CHAPTER: Two
AUTHOR: Kimmy_lin
RATING: PG - 15
PAIRING: Yoosu
WARNINGS: Incest, Shonen-ai, Lime
DISCLAIMER: No lucro :)
YOOCHUN:
Interesante…
Quizás aquella palabra podría definir con asertividad lo que tenía ante mis ojos, pues sí, aquel rubio me resultaba – en síntesis – sumamente agradable a la vista.
Mis labios se curvaron con complacencia, realmente no me lo esperaba, no de ese pequeño dongsaeng al cual había tildado de mimado y estúpido en las contadas imágenes mentales que me había permitido especular referente a su persona.
Sin embargo y contra todo pronóstico, lucías extrañamente…encantador, sí quizás ese era el correcto adjetivo calificativo…
Terminé de quitarme el saco mientras le daba una última calada a mi cigarrillo, me calcé las pantuflas con excesiva calma dejando escapar un suspiro de cansancio entre el humo y mis labios, por alguna razón el sentirme objeto de aquella mirada era no sé…adulador, volví a sonreír antes de devolverte el gesto.
Clavé mis orbes oscuras en tus ojos chocolate buscando intimidarte, romper ese gesto de admiración pintado sobre tu angelical rostro, tratando de opacar ese destello puro sobre tus pupilas, esas que aguardaban ansiosas por algún amago de cortesía por parte de su pelinegro hermano.
Curiosamente…aquella mirada se mantuvo fija, como si lejos de sentirse afectada por mi tosquedad pudiera ver a través de ella. Como si tratara de hacerse un espacio en mi deslumbrado campo visual a costo de una burda mirada. Me quedé tieso. Y hasta cierto punto asustado, la cola del cigarrillo escapó de mis manos y cayó sobre la alfombra. Aparté los pies rompiendo de golpe el contacto.Me agaché a recoger la colilla aún ausente.
¿Pero qué carajos había pasado?
Apreté los puños cabreado, sentía como la precedente adrenalina se transformaba en enojo con una rapidez envidiable, para cuando estuve en pie de nuevo mi garganta ya gruñía por sí sola. Sin decir nada más, me conduje a grandes zancadas hacia mi habitación para luego encerrarme en ella de un simpático portazo.
Me dejé caer sobre mi cama enojado hasta la médula.
¿Un espacio en mi vida?
Arrugué aún más el ceño... ¿Cómo podía un persona siquiera plantearse semejante estupidez en cuestión de segundos? No necesitaba a de nadie más en mi vida. Mucho menos un "angelito", sonreí con desprecio ¿Quién te creías que eras? ¿La luz que guiaría mi camino? ¡Hazme el favor!
No necesitaba de una luz en absoluto hermanito, es más había renunciado a ella hace mucho, la arranqué de raíz y por supuesto que no me arrepentía, después de todo conocía excelentes métodos alternativos de llegar al cielo y ninguno de ellos incluía una vida de abstinencias prepotentes.
Sí, ese era yo aquel hyung del cual no guardabas registro tangible,quién disfrutaba de las múltiples libertades de la vida y se creía feliz en la mierda de vida que llevaba porque aún cuando ya no pudiera brillar por si solo tenía un lucero aguardándole con una gran sonrisa en el día a día.
Y aquel personaje desempeñaba perfectamente bien su trabajo, no pude evitar sonreír al recordarle, ese bastardo… Me acomodé boca arriba enterrando la cabeza sobre la almohada, demasiado cansado como para seguir pensando en mi consanguíneo ni en ningún ser metabólicamente activo en realidad, cerré los ojos esperando piedad de ese ente de quién mi descanso dependía…
♫ Once I say I love you I think you would be gone, oh baby ♫
Mi celular comenzó a timbrar
¡Por un @‼§¡”#$%&! ¿Es que uno no puede tratar de dormir en paz? Mis oídos no tardaron en zumbarme y por ende a acrecentar la jaqueca en mis sienes volviéndola insoportable conforme era incapaz de encontrar el bendito aparato por ninguna parte de mi puta habitación.
Uno dos tres timbres más y ya estaba inhalando el aire suficiente para mandar al muy hijo de puta al vientre de su madre nuevamente, cuando…
- ¿YooChun…ah? – todo el aire contenido evacuó de golpe hiriéndome el diafragma en el proceso
- ¿Sí? – gruñí con la voz un tanto adulterada por el tremendo soplete que mis conductos fonéticos acababan de experimentar
- Que buen humor – ironizó con esa risita melodiosa, irónicamente ineficiente en esos momentos
- ¿Qué demonios quieres? – pregunté con voz cansina
- ¡Yah! – gritó con fingida voz herida más que dispuesto a colgarme
- Jae – dije ya más calmado
– ... – me dediqué a escuchar su respiración al otro lado
- ...
- ¿Qué pasa? – preguntó ante mi silencio
- Nada – susurré con un dejo de molestia en la voz
- …pufff- bufó – si tanto me necesitas…
- Vale…vale te espero – finalicé la llamada sonriendo por los múltiples berrinches que debería estar haciendo al saberse cortado
Menudo idiota predecible…
Volví a recostarme entre las sábanas y al fin, solo al fin pude cerrar los ojos por completo…
Quizás aquella palabra podría definir con asertividad lo que tenía ante mis ojos, pues sí, aquel rubio me resultaba – en síntesis – sumamente agradable a la vista.
Mis labios se curvaron con complacencia, realmente no me lo esperaba, no de ese pequeño dongsaeng al cual había tildado de mimado y estúpido en las contadas imágenes mentales que me había permitido especular referente a su persona.
Sin embargo y contra todo pronóstico, lucías extrañamente…encantador, sí quizás ese era el correcto adjetivo calificativo…
Terminé de quitarme el saco mientras le daba una última calada a mi cigarrillo, me calcé las pantuflas con excesiva calma dejando escapar un suspiro de cansancio entre el humo y mis labios, por alguna razón el sentirme objeto de aquella mirada era no sé…adulador, volví a sonreír antes de devolverte el gesto.
Clavé mis orbes oscuras en tus ojos chocolate buscando intimidarte, romper ese gesto de admiración pintado sobre tu angelical rostro, tratando de opacar ese destello puro sobre tus pupilas, esas que aguardaban ansiosas por algún amago de cortesía por parte de su pelinegro hermano.
Curiosamente…aquella mirada se mantuvo fija, como si lejos de sentirse afectada por mi tosquedad pudiera ver a través de ella. Como si tratara de hacerse un espacio en mi deslumbrado campo visual a costo de una burda mirada. Me quedé tieso. Y hasta cierto punto asustado, la cola del cigarrillo escapó de mis manos y cayó sobre la alfombra. Aparté los pies rompiendo de golpe el contacto.Me agaché a recoger la colilla aún ausente.
¿Pero qué carajos había pasado?
Apreté los puños cabreado, sentía como la precedente adrenalina se transformaba en enojo con una rapidez envidiable, para cuando estuve en pie de nuevo mi garganta ya gruñía por sí sola. Sin decir nada más, me conduje a grandes zancadas hacia mi habitación para luego encerrarme en ella de un simpático portazo.
Me dejé caer sobre mi cama enojado hasta la médula.
¿Un espacio en mi vida?
Arrugué aún más el ceño... ¿Cómo podía un persona siquiera plantearse semejante estupidez en cuestión de segundos? No necesitaba a de nadie más en mi vida. Mucho menos un "angelito", sonreí con desprecio ¿Quién te creías que eras? ¿La luz que guiaría mi camino? ¡Hazme el favor!
No necesitaba de una luz en absoluto hermanito, es más había renunciado a ella hace mucho, la arranqué de raíz y por supuesto que no me arrepentía, después de todo conocía excelentes métodos alternativos de llegar al cielo y ninguno de ellos incluía una vida de abstinencias prepotentes.
Sí, ese era yo aquel hyung del cual no guardabas registro tangible,quién disfrutaba de las múltiples libertades de la vida y se creía feliz en la mierda de vida que llevaba porque aún cuando ya no pudiera brillar por si solo tenía un lucero aguardándole con una gran sonrisa en el día a día.
Y aquel personaje desempeñaba perfectamente bien su trabajo, no pude evitar sonreír al recordarle, ese bastardo… Me acomodé boca arriba enterrando la cabeza sobre la almohada, demasiado cansado como para seguir pensando en mi consanguíneo ni en ningún ser metabólicamente activo en realidad, cerré los ojos esperando piedad de ese ente de quién mi descanso dependía…
♫ Once I say I love you I think you would be gone, oh baby ♫
Mi celular comenzó a timbrar
¡Por un @‼§¡”#$%&! ¿Es que uno no puede tratar de dormir en paz? Mis oídos no tardaron en zumbarme y por ende a acrecentar la jaqueca en mis sienes volviéndola insoportable conforme era incapaz de encontrar el bendito aparato por ninguna parte de mi puta habitación.
Uno dos tres timbres más y ya estaba inhalando el aire suficiente para mandar al muy hijo de puta al vientre de su madre nuevamente, cuando…
- ¿YooChun…ah? – todo el aire contenido evacuó de golpe hiriéndome el diafragma en el proceso
- ¿Sí? – gruñí con la voz un tanto adulterada por el tremendo soplete que mis conductos fonéticos acababan de experimentar
- Que buen humor – ironizó con esa risita melodiosa, irónicamente ineficiente en esos momentos
- ¿Qué demonios quieres? – pregunté con voz cansina
- ¡Yah! – gritó con fingida voz herida más que dispuesto a colgarme
- Jae – dije ya más calmado
– ... – me dediqué a escuchar su respiración al otro lado
- ...
- ¿Qué pasa? – preguntó ante mi silencio
- Nada – susurré con un dejo de molestia en la voz
- …pufff- bufó – si tanto me necesitas…
- Vale…vale te espero – finalicé la llamada sonriendo por los múltiples berrinches que debería estar haciendo al saberse cortado
Menudo idiota predecible…
Volví a recostarme entre las sábanas y al fin, solo al fin pude cerrar los ojos por completo…
JUNSU
¿Qué se suponía que acababa de pasar? Mis piernas permanecían en la misma posición, fijas al piso sin la menor intención de moverse, mis oídos reproducían una y otra vez el portazo con el cual había finalizado nuestro… ¿Qué demonios había sido eso?
El corazón empezó a latirme con fuerza al recordarle, me sentía tan extraño, era como sí…
¡Espabila Junsu! No ha sido nada, nada más que una perfecta muestra de hostilidad de su parte. Me tiré el cerquillo hacia atrás hastiado de pensar y pensar, y continuar cual planta en medio de su pulcrísima y sala, si me quería lejos ¡Muy bien! No pensaba llevarle la contraria, acababa de dejarme en claro su total desacuerdo para con mi estadía aquí y realmente, ahondar sus opiniones al respecto no era la mejor idea…
No cuando debíamos compartir las mismas paredes por los próximos seis meses.
Suspiré, aún con ese sabor amargo sobre mis papilas gustativas… ¿Por qué no podía estar tranquilo? Llevé una de mis manos hacia mi cabeza en un vano intento de restablecer la paz que experimentaba hasta antes de su llegada… definitivamente, NO estaba funcionando…
El ruido de la cerradura corriéndose, un peso extra sobre mi espalda y el posterior dolor sobre mi frente y nariz me indicaron que ya no estaba solo, no necesité estirarme a ver para saber de quién se trataba ya que aquella risa y aroma se encargaron de identificar al pelirrojo que acababa de abalanzárseme sin previo aviso.
- ¡Susu…ah! – gritó mientras estiraba mis mejillas maternalmente
- Jae-hyung – logré decir por sobre sus risas y mimos
- ¿Qué hacías? – preguntó mientras se incorporaba y me ofrecía su mano
- ¿Eh?
- Estabas mirando a la nada – sinceró mientras se dejaba caer sobre uno de los muebles, le imité
- Ah…mm…pensaba – respondí casi en un susurro
- En un ratón hostil y necio – más que preguntar afirmó para sí mismo
- ¿Ratón? – cuestioné sin entender
- Nada…nada – restó importancia mientras sonreía observando la pantalla de su móvil – Pequeño ¿tienes hambre?
Y antes de que pudiera responder siquiera él ya tiraba de mi mano hacia la cocina susurrando algo que no alcancé a comprender.
- Haremos la cena para tu perezoso hermanito – dijo mientras me lanzaba un mandil extraído de una de las tantas repisas – está con un humor – el sarcasmo envolvió cada una de sus palabras y procuré no interpretarlas
Asentí en silencio mientras observaba como se desplazaba a lo largo de la cocina y extraía los ingredientes e implementos necesarios de su ubicación exacta evidenciando que, obviamente, no era ni su primera ni segunda vez en dicha habitación. Y por su forma de expresarse…
- ¿Hace cuanto conoces a… YooChun-hyung? – me aventuré a preguntar aún sin dejar de observarle lavar los vegetales con una expresión tan seria
- Mmm… desde 3 de secundaria – dijo riendo como si acabara de recordar alguna anécdota memorable
- Ah… - me dio algunos vegetales y un cuchillo, procedí a picarlos
- Pregunta – apuntó de pronto mientras encendía la sartén con las verduras condimentadas
- ¿Eh?
- Tienes cara de querer preguntarme algo, pre-gun-ta-lo - jugó arrastrando las palabras con una sonrisa
- Ok..ehm… ¿Ustedes dos se han de querer mucho no?...digo…es decir… tienes las llaves del departamento y eso significa que te tiene mucha confianza…y…y – mi rostro totalmente sonrojado traté de ocultarlo en la tabla de picar
- Le quiero mucho – sinceró con una gran sonrisa – y supongo que él lo hace igual aunque sea tan cabeza dura la mayor parte del tiempo…
Ante tal comentario nos largamos a reír, era extraño pero su compañía lograba influirme una paz…
- ¿Puedo dejarte a cargo? – interrogó al cabo de un rato cuando ya faltaban sólo los fideos
- No te preocupes no voy a incendiarle la cocina a ese idiota – me sentí tan bien al decirlo abiertamente
- Así se habla – me animó riendo – ahora me voy a despertar a esa marmota pelinegra antes de que entre en coma, me avisas cuando está listo ¿ok?
- Vale – dije sin verlo bajando la temperatura a las ollas
Supongo que es él quien hace las cosas sencillas- me dije, probé la cantidad de sal hasta quedar satisfecho…en definitiva es él quién hace las cosas mucho más sencillas…
El corazón empezó a latirme con fuerza al recordarle, me sentía tan extraño, era como sí…
¡Espabila Junsu! No ha sido nada, nada más que una perfecta muestra de hostilidad de su parte. Me tiré el cerquillo hacia atrás hastiado de pensar y pensar, y continuar cual planta en medio de su pulcrísima y sala, si me quería lejos ¡Muy bien! No pensaba llevarle la contraria, acababa de dejarme en claro su total desacuerdo para con mi estadía aquí y realmente, ahondar sus opiniones al respecto no era la mejor idea…
No cuando debíamos compartir las mismas paredes por los próximos seis meses.
Suspiré, aún con ese sabor amargo sobre mis papilas gustativas… ¿Por qué no podía estar tranquilo? Llevé una de mis manos hacia mi cabeza en un vano intento de restablecer la paz que experimentaba hasta antes de su llegada… definitivamente, NO estaba funcionando…
El ruido de la cerradura corriéndose, un peso extra sobre mi espalda y el posterior dolor sobre mi frente y nariz me indicaron que ya no estaba solo, no necesité estirarme a ver para saber de quién se trataba ya que aquella risa y aroma se encargaron de identificar al pelirrojo que acababa de abalanzárseme sin previo aviso.
- ¡Susu…ah! – gritó mientras estiraba mis mejillas maternalmente
- Jae-hyung – logré decir por sobre sus risas y mimos
- ¿Qué hacías? – preguntó mientras se incorporaba y me ofrecía su mano
- ¿Eh?
- Estabas mirando a la nada – sinceró mientras se dejaba caer sobre uno de los muebles, le imité
- Ah…mm…pensaba – respondí casi en un susurro
- En un ratón hostil y necio – más que preguntar afirmó para sí mismo
- ¿Ratón? – cuestioné sin entender
- Nada…nada – restó importancia mientras sonreía observando la pantalla de su móvil – Pequeño ¿tienes hambre?
Y antes de que pudiera responder siquiera él ya tiraba de mi mano hacia la cocina susurrando algo que no alcancé a comprender.
- Haremos la cena para tu perezoso hermanito – dijo mientras me lanzaba un mandil extraído de una de las tantas repisas – está con un humor – el sarcasmo envolvió cada una de sus palabras y procuré no interpretarlas
Asentí en silencio mientras observaba como se desplazaba a lo largo de la cocina y extraía los ingredientes e implementos necesarios de su ubicación exacta evidenciando que, obviamente, no era ni su primera ni segunda vez en dicha habitación. Y por su forma de expresarse…
- ¿Hace cuanto conoces a… YooChun-hyung? – me aventuré a preguntar aún sin dejar de observarle lavar los vegetales con una expresión tan seria
- Mmm… desde 3 de secundaria – dijo riendo como si acabara de recordar alguna anécdota memorable
- Ah… - me dio algunos vegetales y un cuchillo, procedí a picarlos
- Pregunta – apuntó de pronto mientras encendía la sartén con las verduras condimentadas
- ¿Eh?
- Tienes cara de querer preguntarme algo, pre-gun-ta-lo - jugó arrastrando las palabras con una sonrisa
- Ok..ehm… ¿Ustedes dos se han de querer mucho no?...digo…es decir… tienes las llaves del departamento y eso significa que te tiene mucha confianza…y…y – mi rostro totalmente sonrojado traté de ocultarlo en la tabla de picar
- Le quiero mucho – sinceró con una gran sonrisa – y supongo que él lo hace igual aunque sea tan cabeza dura la mayor parte del tiempo…
Ante tal comentario nos largamos a reír, era extraño pero su compañía lograba influirme una paz…
- ¿Puedo dejarte a cargo? – interrogó al cabo de un rato cuando ya faltaban sólo los fideos
- No te preocupes no voy a incendiarle la cocina a ese idiota – me sentí tan bien al decirlo abiertamente
- Así se habla – me animó riendo – ahora me voy a despertar a esa marmota pelinegra antes de que entre en coma, me avisas cuando está listo ¿ok?
- Vale – dije sin verlo bajando la temperatura a las ollas
Supongo que es él quien hace las cosas sencillas- me dije, probé la cantidad de sal hasta quedar satisfecho…en definitiva es él quién hace las cosas mucho más sencillas…
YOOCHUN
¿Me había quedado dormido? Mi habitación a oscuras dilató mis pupilas al máximo, me incorporaré despacio intentando ubicar al tacto el interruptor con nulo éxito. Tanteé un poco más dándome un buen golpe en la muñeca con una de las esquinas de mi cómoda.
- Mierda – gruñí, mientras sostenía mi mano afectada con la otra
- Pero que bruto – su voz se dejó escuchar desde la entrada, la luz se encendió
- ¿Jae?
- Aparta – me ordenó examinando mi mano – no es nada – dijo al cabo de unos segundos de hacerme ligeras presiones en determinados puntos – es solo el golpe
- Tsk…pues solo el golpe duele como el carajo – exclamé sobando ligeramente el dorso
- Llorón – me acusó mientras volvía tomar mi mano y la besaba con delicadeza - ¿mejor?
En menos de tres segundos ya me hallaba sobre él besándolo hasta obligarlo a caer sobre mi cama, me sonrió ahí precipitado con los cabellos desordenados sobre mis sábanas cuál ángel a la expectativa de mi siguiente movimiento. Quise picarle un poco y me limité a recostarme a su costado, sonrió con una de esas sonrisas que solía mostrarme cuando no íbamos a utilizar el colchón para dormir precisamente…
Y vale, me encantó…
Deslizó sus manos debajo de mi polera acariciando cuanto pedazo de piel la prenda le permitía, repartiendo pequeños besos cercanos a mi ombligo, robándome suspiros y jadeos…
- ¿Si tu novio te viera hacer esto que diría? – le pregunté ya con la respiración agitada
- No sé ¿tú qué opinas? – besó mi cuello lentamente, mordiendo la carne, empezando a producirme descargas eléctricas en mi espalda
- Creo que se pondría muy celoso – sinceré antes de cambiar las posiciones
Tiré de su remera hasta dejarla fuera de contacto con sus músculos albinos, esos que mi dermis tanto deseaba hacer suya, tensioné con mis dientes el pendiente de su ombligo, robándole un gemido que terminó ahogado entre la piel de mi clavícula y sus dientes.
- ¿Vamos a hacerlo con tu hermano en la cocina? – me cuestionó de pronto riendo a carcajadas, rompiendo la atmósfera de golpe
- ¿Y qué con él? – gruñí separándome de su cuerpo para luego recostarme a su lado
- YooChun…ah - reprochó
- Déjalo – dije cansado
Suspiró algo que entendí como idiota y se me hizo tan irónico y majo que tuve impulsos de besarle nuevamente.
- Ven – ordenó, no tardé en posicionarme sobre él nuevamente – Quítate eso – agregó con molestia refiriéndose a mi polera que aún cubría mi pecho e imposibilitaba parcialmente sus caricias, tampoco tardé en cumplir sus deseos y retomar mi labor sobre su redondeado hombro
- Te diría que eres hermoso pero eso sería demasiado tu sabes… comprometedor
- Idiota…- expresó antes de unir nuestros labios nuevamente
- ¿Jae-Hyung? – la pueta hizo ruido al ser empujada suavemente
Que alguien me dijera por favor que esa vocecita no era de…
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OMGGGGGGGG!!!! Junsu los encontrará >_______________<!
Ohh por Dios ¿porqué Yoochun es tan malito con junsu si apenas y lo acaba de conocer? T_T