Reencuentros?

martes, 7 de febrero de 2012

¡Disculpen la demora! Ya hice un bosquejo de cada capo y creo que serán unos 15 o 14 capítulos. La main couple es la yoosu así que en el caso de ellos ambos hablaran pero en el caso de las otras parejas solo hablará una parte así que será bueno que me dijeran a quien quieren que elija, tanto de la yunjae como del changminho. Ah sí y el capítulo será enteramente narrado por una persona. Pero la yoosu siempre estará mencionada por ahí por lo pronto los primeros capis serán narrados por Junsu hasta que haruka vuelva a aparecer en la historia, ok no les spoileo más ¡Gracias por leer! Un beso enorme.

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Capítulo 2



“Sé que siempre he dicho que las cosas suceden por algo y no es que haya dejado de creerlo pero eso no significaba que no deseara pudiera estarme equivocando.”


Yoochun era su nombre.
Natal de Corea.
Veintiséis recién cumplidos.
Sin lugar a dudas todo un futuro por delante.

Pero no fueron estas últimas, quizás, las que se robaron los suspiros de todas y todos, sino su modesto discurso de bienvenida y agradecimientos generales acompañado de esa sonrisa que hasta a mí me revolvió el estómago.

Su padre, según él había dicho, tenía planeado una vía poco ortodoxa para con su transición en la administración de la empresa y deseaba que su único descendiente escalara desde la base para ganar la experiencia y reconocimiento que merecía su futuro cargo.

Como era de esperarse, la planta rompió en aplausos.

El propio Yunho parecía sorprendido y hasta cierto punto impresionado aunque la expresión le cambió radicalmente cuando Jaejoong hizo callar a todos para proponer el brindis con unas sonrisitas más coquetas de las habituales.

Lamentablemente, no puede ver más ya que las copas chocaron unas contra otras de pronto y antes de que pudiera siquiera llevarme el vidrio a mis labios la gente se abalanzó sobre el que sería mi nuevo empleado sin importarle propinarme buenos codazos en el proceso.

Como pude me abrí paso en contra del gentío, aún no me sentía listo para decirle “¡Hola! Soy Kim Junsu el chico al que le diste el orgasmo de su vida esa noche sin saber si quiera su nombre, sí, sí, soy tu jefe de departamento ¡mucho gusto!”


“¿Por qué te escondes?”


Grité.


“¡Carajo! ¿Por qué siempre tienes que aparecerte de la nada?” Volví a gritarle a ese par de ojos castaños que me miraban entre divertidos y cabreados.

“Sí, yo también me alegro de verte, Junsu” me respondió mientras bebía lo que quedaba de su copa de vino de un trago.

“Ok, mira Changmin solo porque estoy muy cansado no discutiré contigo” empecé a decirle, él me miro con una sonrisa por demás socarrona mientras caminaba hacia el escritorio de mi oficina en donde yo estaba sentado y depositaba su copa vacía, “pero tampoco te esfuerces mucho”

“Está bien...” acordó a regañadientes, “ahora me dices ¿porque te escondías?”

“¿Quién? ¿Yo?”


Changmin alzó una ceja.


“Hasta donde supe la fiesta era en el segundo piso.”

“Eh, sí sólo...estoy un poco cansado y eso...” me excusé.


Changmin suavizó la mirada.


“Hace mucho que no salimos” susurró mirando en dirección opuesta a mi rostro, yo arrugué el ceño sin entender, “ya hasta se te extraña un poquito.”


Sonreí. Sabía lo que trataba de decirme y viniendo de él me hacía sentir profundamente agradecido y hasta cierto punto bastante halagado. Golpeé su hombro con mi puño amistosamente.


“Yashh...no sabía que tuvieras esta parte Min-ah” canturrié, él frunció el ceño y se abalanzó sobre mí haciendo el gesto de querer ahorcarme.

“Y como alguno de nuestros hyungs se entere de esto...te castro.”


Me reí. Como hace mucho no me reía, las carcajadas hicieron eco en mi garganta y unas cuantas lágrimas cayeron por mis mejillas. ¡Dios! Changmin estaba haciendo lo que ningún terapeuta podría haber hecho en meses. Él también reía pero mucho más moderadamente.

Cuando de pronto su gesto cambió radicalmente, mirando con ojos muy abiertos hacia la puerta, la mandíbula desencajada y todo su rostro rojo como un tomate.


“Esto...no”

“Lo siento, yo...ehm yo-papeles-aquí ¡Lo siento!” Una tercera voz se oyó desde el umbral de la puerta de mi oficina.


Fue justo en ese momento en el cual reparé en los detalles. Como por ejemplo que Changmin estaba sentado a horcajadas sobre mí o que sus manos se hallaban sobre mi pecho y las mías sobre el suyo, o que nuestras camisas estaban desarregladas por el forcejeo e incluso a la mía se le habían saltado un par de botones...

Sí, bueno en general no era el mejor escenario para respaldar nuestra inocencia.

Changmin se paró de un salto, hizo entrar al chico nuevo y cerró la puerta tras de él.

“Eres nuevo ¿verdad? Mira no es lo que parece yo solo trataba de asesinarlo”

La expresión del asustado muchacho era un poema.


“¡Changmin no estás ayudando! Ok, escucha esto no es...no.”

“¡No estábamos a punto de tener sexo!” gritó exasperado.

“¡Changmin!”

“¿Qué? Él cree eso, míralo está a punto de orinarse encima” rezongó con obviedad mientras le señalaba sin pudores con su gran dedo índice

“Mierda, ok tú te callas y tú” lo señalé.

“¿Yo?” El muchacho se apuntó así mismo temblando de arriba abajo.

“Sí, tú ¿Cuál es tu nombre?” le pregunté.

“Min-minho, Choi Minho,” respondió.

“Ok Minho, lo que has visto aquí se queda entre nosotros ¿vale? no querrás tener tropezones en tu primer día ¿cierto?”


El delgado chico negó con su cabeza como en trance.


“¡Pero nosotros no...!” Empezó a replicar Changmin.

“No creo que nos crea min, ahora deja de gritar como una nena y volvamos a la fiesta.” le dije apunto del colapso.


Changmin soltó un bufido y salió dando un portazo.


“Lo siento...no esperaba que vieras esto pero honestamente no es lo que...”

“¡Prometo no decir nada hyung-nim!” Me interrumpió “yo ¿pu-puedo retirarme?” Literalmente me suplicó.


Asentí con la cabeza.

Él se alejó a zancadas ni bien le concedí mi afirmación.


“Argh...” Renegué una vez solo.


Fantástico, simplemente fantástico. Si lo de hoy se filtraba y lo de Yoochun también, acabaría siendo la putita de la empresa.

La puerta sonó nuevamente.

Jaejoong entró con una sonrisa de oreja a oreja.


“Yunho nos ha dado el día libre” me informó mientras se sentaba en el sillón de enfrente y cruzaba las piernas, “bueno, todos los demás se fueron a un club a celebrar y...”

Se quedó callado.


“¿Qué le pasó a tu camisa?” Me preguntó arrugando el ceño

“¿Ah? Nada, quise cambiarme y soy muy bruto con estas cosas.” le dije riendo fingidamente.


Él suspiró.


“Me hubieras llamado,” me reprochó acariciando la tela, “ya se echo a perder” dijo entre pucheros, ah había olvidado que era una de las camisas que tú me habías regalado. Costosa como siempre.


Luego sus ojos se dirigieron a la copa de vino que reposaba sobre mi escritorio.


“Changmin vino a molestar un rato” expliqué, “y se fue junto a un muchacho nuevo que vino a dejar unos papeles.”

“Sí los vi, yo fui quien mandó a Choi con los papeles a tu oficina, ahora que me pongo a pensarlo se le veía bastante extraño cuando volvió.”

“Qué raro, de repente Changmin hizo alguno de sus comentarios ya sabes cómo es él...y bueno ¿por qué no fuiste con el grupo?” le pregunté tratando de cambiar el tema.

“Es que tú desapareciste de pronto y pensé que debías estar muriendo del hambre en algún lado así que decidí invitarte...” miró su reloj “la cena supongo.”


Me sonrió y no pude evitar querer lanzarme sobre él y abrazarlo.


“¿Changmin también fue?” Le pregunté

“Sí ¿puedes creerlo?” me preguntó con auténtico entusiasmo “me dijo algo de no poder dejar a uno de los chicos nuevos solo, en especial si había alcohol de por medio y se unió al grupo, a Yunho casi le da un infarto cuando le escuchó decir que iría, la verdad es que a mí también” rió.


¡Oh genial! Changmin debía estarme odiando.


“Bueno... ¿vamos?”

“Ok, déjame que coja mi abrigo y...” caminé hasta el pequeño clóset de mi oficina y saqué un saco cualquiera, “ok listo.”


Bajamos hasta el estacionamiento para coger el auto de Jaejoong.


“¿Qué tal te pareció Yoochun?” Me preguntó cuando abandonamos el estacionamiento ya en su auto.


Me atoré con mi propia saliva.


“¿Eh? ¿Po-por-por qué preguntas?”


La sonrisa se le ensanchó.


“Me pareció bastante agradable ¿a ti no?”


Me quedé mudo no entendía lo que trataba de decirme. Oh bueno, sí pero no con qué propósito.


“No lo sé...” Respondí

“¿Cómo que no lo sabes?” Se rió “¿Vas a decirme que no es probablemente uno de los chicos más encantadores que has visto?”


Oh mierda pregunta capciosa, siseó una vocecita en mi cerebro.


“Yo-sí-bueno,” respondí a duras penas.

“Estaba pensando...” procuré no mirarle pero ¡demonios! simplemente no poseía la habilidad “que harían una bonita pareja” concluyó él con una de esas sonrisitas tan suyas que las alarmas sonaban en mi cabeza como las 7 trompetas deberían en pleno apocalipsis.


Volví a toser compulsivamente.


“¿Qué? ¿Quién? ¿Yo con él? ¿Cómo crees?” Traté de sonar convincente pero a juzgar por su sonrisa cada vez más grande no lo estaba haciendo bien.

“Entiendo” me dijo luego de unos segundos para luego guiñarme un ojo pícaramente.


Sudé frío, la última vez que Jaejoong me había dicho lo mismo había sido con-contigo...


“Llegamos” me avisó.

“¡Genial! Muero del hambre” berreé mientras bajaba de un salto de su auto.

“Como si fuera novedad” bromeó él, con las manos en los bolsillos y su caminar tan chulo de siempre.

“Solo estás celoso porque no engordo” le respondí entre pucheros.


Él se detuvo se volvió hacia mí y con una sonrisa divertida me dijo, “Pues tu estómago se ha hinchado un poco déjame decirte”


“¡Mentiras!” Rezongué golpeándole el hombro suavemente.


Él rió con ganas mientras me empujaba cariñosamente dentro del restaurante.


“Últimamente estoy comiendo mucho más de lo que acostumbro” le dije cuando ya tomamos asiento en una de las mesas que él había reservado.

“Quizás ansiedad” sugirió, sus ojos me miraban nuevamente preocupados.

“Quizás” concedí yo.

“Has pensado en consultar a un psicólogo”


Le sonreí con desgano.


“No va a decirme algo que no sepa, hyung.”


El suspiró mientras se recostaba del todo en su silla.


“¿Qué vas a pedir?” le pregunté para cambiar de tema.


Él lo notó pero me siguió la corriente, “no sé, algo ligero un postre tal vez.”


“Yo sí quiero una verdadera cena,” le dije entre risitas, él solo me sonrió derrotado.

“De repente cerdo asado,” continué.

“Te dará indigestión,” me retó

“No quieras discutir con mi estómago, hyung.”

“Ok-ok,” me dijo con las manos en alto en son de paz

“Aunque algo dulce también me vendría muy bien,” reflexioné.


Él alzó una ceja al escucharme.


“¿Qué?” Se rió “¿Qué?” Insistí de nuevo.

“Nada...nada es sólo que,” volvió a reírse.

“¿Es solo que qué?” Exigí.

“Que ya pareces mujer embarazada” Rió de nuevo.


Lo miré con mala cara.

Él solo hundió su cabeza en el menú tratando de calmar sus risas. Mientras yo empezaba a fundamentar el porqué mi apetito no podría compararse con antojos o el porqué de plano hablar de un embarazo era un absurdo. Pero él solo reía a garganta abierta sin escucharme.

Lo que pasó a continuación fue muy extraño. Tan pronto como el apetitoso aroma del cerdo asado llegó a mi nariz salí corriendo al baño. Mi reacción fue tan repentina que a Jaejoong le tomó unos segundos terminar de digerir lo que estaba pasando para luego seguirme los pasos. Las arcadas me hicieron temblar y lagrimear de desesperación.

Gracias a dios Jaejoong estaba ahí para auxiliarme.

Sólo había vomitado un par de veces en mi vida y definitivamente no figuraban entre mi lista de memorias favoritas.

Después de ayudarme a limpiarme y llenarme la boca de enjuague bucal tantas veces como pude regresamos al auto.

Yo ya había perdido completamente el apetito y a juzgar por la cara de terror de mi hyung en los baños, supuse que él también lo había perdido.


“¿No quieres que te lleve al hospital?” Me preguntó por quinta vez o mejor dicho me exigió.

“Estoy bien,” traté de disuadirlo.

“Cuando uno está bien no vomita ¿sabes?” Me reprochó.

“Mi estómago estaba un poco revuelto es todo,” le dije.


Él me miraba no del todo convencido mientras conducía hacia mi casa.


“Promete que si te sientes mal o algo me llamarás” me dijo cuando llegamos.

“Lo prometo hyung, ahora vete a casa y llama a Yunho-hyung y dile que no vaya a entretenerse mucho” le dije

Él frunció el ceño para luego rezongar, “es que soy su madre.”

“No ahora eres su amigo, así que como amigo que eres debes aconsejarle ¿no?”

“Pues también soy su ex así que...”


Me golpeé la frente con la palma de mi mano de derecha en pos de derrota.


“Entonces llámalo y dile que mantenga un ojo en Changmin como buen hyung que eres”

“Ok eso está mucho mejor” respondió riendo.


Yo solo suspiré mientras me despedía con la mano en alto y procedía a subir los escalones de la entrada, “¡Hasta mañana hyung!” le grité.

Él encendió su auto pero antes de irse tocó el claxon para llamar mi atención y al volverme me dijo con una sonrisa triunfal “y para que quede claro...sí estas gestando.”

No me dio tiempo para gritarle o lanzarle algo ya que su precioso auto desapareció de mi vista en cuestión de segundos.

Me quedé viendo el horizonte durante algunos segundos.

Para luego ingresar por fin en el ahora departamento solamente mío.

Con unas palabras refunfuñando en mis labios “gestante...si claro.”


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Espero les haya gustado! Gracias por leer <3

Capítulo 1

sábado, 4 de febrero de 2012


Dedicado a mi pao (oh bueno la versión hetero) oficilamente ya eres mayor de edad mujer ♥ las mejores bendiciones bebe. Eres una de las personas más lindas que he tenido el placer de conocer.

TITLE: Toughts and letters
PAIRING: ChunJae
AUTHOR: Kimmy_lin
RATINGS: PG-15
WARNINGS: Yaoi?


Lo curioso de la vida es que no importa lo mucho que intentes planificarla siempre existe ese pequeñísimo factor que escapa de tu lógica o perfeccionismo; y es ese mismo el que podría darle un final totalmente distinto al que esperabas en un principio.

Por poner un ejemplo.

Mi madre me confesó alguna vez que de niña soñaba ser una exitosa abogada, ya saben “cuando se hiciera grande”, es más terminó su primer año de formación universitaria. Pero a causa de la enfermedad de su mejor amiga descubrió que lo suyo no eran los portafolios sino mas bien los estetoscopios.

El caso de mi padre fue algo más simple, se enamoró de mi madre y persiguiéndola, abandonó la escuela de leyes, sin saber que 5 años más tarde sería considerado el mejor cardiólogo de mi ciudad natal.

Pero bueno, el destino es algo con lo que nosotros los humanos no hemos aprendido a luchar hasta ahora.

Y aunque yo nunca he sido perfeccionista en ningún sentido, y cuando digo ninguno...no miento.

En los últimos días me he dado cuenta de que sí, aunque fuera en mi inconsciencia yo sí tenía trazado para mí un futuro, quizás sin muchos detalles pero al fin y al cabo un bosquejo a seguir con mayor prioridad conforme mi edad aumentara.

Es decir tener un trabajo estable, formar una familia y pasar mis días de anciano en karma con el mundo o algo por el estilo.

En el escrito anterior mencioné que me había acostado con mi mejor amigo.

En plena conciencia de mis actos.

Y dado que él es un hombre y yo también significaría que ¿soy gay? Y por tanto no podré formar una familia o poseer algún karma.

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¡NI DE JODA!

Ok, denme algo de tiempo para recuperar el aliento y organizar mis ideas de paso.

Retrocedamos hasta hace un par de semanas.

Cuando por primera vez en todos estos largos años me atreví a verlo con otros ojos.

O quizás...empecé a hacerlo.

Bien, no discutiré esto hasta el final, ni yo mismo lo entiendo a cabalidad todavía. No quiero hacerlo tampoco. Y es que yo...

Mierda.

¡Porqué tenía que besarme!

¡Somos amigos! ¡Eso es algo que se supone se hace con tu...con tu a-a-a-ma-ma-mante!

¡No conmigo!

¿Me explico?

Ok, quizás deban darme un poquito más de tiempo...

Bien, todo empezó hace unas semanas cuando el hermano de Yoochun decidió volverse un yuppie de pronto y largarse de casa en busca de nuevos...ehm...caminos, por así decirlo.

Pensé, al igual que su comprensivo y abnegado hermano mayor que no era más que una niñería que terminaría tan pronto como se le acabara la mesada.

Ponía mis manos al fuego. Así que realmente no le presté la importancia que merecía.

Yoochun tampoco.

Sin embargo no fue así.

Al parecer Yoowhan había madurado lo suficiente para independizarse en su vida y esto era algo para lo que su hermano mayor aún no estaba preparado, aunque tenía que concederle al pobre de Yoowhan que quizás Yoochun nunca lo estaría.

Pero no emití comentario alguno.

Nunca había tenido una discusión seria con Yoochun.

Y dado que este era un tema delicado, me negué a elegir un bando y solo me hice a un lado.

Yoowhan le llamó una mañana, Yoochun parecía muy contento de tener por fin un contacto con él y me dejó un mensaje de voz contándomelo a detalle, mensaje que no escuché hasta unos días después por cierto.

Por esa razón, ese lunes cuando regresé a casa y le vi sentado sobre mi mueble favorito del living, con la mirada perdida en alguna de las baldosas y conteniendo sus lágrimas.

Mis piernas pisaron freno y sin saber muy bien que hacer me acerqué lo suficiente para que notara mi presencia. Para que supiera que trataba de brindarle mi apoyo.

Él solo me sonrió tan quedo y parco en respuesta que mi trasero tuvo que dejarse caer en el mueble junto a él, mientras mi cerebro trataba de descubrir la forma de abordar el tema.

¿He mencionado ya que no soy bueno con las palabras?

Pues no, no lo soy. Especialmente en este tipo de contextos.

Según me dijo – habían tenido una conversación de adulto a adulto o trataron de al menos, y Ricky le había dejado en claro que no volvería.

Se rió amargamente con esto último, y yo simplemente no supe que decirle.

Al parecer lo notó porque solo me palmeó la espalda y negó con la cabeza, aun con esa sonrisilla de idiota bailándole en los labios para después dejar caer su cabeza en mi hombro, esperando quizás que le empujara, que iniciara una pequeña batalla y le hiciera olvidarse de todo por un rato.

Pero me quedé tieso.

No quería que se olvidase de todo por un rato. Quería que se desahogara, que lo sacara todo de una vez por todas para que así no volviera a poner ese gesto en lo que le quedara de vida y es que ver a Yoochun en ese estado era algo muy sacado de cuadro ¡Por dios! El niño sonreía tanto que a veces me preguntaba cómo es que su cara no se había partido en dos todavía.

Y creo que adivinó mis intenciones porque le sentí tensarse de un momento a otro pero en vez de retirarse tanteó con sus palmas mis brazos y tiró de mis muñecas para obligarme a abrazarlo.

No me quejé.

Me dejé hacer pensando “sólo por esta vez”.

Pero la verdad es que estaba demasiado cómodo como para emitir palabra.

La inconsciencia suele ser el escudo más lindo y cómodo de todos. Después de todo ¿Quién puede engañarse mejor que uno mismo?

Le correspondí el abrazo pensando que eso sería todo, Yoochun no lloraba, nunca lo había hecho así que después de casi una hora de profundo silencio, se levantó, forzó una sonrisa y me invitó a ir por unos tragos en compensación por el tiempo perdido.

Y todo había resultado muy bien, perfecto ¡magnífico! incluso había podido sacarle un par de sonrisas con el asunto del máximo de chupitos por segundo que al final me había obligado a dejarle pagar.

No habría tenido que ponerle tanto peros con esto último ya que usualmente era todo lo contrario, pero iba algo afectado y a mi aturdida conciencia le importaba muy poco que Yoochun pagando la cuenta significara el porvenir de un año nuevo apocalíptico. Y refuté hasta donde pude.

De algún modo logramos salir del bar, yo iba más borracho que él debo admitirlo o eso supuse ya que él a lo menos caminaba en línea recta sin necesidad de planear con ambos brazos.

Caminamos bastantes cuadras hablando de lo que sea que se nos cruzara por la cabeza hasta que estuvimos a unos diez metros de la estación de tren, sin embargo ninguno de ambos hizo el amago de querer despedirse y al final fui incapaz de dejarlo solo.

Así que terminé invitándolo al cine en compensación por el alcohol gratuito.

Él aceptó de buena gana por supuesto y tuvimos que caminar las mismas cuadras de regreso por no pagar un taxi. A mi apenas me alcanzaban para las palomitas y la entrada extra, y algo me decía que Yoochun no tenía un solo won en el bolsillo.

Recuerdo que en algún momento me quejé del frío pero solo por molestarlo y él como el perfecto arrumaco que es tomó mis manos entre las suyas y las asió al compás de sus pisadas durante todo el camino mientras berreaba alguna canción que debía adivinar en un lapso de 5 segundos o sino de castigo debería besarle.

¿Mencioné ya que íbamos borrachos cierto?

Comprar los boletos fue otra jarana. Pero al fin y al cabo logramos entrar a la sala correspondiente para ver la película. La verdad es que mi idea había sido entrar a ver alguna que no tuviera una pareja o un mutante en la portada. Pero con Yoochun soplándome la oreja, dígase mi punto sensible. Había terminado escogiendo cualquiera con tal de salirme de la fila. Y quitarme todas esas miradas reprobatorias de encima.

Es así como media hora después ambos escapábamos de la sala, yo incómodo como nunca en mi vida y él riendo a garganta abierta.

El cine al que habíamos ido quedaba a unas 6 o 7 cuadras de mi casa. Y como Yoochun había gastado todo su dinero en los shots supuse que se quedaría en la mía.

Y supuse bien.

Caminamos en silencio. El sueño me picaba los ojos, Yoochun había decidido venir detrás de mí por si acaso tropezaba y me mandaba pista abajo. Probabilidad que no era del todo inverosímil, a decir verdades.

Verán mis piernas no suelen llevarse muy bien con el señor equilibrio y si a eso le sumamos etanol pues...no resulta muy bueno para mi integridad física.

Como pude me las apañé para hacer entrar la llave a la cerradura y adentrarnos en mi departamento.

Yoochun entró detrás de mí y caminó arrastrando los pies hasta uno de los sillones de la sala y se dejó caer boca arriba.


“Buenas noches,” me dijo.


Yo no me moví.


“¿Podrías apagar las luces?” Me preguntó después de unos segundos de silencio


Las palabras salieron solas de mi boca “¿Estás seguro de querer dormir ahí?” le pregunté.


Él se incorporó al segundo siguiente.


“¿Estás tratando de decirme que quieres que duerma contigo?” se burló.

“¡No conmigo!” respondí al instante, “O sea en mi cama, hace un poco de frío acá afuera”.

“¿En donde dormirás tú?”

“Acá,” él alzó una ceja.

“Pero no acabas de decirme que acá hace un poco de frío,” me citó con una sonrisa divertida.

“Sí bueno ¡Argh! No voy a sufrir de una pulmonía por una noche en la sala,” renegué.

“Pues yo tampoco.”

“¿Qué? Aish estoy tratando de ser buena persona ¿sabes? Pero si quieres dormir acá no tengo problemas.” Le dije ahora fastidiado.


Él rió con ganas.


“Podemos dormir los dos ¿sabes?” Me dijo con un tono de voz dulzón, buscando molestarme.

“Como sea ven antes de que cambie de idea,” acepté.


Los ojos se le iluminaron.


“Ya quita esa cara de bobo que voy a pensar que eres gay,” me burlé


Yoochun no me respondió. Se limitó a abalanzarse hacia mi habitación como un bólido mientras se quitaba los jeans en el camino y se metía bajo mis sacrosantas sábanas como si nada.

Le miré con evidente enojo pero al final no le dije nada, aún tenía la imagen de su expresión abatida bastante fresca en mi memoria y gracias a Dios mi empatía hacía maravillas con mi paciencia.

Yo también me quité los jeans y el polo para ponerme un polo cualquiera y meterme bajo mis sábanas también.

Cuando su voz me llegó en una especie de susurro que me dejó helado “te quiero.”

Me volteé hacia él dispuesto a burlarme, después de lo que me parecieron unos muy largos segundos y lo hallé a menos de un paso de distancia.

Vestía solamente sus bóxers pero no fue eso lo que me dejó bastante impresionado.

Sino la extraña mirada que me dirigía.

Y aún no puedo recordar el cómo, pero sus labios pronto estuvieron sobre los míos por lo que me parecieron siglos.

Para que luego volviera a decirme “buenas noches.”


Caminara muy lentamente hacia mi cama y se dejara caer como una papa.





...

Homin

jueves, 2 de febrero de 2012
No soy un gran fan de esta couple. He de admitirlo. Pero las bendita ideas no me dejan dormir desde que vi el making del photobuck de Keep your head down, y no sé que fue la verdad, si sus manzanas de Adán o el bendito gesto de niño bonito de ChangMin o porque simple y sencillamente estaba moody ese día, pero tuve mi señor flechazo...

Y cuando tengo flechazos...

Terminó cambiando de fandoms xD. Así que aquí tienen, con ustedes la Homin ♥



 

                                   




ONE-SHOT



SERIALES

Coming Soon


Yunho era para él.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Tittle: Yunho era para él
Author: kimmy_linLenght: Drabble
Paiting: homin
Rating: ATP
Warnings: Yaoi


Yunho era para él, una lista muy larga de adjetivos que nunca podría llegar a finalizar.

Yunho era respeto, carisma e inocencia.

Yunho era pasión, impulsos, garra y altura.

Yunho era en muchos sentidos su padre.

Su mejor amigo y también su hermano.

Era masculinidad pura, corazón noble y sonrisas.

Era sensualidad, mucho talento y torpeza.

Era quien le había sostenido la cabeza en alto a pesar de todo lo que se les vino encima.

Era el moreno con el que discutía por lo menos unas cinco veces al día.

Era quien revolvía sus cabellos, divertido, cada vez que le oía quejarse de la vida como si fuera un viejo de unos setenta.

Era quien le saboreaba de rincón a rincón a cada que terminaban un concierto y habían dado todo de si mismos en el escenario.

Era quien le besaba despacio cuando le demostraba había madurado en algo.

Era quien no le susurraba palabras tiernas pues le decía todo con su mirada.

Sí, Yunho era para Changmin una lista muy larga de adjetivos que nunca podría llegar a finalizar, pero una que sin embargo no se aburría de repetirsela a sí mismo a diario.