CHAPTER: One
AUTHOR: Kimmy_lin
RATING: PG - 15
PAIRING: Yoosu
WARNINGS: Incesto, Shonen-ai
DISCLAIMER: No lucro :)
YOOCHUN
Realmente no era totalmente culpa suya, después de todo había sido yo quien había accedido a que se quedase en mi casa. Aunque claro, era mi tía quién lo pedía y el solo oír su tono de suplica me hizo saber que no podría negarle nada
---------
El estridente sonido de mi celular logró despegarme de la almohada. Con molestia estiré el brazo para alcanzar el “aparatito”
- ¿Diga? – siseé enojado
- ¿YooChun…ah?
- ¿Tía Izumi? – cuestioné al identificar parcialmente su voz
- Sí ¿Te desperté? – preguntó con culpabilidad
- No, no – negué encendiendo mi lámpara de noche, semi-incorporándome
- Verás…
------
Masajeé mis sienes al tiempo en que me apoyaba sobre el volante de mi auto. ¿Qué problema podría haber? La cuestión seguía sin dejarme tranquilo. Vamos era mi hermano, me dije, no podríamos tener gustos muy diferentes y por lo que tenía entendido había adquirido una beca en una de las universidades de aquí, así que no era como si fuera a pasar las 24 horas gastando mi luz o consumiendo mis servicios básicos.
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El estridente sonido de mi celular logró despegarme de la almohada. Con molestia estiré el brazo para alcanzar el “aparatito”
- ¿Diga? – siseé enojado
- ¿YooChun…ah?
- ¿Tía Izumi? – cuestioné al identificar parcialmente su voz
- Sí ¿Te desperté? – preguntó con culpabilidad
- No, no – negué encendiendo mi lámpara de noche, semi-incorporándome
- Verás…
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Masajeé mis sienes al tiempo en que me apoyaba sobre el volante de mi auto. ¿Qué problema podría haber? La cuestión seguía sin dejarme tranquilo. Vamos era mi hermano, me dije, no podríamos tener gustos muy diferentes y por lo que tenía entendido había adquirido una beca en una de las universidades de aquí, así que no era como si fuera a pasar las 24 horas gastando mi luz o consumiendo mis servicios básicos.
- YooChun… ya te toca – me llamó Hae Bin sonreí coqueto en respuesta
A pesar de todo no conseguía quedarme tranquilo, había un algo que no dejaba de inquietarme y si algo era seguro se relacionaba con su llegada. Observé la hora en mi móvil aún faltaban 2 horas.
- YooChun – volvió a llamarme
Quizás era el no saber absolutamente nada de su vida, ok me sentía un poco culpable al respecto sobre todo cuando tía Izumi me había platicado sobre sus interrogantes acerca de mí persona y yo… pues digamos no había sido tan entusiasta en comparación.
- Aló amor…
- ¿Puedes hacer algo por mí?
- Sí, puedes recoger a Junsu al aeropuerto
- Dentro de 2 horas
- Rubio y sonso
- Te amo…
A pesar de todo no conseguía quedarme tranquilo, había un algo que no dejaba de inquietarme y si algo era seguro se relacionaba con su llegada. Observé la hora en mi móvil aún faltaban 2 horas.
- YooChun – volvió a llamarme
Quizás era el no saber absolutamente nada de su vida, ok me sentía un poco culpable al respecto sobre todo cuando tía Izumi me había platicado sobre sus interrogantes acerca de mí persona y yo… pues digamos no había sido tan entusiasta en comparación.
- Aló amor…
- ¿Puedes hacer algo por mí?
- Sí, puedes recoger a Junsu al aeropuerto
- Dentro de 2 horas
- Rubio y sonso
- Te amo…
El sonido de la llamada finalizada abarrotó mis tímpanos. Tiré el móvil sobre el asiento y bajé del carro. Los reflectores me segaron por unos instantes, volví a sonreír mirando fijamente el lente de la cámara deseosa por capturar mi imagen…
JUNSUAbracé mi torso un poco más en busca de aquel calor necesario para detener los continuos temblores que me recorrían de pies a cabeza. A pesar de toda la vestimenta gruesa y felpuda que llevaba encima, mi cuerpo disminuía más y más su temperatura corpórea hasta depositarla en parámetros cada vez más alarmantes.
Capturé mi aliento entre mis guantes en gesto de cansancio. Por fortuna mis valijas aparecieron pronto. Y mis piernas pudieron dirigirme casi a zancadas hacia uno de los tantos cafés de aquel aeropuerto americano. Lastimosamente fueron ellos mismos quienes me condujeron de vuelta, puesto que mi paupérrimo dominio léxico sobre el idioma me hizo imposible comunicarle a alguna de aquellas camareras sobre mis principios de hipotermia.
Suspiré frustrado al tiempo en que me dejaba caer sobre una de las tantas butacas ordenadas en gélidas hileras. ¿Qué demonios había pasado con la calefacción? Eché un vistazo a mi reloj de mano rápidamente para devolver mi friolenta extremidad superior en el hueco entre mis axilas.
Las 4:30 p.m. apuntaban las manecillas, observé el inmenso anuncio publicitario colgante unos pasos frente a mí y respiré tranquilo al saberme en el lugar indicado. ¿Cuánto tardaría? Esperaba que poco…
Acomodé mis maletas cercanas a mis piernas de tal manera que no incomodaran a la mar de personas que caminaban de un lado a otro con sus respectivos celulares en los oídos. Me tiré el cerquillo hacia atrás al tiempo en que me recostaba del todo. Después de unos minutos observando rostros desconocidos mi mente se preguntaba "¿Cómo lucirías?"
JUNSUAbracé mi torso un poco más en busca de aquel calor necesario para detener los continuos temblores que me recorrían de pies a cabeza. A pesar de toda la vestimenta gruesa y felpuda que llevaba encima, mi cuerpo disminuía más y más su temperatura corpórea hasta depositarla en parámetros cada vez más alarmantes.
Capturé mi aliento entre mis guantes en gesto de cansancio. Por fortuna mis valijas aparecieron pronto. Y mis piernas pudieron dirigirme casi a zancadas hacia uno de los tantos cafés de aquel aeropuerto americano. Lastimosamente fueron ellos mismos quienes me condujeron de vuelta, puesto que mi paupérrimo dominio léxico sobre el idioma me hizo imposible comunicarle a alguna de aquellas camareras sobre mis principios de hipotermia.
Suspiré frustrado al tiempo en que me dejaba caer sobre una de las tantas butacas ordenadas en gélidas hileras. ¿Qué demonios había pasado con la calefacción? Eché un vistazo a mi reloj de mano rápidamente para devolver mi friolenta extremidad superior en el hueco entre mis axilas.
Las 4:30 p.m. apuntaban las manecillas, observé el inmenso anuncio publicitario colgante unos pasos frente a mí y respiré tranquilo al saberme en el lugar indicado. ¿Cuánto tardaría? Esperaba que poco…
Acomodé mis maletas cercanas a mis piernas de tal manera que no incomodaran a la mar de personas que caminaban de un lado a otro con sus respectivos celulares en los oídos. Me tiré el cerquillo hacia atrás al tiempo en que me recostaba del todo. Después de unos minutos observando rostros desconocidos mi mente se preguntaba "¿Cómo lucirías?"
Sabía que trabajabas de modelo, buen aspecto debías tener. Y eso sólo aumentaba mi curiosidad ¿Nos pareceríamos mucho? Una sonrisa triste se formó en mis labios. Supongo que debí haberte extrañado los primeros días. Pero luego…considerando que un bebé no goza de una memoria admirable y que sus padres no volvieran a sonreírle jamás era un punto muy a favor.
Sequé una lágrima que se deslizaba sobre mi mejilla al recordar la tristeza de mi tía al verme partir, aquella mujer tan fuerte y carismática que cuidó de mí como mi madre lo hubiera hecho y estuvo siempre ahí con sus abrazos y besos aún cuando no los necesitaba.
¿Tu historia habría sido la misma? Para serte sincero siempre deseé conocerte, por supuesto, nunca pude hacerlo ¡Vivías en Estados Unidos! ¿Y yo? Pues...pasaba mi vida alrededor de personas cuya lengua distaba bastante de la tuya. Por supuesto aquello no impidió que pudiera acceder a cierta información tuya como por ejemplo que trabajabas de modelo en una agencia reconocida o de tus adicciones a la cafeína.
Información general que me dijo poco o nada de tu personalidad. Y dado que nunca mostraste curiosidad reciproca poco a poco la idea fue perdiendo vitalidad hasta volverse secundaria.
Volví a mirar mi reloj "4:40 p.m." Era mi imaginación o la temperatura había descendido aún más, un estornudo escapó de mi nariz tan bulliciosamente que logró teñir mis mejillas de rojo al verme centro de atención de un público bastante ajetreado.
- Salud – dijo una voz desconocida
- Gracias – respondí de inmediato por reflejo, casi sin haberlo pensado. ¿Esperen eso había sido coreano?
Levanté la mirada para encontrarme a un pelirrojo sumamente atractivo, me sobresalté, el rió ante mi timidez y esa sonrisa fue de lejos la mejor que había visto en mis 19 años de vida.
- ¿Kim Junsu? – cuestionó, afirmándome que realmente era yo a quien se dirigía
Sequé una lágrima que se deslizaba sobre mi mejilla al recordar la tristeza de mi tía al verme partir, aquella mujer tan fuerte y carismática que cuidó de mí como mi madre lo hubiera hecho y estuvo siempre ahí con sus abrazos y besos aún cuando no los necesitaba.
¿Tu historia habría sido la misma? Para serte sincero siempre deseé conocerte, por supuesto, nunca pude hacerlo ¡Vivías en Estados Unidos! ¿Y yo? Pues...pasaba mi vida alrededor de personas cuya lengua distaba bastante de la tuya. Por supuesto aquello no impidió que pudiera acceder a cierta información tuya como por ejemplo que trabajabas de modelo en una agencia reconocida o de tus adicciones a la cafeína.
Información general que me dijo poco o nada de tu personalidad. Y dado que nunca mostraste curiosidad reciproca poco a poco la idea fue perdiendo vitalidad hasta volverse secundaria.
Volví a mirar mi reloj "4:40 p.m." Era mi imaginación o la temperatura había descendido aún más, un estornudo escapó de mi nariz tan bulliciosamente que logró teñir mis mejillas de rojo al verme centro de atención de un público bastante ajetreado.
- Salud – dijo una voz desconocida
- Gracias – respondí de inmediato por reflejo, casi sin haberlo pensado. ¿Esperen eso había sido coreano?
Levanté la mirada para encontrarme a un pelirrojo sumamente atractivo, me sobresalté, el rió ante mi timidez y esa sonrisa fue de lejos la mejor que había visto en mis 19 años de vida.
- ¿Kim Junsu? – cuestionó, afirmándome que realmente era yo a quien se dirigía
- Sí, ehm… - las palabras se habían atorado en mi manzana de Adán- Kim JaeJoong – se presentó tomando mi mano con suavidad para luego poner un vaso de café entre ellas – debes tener frío
Mi rostro se pigmentó al instante, dirigí el líquido oscuro hacia mis labios para evitar soltar estupidez y media. Bajo mi atenta mirada, tomó asiento en la butaca contigua mientras dejaba escapar un suspiro como minutos antes yo lo hubiera hecho.
Terminé de beber aquel café disfrutando del calor tan confortable que comenzaba a invadirme ¿Y si me había drogado? Aquella pregunta deslizó en mi aún ausente y contrariado cerebro, segundos después me largué a reír y esta vez fue él quien me observó confundido.
- Disculpa… quizás esto no suene muy cortés – modulé jugando con el recipiente de poliestireno entre mis manos – pero… ¿Te conozco?
Provoqué su risa nuevamente pero lejos de sonar sarcástica u ofendida, fue agradable…
- Soy el mph… digamos que un gran amigo de tu hermano – dijo riendo, asentí en silencio sonriéndole de vuelta
- Entonces… Soy Park Junsu su incógnito hermano menor – estreché su mano con un poco más de confianza, él tiró de mi brazo hasta atraparme en uno de esos famosos “abrazos de oso” La sangre volvió a agolparse en mis mejillas
Mi rostro se pigmentó al instante, dirigí el líquido oscuro hacia mis labios para evitar soltar estupidez y media. Bajo mi atenta mirada, tomó asiento en la butaca contigua mientras dejaba escapar un suspiro como minutos antes yo lo hubiera hecho.
Terminé de beber aquel café disfrutando del calor tan confortable que comenzaba a invadirme ¿Y si me había drogado? Aquella pregunta deslizó en mi aún ausente y contrariado cerebro, segundos después me largué a reír y esta vez fue él quien me observó confundido.
- Disculpa… quizás esto no suene muy cortés – modulé jugando con el recipiente de poliestireno entre mis manos – pero… ¿Te conozco?
Provoqué su risa nuevamente pero lejos de sonar sarcástica u ofendida, fue agradable…
- Soy el mph… digamos que un gran amigo de tu hermano – dijo riendo, asentí en silencio sonriéndole de vuelta
- Entonces… Soy Park Junsu su incógnito hermano menor – estreché su mano con un poco más de confianza, él tiró de mi brazo hasta atraparme en uno de esos famosos “abrazos de oso” La sangre volvió a agolparse en mis mejillas
- ¡So cute Junsu…ah! – gritó mientras apretaba mis mejillas aún rojas
Solté una risa nerviosa antes de ser conducido por aquel pelirrojo hacia su auto, por la pinta de aquel audi negro, poseía un trabajo bastante estable y fructífero o era descendiente de una familia adinerada.
- Anda sube, no seas tímido – me sonrió ya dentro abriendo la portezuela, invitándome, invitación que no pude rechazar, al visualizarme viajando en tan costoso medio de transporte
- ¿Trabajas? – la interrogante escapó de mis labios, cerré los ojos esperando la reacción ante mi hostil comentario
- ¿Cómo YooChun no te ha dicho nada de mí? – interrogó con falsa indignación
- En realidad… nunca he hablado con él – sinceré empezando a jugar con el borde de mi camisa
- ¿En serio? – cuestionó desviando la mirada hacia mí para devolverla nuevamente al frente
Solté una risa nerviosa antes de ser conducido por aquel pelirrojo hacia su auto, por la pinta de aquel audi negro, poseía un trabajo bastante estable y fructífero o era descendiente de una familia adinerada.
- Anda sube, no seas tímido – me sonrió ya dentro abriendo la portezuela, invitándome, invitación que no pude rechazar, al visualizarme viajando en tan costoso medio de transporte
- ¿Trabajas? – la interrogante escapó de mis labios, cerré los ojos esperando la reacción ante mi hostil comentario
- ¿Cómo YooChun no te ha dicho nada de mí? – interrogó con falsa indignación
- En realidad… nunca he hablado con él – sinceré empezando a jugar con el borde de mi camisa
- ¿En serio? – cuestionó desviando la mirada hacia mí para devolverla nuevamente al frente
- Tampoco es como si yo hubiera hecho algo al respecto – mentí, el rodó los ojos susurrando algo que entendí como “vaya par”
Pronto, el carro se detuvo y JaeJoong me señaló la “humilde” morada de mi consanguíneo. Ante mi evidente asombro mi ahora pelirrojo amigo intervino.
- Soy compañero de trabajo de YooChun digamos que la agencia nos da buena paga – se rascó la cabeza un poco incomodo de hablar sobre su superior situación económica
Intenté sonreír pero mi ego estaba demasiado pisoteado para emitir comentario alguno
- Por cierto Junsu…ah debo irme – dijo observando su celular – vendré a visitarte pronto y ¡Felicidades!
- Gracias – sonreí mientras desabordaba el precioso automóvil
- Junsu – llamó – toma la vas a necesitar – me dio una pequeña llave dorada - ¡Cuídate! – se despidió, le respondí alzando el brazo derecho hasta ver su coche desaparecer
Caminé los cuatro pasos que me separaban de la acera para introducirme en la amplia y pedrada senda hacia la puerta principal. Encajé la llave en la cerradura hasta lograr correr el cerrojo.
Silencio...
Aquello había sido lo único que pude encontrar una vez dentro, un silencio imperante sobre cada objeto cuidadosamente distribuido en cada mueble del ostentoso salón principal. Casi con miedo volví la mirada al espantoso rastro de barro que mis maletas me habían hecho el favor de concretizar sobre la entrada.
Tan sólo echar un vistazo a mí alrededor evidenciaba tu compulsión por la limpieza, lo cual me decía que en definitiva mi impía naturaleza no encajaba en tus planes, y lo último que deseaba era ser una molestia para ti.
Pronto, el carro se detuvo y JaeJoong me señaló la “humilde” morada de mi consanguíneo. Ante mi evidente asombro mi ahora pelirrojo amigo intervino.
- Soy compañero de trabajo de YooChun digamos que la agencia nos da buena paga – se rascó la cabeza un poco incomodo de hablar sobre su superior situación económica
Intenté sonreír pero mi ego estaba demasiado pisoteado para emitir comentario alguno
- Por cierto Junsu…ah debo irme – dijo observando su celular – vendré a visitarte pronto y ¡Felicidades!
- Gracias – sonreí mientras desabordaba el precioso automóvil
- Junsu – llamó – toma la vas a necesitar – me dio una pequeña llave dorada - ¡Cuídate! – se despidió, le respondí alzando el brazo derecho hasta ver su coche desaparecer
Caminé los cuatro pasos que me separaban de la acera para introducirme en la amplia y pedrada senda hacia la puerta principal. Encajé la llave en la cerradura hasta lograr correr el cerrojo.
Silencio...
Aquello había sido lo único que pude encontrar una vez dentro, un silencio imperante sobre cada objeto cuidadosamente distribuido en cada mueble del ostentoso salón principal. Casi con miedo volví la mirada al espantoso rastro de barro que mis maletas me habían hecho el favor de concretizar sobre la entrada.
Tan sólo echar un vistazo a mí alrededor evidenciaba tu compulsión por la limpieza, lo cual me decía que en definitiva mi impía naturaleza no encajaba en tus planes, y lo último que deseaba era ser una molestia para ti.
Así que aún con aquella timidez al saberme en casa ajena me descalcé y busqué algo para limpiar toda huella del delito.
Una vez terminado, me instalé en la habitación que habías destinado para mí, habías tenido la ambilidad de colocar un cartel con mi nombre sobre la puerta. Sonreí entonces, sintiéndome un poco más a gusto. Dejé mis maletas en un rincón y extraje unas pantuflas, mi estómago había empezado a sonar así que me dirigí a la cocina con la esperanza de encontrar algo que podría llenarme sin manifestar que había husmeado en tu refri.
Salí de la habitación a pasos cortos palpando mi vientre un tanto avergonzado cuando el ruido de la puerta principal al abrirse llamó mi atención...al segundo siguiente deseé no haberlo hecho.
Una vez terminado, me instalé en la habitación que habías destinado para mí, habías tenido la ambilidad de colocar un cartel con mi nombre sobre la puerta. Sonreí entonces, sintiéndome un poco más a gusto. Dejé mis maletas en un rincón y extraje unas pantuflas, mi estómago había empezado a sonar así que me dirigí a la cocina con la esperanza de encontrar algo que podría llenarme sin manifestar que había husmeado en tu refri.
Salí de la habitación a pasos cortos palpando mi vientre un tanto avergonzado cuando el ruido de la puerta principal al abrirse llamó mi atención...al segundo siguiente deseé no haberlo hecho.
¿Por qué?
Porque esa fue la primera vez que había quedado tan impresionado como para olvidar que el contraer mi diafragma era necesario para un proceso vital denominado respiración. Al verte entrar simplemente mis globos oculares adquirieron independencia, recorrieron cada parte de tu fina piel, de tus salvajes rizos color azabache que caían cerca de tus hombros, de tus gruesos labios rojos. Mi ritmo cardiaco se aceleró al tiempo que continuos escalofríos recorrieron mi espalda.
Atento te vi despojarte del grueso saco que llevabas encima, para mi fortuna tú seguías aún sin reparar en mi presencia o mi intensa mirada en ese momento tal vez ni yo fui conciente de la misma, exhalaste el humo entre suspiros y juro que aquel cigarrillo entre tus labios se me hizo apetecible. Y de pronto todo aquel aire que mis alveolos habían estado necesitando fue extraído con urgencia obligándome a inspirar con fuerza para no ahogarme
Entonces…me viste...
Tus ojos negros como lo noche se fijaron en los míos, y entonces sólo entonces quise haberle hecho caso a esa sonrisa socarrona sobre tu rostro, a ese brillo altivo sobre tus ojos porque mi inconsciente y toda la situación en sí parecía alarmarme a gritos y yo…yo simplemente no quise escucharlo…
Atento te vi despojarte del grueso saco que llevabas encima, para mi fortuna tú seguías aún sin reparar en mi presencia o mi intensa mirada en ese momento tal vez ni yo fui conciente de la misma, exhalaste el humo entre suspiros y juro que aquel cigarrillo entre tus labios se me hizo apetecible. Y de pronto todo aquel aire que mis alveolos habían estado necesitando fue extraído con urgencia obligándome a inspirar con fuerza para no ahogarme
Entonces…me viste...
Tus ojos negros como lo noche se fijaron en los míos, y entonces sólo entonces quise haberle hecho caso a esa sonrisa socarrona sobre tu rostro, a ese brillo altivo sobre tus ojos porque mi inconsciente y toda la situación en sí parecía alarmarme a gritos y yo…yo simplemente no quise escucharlo…
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OMGGGGGGGG!!!!
Es intensoo!! *O*
ME ENCANTA! continuaré leyendo *o*