Between L&D [Prologue]

Sucedió en ese momento.

Cuando el timbre sonó y él tuvo que despegarse a regañadientes del mueble en donde se encontraba viendo películas.

“Has vuelto a olvidar las llaves hyung” Le retó desde su lado de la puerta, mientras empezaba a abrir la cerradura, sin dejar de mascullar maldiciones para sus adentros.

“Es que tengo que amarrártela al cuello” Continuó el menor entre suspiros antes de terminar de abrirla, darse media vuelta y caminar nuevamente hacia el sofá sin siquiera darle una mirada.

Pues sabía cuánto le desesperaba al líder sentirse ignorado y esperaba usar su falta para que este último le invitara la cena, moría del hambre y los snacks no le satisfacían ni en un 5%.

Pero pasaban los segundos y no recibía ninguna queja en respuesta, y ahora que se detenía a pensarlo con calma ni siquiera había oído los pasos del mayor entrando en el departamento.

Con algo de miedo se incorporó del sillón. YunHo había recibido hace unas semanas un mail con fotos de cosas de su departamento en Seúl, cuando habían estado en Japón.

Y sinceramente ambos habían estado algo conmocionados con el asunto.

Se recriminó su estupidez una vez más para luego coger un adorno de madera que encontró en la sala. Oh Dios, estaba completamente solo...

Y si algo le sucedía, YunHo se encargaría de hacérselo el doble aunque fuera a su cuerpo sin vida.

Sigiloso se dirigió hacia el pasillo de la entrada, la adrenalina le picaba la espalda y le pedía a gritos que retrocediera, que corriera a encerrarse en su habitación pero no le hizo caso. Se dio valor mentalmente antes de dar el último paso para terminar de doblar el pasillo, ese que daba a la puerta de entrada y entonces lo que vio ahí lo dejó mudo.

El adorno resbaló de sus manos y golpeó estrepitosamente el piso.

Fue justo en ese momento en el cual Choikang Changmin vio al amor de su vida después de casi dos años.

“Hy-hyu-hyung?” Su temblorosa voz alcanzó a preguntar.

Pero una vez más no hubo respuesta.

JaeJoong no le miró, su cuerpo temblaba, el flequillo rojizo le tapaba gran parte del rostro, tenía la remera pegada a su piel sudada y respiraba a bocanadas.

Changmin quiso decir algo pero las palabras sencillamente no podían abandonar su boca.

Y se quedó tieso, mirando a ese Jaejoong que se apoyaba en el marco de la puerta con la mano derecha como si no pudiera mantener su posición por sí mismo.

Quiso gritarle que entrara, que alguien podría verlo ahí y estaría en graves problemas. Quiso abalanzarse sobre él y pasar sus manos por ese cuerpo perfecto que parecía pedirle a gritos que lo tocara, quiso golpearlo también, oírlo gritar de dolor en compensación por todas esas noches en que extrañó su calor y el pecho le dolió tanto que tuvo que llorar hasta quedarse dormido.

Quiso hacer muchas cosas. Pero todas ellas se desvanecieron cuando el cuerpo débil de su Jae pasó caminando por su costado como si él no existiera.

Le oyó caminar hacia el cuarto de YunHo y empezar a patear/aporrear la puerta al no poder abrirla.

Le oyó sollozar...

“¿Dónde estás?” gimió.

“Me lo prometiste,” gritó, “me prometiste que lo cuidarías, que tú...estarías aquí para él, que le darías cada abrazo que yo no podría, que...que ¡ábreme la puerta joder!”

ChangMin no acababa de asimilar la figura de JaeJoong pero los golpes le hicieron despertar del trance.

Cerró la puerta de una patada y corrió lo más rápido que pudo hacia ese maltrecho humano desecho en llanto.

“¡Detente, hyung! ¡Te estás haciendo daño! ¿Qué te pasa? ¿Por qué haces esto?”

Pero Jaejoong no le escuchaba aporreaba la puerta cada vez más mientras las lágrimas caían una tras otra y la voz lentamente se le apagaba por el esfuerzo.

Changmin intentó sujetarle los brazos y entonces ocurrió algo de lo más inverosímil...lo traspasó.