A veces las palabras son escasas, las
lágrimas vanas y las sonrisas vacías. A veces la fortaleza simplemente escapa
de tus manos dejándote a merced de esos lamentos sin solución aparente.
Pensando a cada que respiras en hubieras que a fin de cuentas sólo logran
hundirte un poco más. Tratando de hallar esa salida que quizás tú no sabías yacía
bloqueada desde un principio...
La muerte de su madre lo tomó por
sorpresa una madrugada de octubre. Sus oídos aún modorros sufrieron un colapso
y pronto su lengua quedó completamente obstruida por el silencio...ese que no
paraba de repetirle una y otra vez la noticia.
Dos años después...
La suave brisa mece sus cabellos con
calma, la fría arena que sus pies tocan reparten escalofríos a largo de su
espalda...el olor salino que percibe acopia su consciente de
memorias...recuerdos que no se ha atrevido a evocar desde hace mucho.
Y que sin embargo ahora lo
transportan a su infancia sin dificultad.
- ChangMin – un susurro quedo y
cálido lo llama despacio
- ¿Qué pasa? - pregunta el castaño,
sus ojos opacos se clavan en los de su amigo
- ¿Todo bien? - cuestiona el rubio
mientras le abraza acongojado...pues sabe que el otro sufre y se siente incapaz
de ayudarlo
- Sí – miente el aludido a sabiendas
de que sus palabras no han logrado convencer ni a él mismo
- Hey – YooChun se acerca incapaz de
observar un segundo más ese triste abrazo sin ser parte de él
Terminado abrazado a ambos por encima
de Junsu, tratando de controlar sus fuertes hipidos.
- Todo estará bien ¿ok? - susurra
hundiendo la cabeza entre el hueco de los hombros ajenos
Una sonrisa amarga se pinta en los
labios del alto castaño, su cuerpo siente la calidez ajena dándole un poco más
de valor...para sanar...para vivir de nuevo.
- ¿Estás seguro de esto? - pregunta
el rubio en un último intento por llevarle de vuelta sin éxito
- Estaré bien – responde el aludido
notando con recelo como aquel rubio deja caer sus lágrimas – lo prometo – le
señala su meñique en alto para detenerle pues no puede observarle llorar un
segundo más
- ¡Yah! Vas a cuidarte...que necesito
alguien con quien pelearme – puntualiza entre sonrisas secándose los restos de
lágrimas en sus mejillas para mostrarle fortaleza
- ...en una semana lo tendrás –
responde el castaño haciendo un ademán de querer ahorcarlo que finaliza por
iluminar el rostro de todos
- ¡Hey! ¡Hey! Cuidadito con mi delfín
– exclama YooChun divertido - ¿Después a quién voy a tocarle el trasero?
- Ustedes dos par de pervertidos –
chilla Junsu cubriéndose el pecho sonrojado, mientras golpea a su novio en la
espalda
Después de un par de horas,
advirtiendo el pronto oscurecimiento del cielo se ven obligados a despedirse...
- See you later, man – YooChun choca
sus puños antes de envolverlo en un abrazo
- Sabes que sólo debes llamarnos – le
recuerda Junsu, aún reacio a la idea de dejarlo
- Sí – asiente el castaño con fingido
cansancio – váyanse de una vez, que ya anochece
Unas últimas miradas y el todo
terreno del pelinegro desparece por el camino.
ChangMin suspira despacio para luego
dirigirse hacia lo que será su hogar por el resto de la semana. Sus ojos
recorren cada rincón encontrándolo dolorosamente igual a como lo recordaba. Las
paredes blancas, los cuadros, la paz...
Esa que le pesa por culpa...ya que no
se siente merecedor de ella.
Con cuidado se deja caer sobre los
silenciosos muebles de la sala. Quiere llorar...sin embargo la capacidad parece
haberse esfumado de su cuerpo dejándole con ese escozor correr su nariz y
párpados.
- Lo siento – le susurra al viento
esperando que de alguna manera ella pueda escucharlo
Como cada bendito día que ha vivido
desde entonces.
“Descansa” Le susurra una voz en su
cabeza...”esa conciencia” como él la llama, esa que nunca le ha abandonado
desde que su madre falleciera...esa que había sabido hablarle cuando lo ha
necesitado.
Sus párpados se fueron cerrando
despacio hasta dejarlo inconsciente sobre el mueble matizado.
JaEmInJaEmInJaEmInJaEmInJaEmInJaEmInJaEmInJaEmInJaEmInJaEmInJaEmInJaEmInJaEmInJaEmIn
¡PUM!
El ruido del ventanal del ático
hacerse añicos lo despierta de golpe. Aún sin poder visualizar con claridad
coge la primera cosa no esponjosa que puede encontrar en sus condiciones...
Un tenedor...
Una insignificante defensa para lo
que sea que pudiera encontrar al subir allá arriba y que sin embargo empuña con
valentía mientras sube por las escalerillas pues su cerebro tan adormilado como
se encuentra es incapaz de hacerle sopesar algo al respecto.
El viento gélido entrante por – el
ahora gigantesco hueco– le hizo arquearse un poco. Sus ojos aunque lentos
escudriñan cada rincón esperando encontrar la explicación necesaria. La potente
luz de luna le hace la tarea más sencilla iluminando gran parte del lugar con
ese haz de luz platinado que a sus ojos parece hasta mágico.
Sus ojos pronto se clavan el lo que
parece una fina seda distribuida sin cuidado sobre un algo que sabe posee vida.
Sus piernas abandonadas a la
curiosidad y expectativa dan sus primeros pasos hacia la misma, sus oídos
captan con mayor eficacia el susurro de voces, miles de ellas hablarle en
distintas lenguas conforme se halla más cercano a su objetivo, sus manos...sus
dedos.
Una fuerte ventisca naciente de algún
rincón que no alcanza a ver lo obliga caer de rodillas abruptamente mientras el
ensordecedor sonido del aire al cortarse le hace imposible alzar la mirada. Con
la respiración contenida, la luz ahora ilumina todo el lugar y nota la ventana
en su lugar.
Sus ojos incrédulos observan
asustados su alrededor
- ¿Qué carajos? - se pregunta
“Descansa” Suena la voz...Él tan
aturdido como va empieza a sentirse mareado
De pronto todo se torna albo...
Y el coro de voces le invita a dormir
de nuevo...
¡TOC! ¡TOC! ¡TOC!
El sonido le despierta.
Mira a su alrededor aún confundido.
- Ha sido un sueño – se dice en un
susurro aliviado
¡TOC! ¡TOC! ¡TOC!
“¿La puerta?” Se pregunta
No tarda en incorporarse, encender la
luz y acercarse para ver por entre las persianas.
Encontrando a un muchacho alto al que
no puede observar con claridad y al cual sin embargo le abre la puerta.
- ¿Buenas? - dice inseguro al no
encontrar razón de sus actos...pensando que quizás debería dejarle fuera de
nuevo
Punto de vista que parece volar
bastante lejos cuando encuentra esa sonrisa del otro lado.
- Hola...siento la molestia, es que
mi auto se descompuso a unos kilómetros y no sé cómo he llegado aquí – dijo
torpemente mientras hacia una reverencia en disculpa por las molestias
El castaño le observa en silencio sin
cuestionar lo poco coherente que suena su historia aún cuando sabe que el lugar
en el que se encuentra pertenece a una zona privada y exclusiva de su familia.
Pues halla a esa persona tan familiar
que le inspira una confianza irrefutable.
- Oh por cierto Kim JaeJoong – le
dice luego de terminar un discurso al que el castaño no pudo prestar atención
por perderse en sus propias divagaciones
- Shim ChangMin – estira la mano para
recibir ese monótono apretón que esconde esas ganas inconscientes de tocarle...
El pelinegro le sonríe analizando esa
mano suspendida con ternura optando con ahínco por guardarle en su regazo. En
ese lugarcito tan cálido donde siempre ha estado aunque el castaño pensase lo
contrario.
Sus labios pintan una sonrisa bella.
Una que se quema en sus retinas
mientras se deja rodear por esos brazos...porque aunque ha pasado mucho sabe
que aún puede sentirse a gusto con algo...
Quizás...demasiado...♥
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No se si es porque debido a lo último siento empatía...o porque no lo releía desde hace haaaaarrto o porque necesitaba un jaemin(menuda novedad XD) pero lo sentí tan....ah -suspira-
espero actua ¬3¬