Tal vez fuera el alcohol...
Quizás...y solo quizás sus efectos empezaban a nublarle el juicio y como resultado ese pelinegro a su costado lucía tan diferente.
Porque realmente no encontraba otra manera de definirlo. Es decir ¡Demonios! Él no recordaba que su piel brillara tanto.
Que su respiración ligeramente agitada pudiera afectarle tanto...
Que sus labios le atrajeran de esa manera.
“¿Oh sí?”
¡Por supuesto que no!
...¿Cierto?
La cuestión le agarró por sorpresa, casi tanto como esos brazos que ahora le rodeaban torpemente, como cada vez que la bebida acababa por invadir a su amigo del todo... Y entonces ese torso perfecto tentaba el suyo y de pronto parecía no haber algodón de por medio.
“Mierda...” masculló.
Y prosiguió a mandar mucho al diablo a cuanta persona pudo recordar en ese ofuscado instante en el que sintió la mano contraria palmar “inocentemente” su muslo en esa caricia nada ajena a ellos...la misma que acababa de hacerle botar abruptamente el último trago de licor que se había llevado a los labios.
¡¿Es que intentaba hacerle perder la razón?!
Es Jae...JaeJoong...mi Kim JaeJoong – le suplicó a su libido o lo que estuviera dentro de él y que fuera responsable de sus pensamientos impuros
Pero nada.
El calor continuaba aumentando...
Las ganas…
Pues sí, llegado a ese punto Jung YunHo empezaba aceptarlo.
¿Es que su “hyung” no se daba cuenta de la clase de mirada que le estaba dando?
Oh, claro que no…Jae estaba más preocupado en ponerle las manos encima tanto como le fuera posible. La diferencia era la siguiente…todos conocían el complejo de “oso prosti” que le agarraba al mayor cuando cruzaba el límite ¿Pero él?
¡¿Qué había de él?!
¿Desde cuándo el alcohol le hacía desear a su mejor amigo?
Tragó saliva sin saber que responder.
No se atrevía siquiera a pensar en cómo podría mirarle a la cara por la mañana...cuando esa sensación enervante se hubiera ido...y dejase culpa en su reemplazo.
La decepción totalmente clara sobre ese par de ojos oscuros.
Estaba escapando de sus manos ¡Y se suponía que él era el sensato!
Se preguntó que carajos estaba pensando cuando aceptó “continuarla” en el departamento del mayor.
“Ok, tenemos que hacer algo” Se dijo y le dijo a cierta cosita que empezaba inquietarse allá abajo.
Y cómo no si tenía a JaeJoong casi sobre él hablándole a centímetros de distancia. Y su aliento rozaba caliente contra su cuello ¿Acaso era él o es que de pronto el livin era un auténtico sauna?
“Yunnie...ah” Le escuchó llamarle, en un susurro gatuno que le hizo mandar a la mierda todo por una milésima de segundo
“¡Haz algo pervertido!“ Se dijo escandalizado
Sus manos se escurrieron por el torso del mayor intentando separarle un poco, pero sus dedos en vez de ejercer presión sobre el pecho contrario acariciaron esas partes abultaditas resaltantes aún por sobre la musculosa.
“Ok...no me refería a eso joder...haz algo con tus...con tus..!Ahhh! ¡Suéltale!”
¿Por qué demonios ese pelinegro tenía que gemir de esa manera?
¿Que no veía que ya sufría lo suficiente?
En un descuido, JaeJoong le sujetó ambas manos y las llevó a sus caderas. Por alguna razón que ahora el boquiabierto y sediento moreno no podía dilucidar sus manos se mantuvieron ahí como pegadas con Trix a los desabotonados jeans del contrario.
Jae logró sentarse a horcajadas sobre las piernas de su sonrojado amigo.
¡Dios! ¿Es que acaso su amigo terminaba de esa forma con todo aquel que le acompañaba?
No podía creer que su JaeJoong...ah fuera capaz de tanto.
Por su cabeza deslizaron todas aquellas veces que se negó a acompañarlos aduciendo que estaba cansado (porque él sí sabía cuando detenerse, o lo sabía hasta hace unos cuantos minutos), todas aquellas veces en las que él se iba con YooChun o con el pequeño Minnie.
¿Es que acaso...?
La sangre le hirvió de repente.
La cantidad de adjetivos calificativos que pasaron por su cabeza rebalsaron con creces los dedos de sus manos y pies contando tanto derechos como izquierdos.
Sus manos tomaron bruscamente esas mejillas para mirarle fijamente a los ojos, esos ojos felinos ahora opacados por el deseo...le miraban a él.
Un sentimiento de posesión le recorrió cada célula del cuerpo.
Y cuando menos fue consciente de sus actos, ya se hallaba sobre JaeJoong besándole tan salvajemente que hasta él mismo sintió la falta de aire.
“Yunnie...ah” Le escuchó llamarle roncamente entre jadeos
Y él sabía, que como continuara memorizando cada rincón de esa cavidad cereza...entonces...la razón le valdría una mierda. ¡Oh vaya que lo sabía!
Y sin embargo...
Sin embargo.
Lo tomó entre sus brazos y a tropezones se lo llevó a su habitación.
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Esa mañana como si Dios intentara castigarle por sus actos, el sol le pegó con fuerza en la cara.
Y si hay algo peor que estar resaqueado es tener que levantarse temprano.
Vale, era de esperarse que con lo ocupados que habían estado la noche pasada se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia de las persianas.
Refunfuñó hundiendo su cabeza en la almohada.
Se tumbó de costado y se le quedó mirando.
Los recuerdos se agolparon en su mente ya despierta, un sonrojo tiñó sus mejillas.
El mayor descansaba como un ángel a su lado. Sus ojos recorrieron cada diminuto detalle de su rostro. Seguí siendo el mismo JaeJoong, su JaeJoong, el mismo idiota de toda la vida. Pero a la vez...de alguna forma, era un JaeJoong diferente.
Su cuerpo corrió despacio entre las sábanas acercándose cada vez un poco más al cuerpo desnudo de su hyung.
Tan cerca que ahora podía incluso sentir, aunque débil, su respiración.
Se asomó otro poco más hasta quedar sobre el rostro del albino, ensimismado.
Era tan hermoso.
Sus labios se acercaron poco a poco y antes de poder llegar a su destino. JaeJoong despertó.
Sus rostros tan cercanos el uno al otro, se sonrojaron fuertemente. Él, avergonzado, tuvo el impulso de separarse pero sus músculos estaban tiesos como si le hubiera dado un calambre solo que en vez de dolor muscular...sentía mariposas.
Sin pensarlo mucho más dejó su cabeza caer despacio hasta acariciar esos suaves labios rosados con los suyos.
Fue apenas un roce, un beso puro e inocente. Que le dejo en Venus ¡No esperen!
...era Marte.
Él mayor aún mantenía los ojos cerrados para cuando YunHo se separó por unos cuantos centímetros.
Abrió los ojos lentamente, receloso.
“Buenos días” Le dijo sonriendo cohibido
Él morocho volvió a besarle de nuevo.
Porque tal vez y solo tal vez empezaba a sentir diferente
...y diferente le gustaba...
WUA!!!!!!!!!!!
YO PRIMERA PORQUE ES MIO DE MI!!!!!!!!!
CORRO... LEO Y COMENTO LINDO!!!!
TE ADORO MANIS!!!!