará así que no me vayan a odiar.