JAEJOONG
Lo había olvidado.
Entre la tension del viaje y la póstuma reunión con sus padres...
Lo había olvidado.
Tan cuidadoso de sus reacciones, las mías...y el dolor a un rechazo que sabíamos seguro.
Yo...lo había olvidado.
Me preguntaba si de haber sido conciente pudiera haber hecho algo para evitarlo. YooChun…ah la verdad, no sabía que responderme. Escucharte así de dolido era algo tan nuevo para mí, tus palabras abstrusas e alcoholizadas me impedían entenderte del todo pero no quería que dejaras de hablar.
Por temor a lo que pudieras hacer tan borracho como ibas. Podría nombrar muchas cosas en mi tortuosa incapacidad por sostenerte entre mis brazos mientras me repetías a gritos “le he tocado”.
Las palabras se agolpaban, en mi garganta tensa y mi poco tino ante tus palabras. Y es que ¿Qué podría decirte? ¿Qué todo saldría bien? ¿Que él no había querido decir eso? ¿Cómo YooChun?
Si ni ambos lo creíamos...
Me dolía sí, pero era al fin y al cabo la verdad YooChun-ah. Tal vez eras tú quien estaba más conciente de ella y por eso tus lágrimas sabían amargas aún sin poder verlas.
Esa madrugada, me hablaste hasta quedarte dormido. Lo supe por tu silencio y el vaivén de tus soplidos contra el parlante. Me quedé escuchándolos hasta que la llamada dio fin en algún punto de la madrugada.
La puerta de la habitación se abrió despacio.
- YunHo…ah – le llamé despacio – no has debido quedarte fuera tanto rato…podrías haber pescado un resfriado y entonces…tu omma me hubiera retado por no haberte cuidado
- Jae…sabes que llorar no es un pecado ¿verdad? – me susurró tomándome entre sus brazos
- Lo siento… - mordí su hombro para acallar un sollozo
- Te quiero – alisó mis cabellos – te quiero… - me quedé dormido
JUNSU
No supe exactamente cuando las cosas escaparon de mis manos. Cuando dejé de ver tus sonrisas como un simple detalle agradable sobre tus labios. Cuando mi corazón dejó sus característicos latidos para convertirlos en susurros acompasados de tu nombre.
No supe cuando YooChun, si fue en el primer cruce de miradas o en una noche de luna. Simplemente pasó…
Y la verdad es que creí que el día que te lo dijera mi corazón al fin podría respirar tranquilo.
Pero no fue así.
Solo me quedé aquí hundiendome con el correr de los segundos. Mirando esa puerta por la cual habías salido después de escuchar la cruel verdad de mis labios.
TITLE: I’m sorry I love u
CHAPTER: Twelve
PAIRING: Yoosu, YunJae, JaeChun
RATING: PG-15
WARNINGS: Fight, Angst, Incest, Shonen-ai
DISCLAIMER: No lucro
JAEJOONG
Lo había olvidado.
Entre la tension del viaje y la póstuma reunión con sus padres...
Lo había olvidado.
Tan cuidadoso de sus reacciones, las mías...y el dolor a un rechazo que sabíamos seguro.
Yo...lo había olvidado.
Me preguntaba si de haber sido conciente pudiera haber hecho algo para evitarlo. YooChun…ah la verdad, no sabía que responderme. Escucharte así de dolido era algo tan nuevo para mí, tus palabras abstrusas e alcoholizadas me impedían entenderte del todo pero no quería que dejaras de hablar.
Por temor a lo que pudieras hacer tan borracho como ibas. Podría nombrar muchas cosas en mi tortuosa incapacidad por sostenerte entre mis brazos mientras me repetías a gritos “le he tocado”.
Las palabras se agolpaban, en mi garganta tensa y mi poco tino ante tus palabras. Y es que ¿Qué podría decirte? ¿Qué todo saldría bien? ¿Que él no había querido decir eso? ¿Cómo YooChun?
Si ni ambos lo creíamos...
Me dolía sí, pero era al fin y al cabo la verdad YooChun-ah. Tal vez eras tú quien estaba más conciente de ella y por eso tus lágrimas sabían amargas aún sin poder verlas.
Esa madrugada, me hablaste hasta quedarte dormido. Lo supe por tu silencio y el vaivén de tus soplidos contra el parlante. Me quedé escuchándolos hasta que la llamada dio fin en algún punto de la madrugada.
La puerta de la habitación se abrió despacio.
- YunHo…ah – le llamé despacio – no has debido quedarte fuera tanto rato…podrías haber pescado un resfriado y entonces…tu omma me hubiera retado por no haberte cuidado
- Jae…sabes que llorar no es un pecado ¿verdad? – me susurró tomándome entre sus brazos
- Lo siento… - mordí su hombro para acallar un sollozo
- Te quiero – alisó mis cabellos – te quiero… - me quedé dormido
JUNSU
No supe exactamente cuando las cosas escaparon de mis manos. Cuando dejé de ver tus sonrisas como un simple detalle agradable sobre tus labios. Cuando mi corazón dejó sus característicos latidos para convertirlos en susurros acompasados de tu nombre.
No supe cuando YooChun, si fue en el primer cruce de miradas o en una noche de luna. Simplemente pasó…
Y la verdad es que creí que el día que te lo dijera mi corazón al fin podría respirar tranquilo.
Pero no fue así.
Solo me quedé aquí hundiendome con el correr de los segundos. Mirando esa puerta por la cual habías salido después de escuchar la cruel verdad de mis labios.
Y no sabes cuanto querría decirte que podría, que te olvidaría, que eras un error del que estaba dispuesto a pasar la página...sin embargo...no podía ¿Cómo podría? Si no me sentía así ni de cerca. Para mí resultabas tan indispensable que el arrancarte de mi mente me significaba la muerte misma.
Sonara masoquista o no…yo…así lo sentía.
No importaba cuántas lágrimas se me escaparan en tu nombre, no me importaba si tenía al mundo encima, a las personas que he podido conocer en mis 18 años de vida o inclusomi propia familia…me importaba una mierda las reglas morales ¡Una mierda YooChun!
Yo te seguiría amando hasta el día en que muriera.
Porque sí…así lo sentía y así lo haría.
No me arrepentiría de haberte cantado esa verdad que tanto quemó mis labios. No buscaría tus brazos a costo de un cariño que las circunstancias tornarían hipócrita. No me abnegaría a verte en el día a día consciente de mis sentimientos fingirnos indiferencia.
Porque quizás eso si que no lo soportaría.
Así que si nos esperaba un adiós sería uno sin rencores o remordimientos de ningún tipo. Sólo tú, yo y un dulce abrazo para abrigarme la partida...
YOOCHUN
Cuanto daría por regresar el tiempo Junsu…ah, por poder congelar ese instante, esos segundos primordiales que de alguna manera te hicieron enamorarte de mí, de este ser tan despreciable que sólo te ha hecho sufrir. Que ha puesto incontables lágrimas en tus ojos e hipidos en tus labios. Este ser que no merece tu perdón ni mucho menos tu amor.
No lo merece Su, y por tanto se niega a creerte pues acaba de comprender cada acción que ha efectuado en los últimos días.
Y se pierde, se pierde en su propio egoísmo y esa abnegación que le corta la respiración a través de sus hipidos. Porque sabe que no puede obligarte a sentir las pesadas miradas clavarse por siempre en tu espalda, que debe dejarte ir. Pues te ama y si hay algo que tiene muy claro es que no dejará de hacerlo jamás.
Aunque pudieras odiarlo por lo que estaba a punto de hacer.
Él te amaba, te amaba Su.
Y por tanto no podía quitarte la oportunidad de formar una familia, de ver tus hijos crecer, envejecer al lado de tu bella esposa, un poema bello y sutil que te convertiría en la envidia de muchos.
¿Cómo podría quitarte eso? ¿Cómo podía dañarte aún más mi pequeño?
- ¿Oppa?
No te dejaría tragarte el dolor mientras negaras tus palabras tempranas.
- ¿A qué se debe la visita?
Era tiempo de que volaras hacia tu propia felicidad…era lo único que me importaba, que tú la alcanzaras aún a costa mía.
- Vamos...
Gracias por todo mi pequeño…sólo…gracias.
JUNSU
Oí tu auto llegar desde mi habitación. Las manos me sudaban, las piernas me temblaban y la indesición me gobernaba ¿Debería ir a tu encuentro? Abriste la puerta del frente, dejé de respirar.
Escuché tus pasos entrando, casi pude dibujarte deshaciéndote del saco, de ese cigarrillo entre tus labios. Cerré los ojos dejándome envolver por recuerdos, dándome algo de valor.
Entonces oí un algo que me dejó fuera de contexto.
Tacones…
Pisadas femeninas secundado las tuyas. Y todo dejó de tener sentido.
Entre jadeos contiguos caí de rodillas al piso. Escuchando esa voz extasiada gritar tu nombre, moldear quejidos de pasión por lo que tu tacto le hacia experimentar. Y gemías…tu también gemías.
Tan a gusto entre sus brazos. Los de ella…no los míos ¿Era esta tu forma de castigar mis palabras? YooChun…ah
¡YooChun!
- Mhhh….
Las lágrimas me caían, tus palabras sobrepasaban el grosor de mis dedos en contacto con mis tímpanos. Los oía…los oía…
Y no podía más, dolía demasiado. Mis manos se pasearon rápidamente por todos mis cajones sacando todas mis pertenencias hacia la valija más grande, hacinándolas como pudiera, apretándolas las unas con las otras.
- Mmm…YooChun…
¡Basta!
Las ruedas golpearon el piso con fuerza cuando bajé de un tirón la maleta de la cama. Abrí la puerta tan rápido como pude y me abalancé sobre el pasillo a zancadas. La puerta de tu habitación yacía abierta y no quería ver absolutamente nada cuando tuviera que pasar por ella.
Quería decirte adiós…pero supongo tu habías encontrado una mejor forma ¿no es así?
¿Cómo podías? ¡¿Cómo podías hacerme esto?!
El corazón se me estrujaba, tenía que seguir procuré cerrar los ojos cuando mis piernas pisaron las baldosas frente a tu pieza. Seguí de frente…tan roto y débil como mi propia alma.
No quería guardarte renconres...pero dolía...dolía mucho YooChun
Sentía que me rompería cuando por fin saliera. El frío metal de la cerradura de la puerta se encargó de decírmelo.
Sin embargo, no pude abrirla…
Porque...
Me detenías...
Escuché tus pasos entrando, casi pude dibujarte deshaciéndote del saco, de ese cigarrillo entre tus labios. Cerré los ojos dejándome envolver por recuerdos, dándome algo de valor.
Entonces oí un algo que me dejó fuera de contexto.
Tacones…
Pisadas femeninas secundado las tuyas. Y todo dejó de tener sentido.
Entre jadeos contiguos caí de rodillas al piso. Escuchando esa voz extasiada gritar tu nombre, moldear quejidos de pasión por lo que tu tacto le hacia experimentar. Y gemías…tu también gemías.
Tan a gusto entre sus brazos. Los de ella…no los míos ¿Era esta tu forma de castigar mis palabras? YooChun…ah
¡YooChun!
- Mhhh….
Las lágrimas me caían, tus palabras sobrepasaban el grosor de mis dedos en contacto con mis tímpanos. Los oía…los oía…
Y no podía más, dolía demasiado. Mis manos se pasearon rápidamente por todos mis cajones sacando todas mis pertenencias hacia la valija más grande, hacinándolas como pudiera, apretándolas las unas con las otras.
- Mmm…YooChun…
¡Basta!
Las ruedas golpearon el piso con fuerza cuando bajé de un tirón la maleta de la cama. Abrí la puerta tan rápido como pude y me abalancé sobre el pasillo a zancadas. La puerta de tu habitación yacía abierta y no quería ver absolutamente nada cuando tuviera que pasar por ella.
Quería decirte adiós…pero supongo tu habías encontrado una mejor forma ¿no es así?
¿Cómo podías? ¡¿Cómo podías hacerme esto?!
El corazón se me estrujaba, tenía que seguir procuré cerrar los ojos cuando mis piernas pisaron las baldosas frente a tu pieza. Seguí de frente…tan roto y débil como mi propia alma.
No quería guardarte renconres...pero dolía...dolía mucho YooChun
Sentía que me rompería cuando por fin saliera. El frío metal de la cerradura de la puerta se encargó de decírmelo.
Sin embargo, no pude abrirla…
Porque...
Me detenías...
Este es el capítulo que más me gustó. La antesala de lo que es el incesto en sí y lo atormentados que ambos se sienten.
En serio, en serio es uno de los mejores yoosus que he leído.
Porfavor sube el capítulo final!!
Kate.