Interrumpiendo una boda

martes, 31 de julio de 2012
Bueno acá esta las temáticas que me han dado son geniales en serio. Ha salido chiqui peor no quería hacer mucho drama. Estoy demasiado feliz hoy. Ya estoy temrinando el otro lo subiré dentro de dos horas fácil que me voy a cenar ahorita. Dedicado a Ari_Jaemin.
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“Que hable ahora o calle por siempre.”



Es una frase muy cliché.



Es curioso como aquellos segundos de silencio que le consiguen a aquella corta oración son probablemente un rush de adrenalina para todos aquellos presentes que ya sea para bien o para mal esperan que la puerta de la iglesia se abra y entre de pronto por ella una persona que mande la ceremonia a la mierda.



Después de todo ¿Quién no quiere un poco de drama en su vida, no?



Pero lejos de bromas en realidad existe un diminuto grupo quizás de personas que llegan a ese altar de la mano de un ser que saben no aman y miran de reojo esa puerta más de tres veces rogándole al señor por favor que la persona a la que le han entregado su corazón ingrese.



Lastimosamente para algunas y algunos de esas personas...



Esas puertas permanecen cerradas.



Y un anillo del material precioso que fuese se encaja en sus dedos para siempre.



Changmin le prometió que iba a protegerlo contra todo lo que pudiera venírsele en esta vida.



No puso “si estás conmigo” como clausula.



Porque Jaejoong era el maldito amor de su vida.



E iba a salvarlo de cometer un muy grande error.



No podía simplemente intentar seguir con su vida como tanto Jaejoong le había pedido antes de terminarle envuelto en llanto.



No bajo aquellas condiciones, no bajo la presión de su familia ahora en quiebra.



No cuando sabía que aquello no era lo que su Jae deseaba.



No así ¡por el amor de todos los dioses!



De modo que no podía quedarse de brazos cruzados en ese bar de mala muerte al que había entrado con el alma rota en busca de algún tipo de consuelo.



No señor.



Y entonces con la poca lucidez que aún le quedaba se hizo la más grande de las preguntas.



¿Qué se necesita para irrumpir una boda hoy en día?



La respuesta es un tanto más simple de lo que creen, y a lo menos yo podría resumirla en tres cosas y esas son las siguientes:



·         3 idiotas.



·         Un Changmin.



·         Y poca pero muy poca sangre en la cara.





Afortunadamente para este cuarteto de adolescentes ninguno de sus integrantes poseía siquiera un gramo de vergüenza sobre sus larguiruchos cuerpos. Y la mente maestra detrás de sus continuos esfuerzos como podrán ya saber apellidaba Shim.



De modo que aquella noche bajo las melodías nupciales del piano y vestidos de gala, cuando el padre hubo pronunciado aquella frase tan cliché, cuatro hombres habrían irrumpido la tan grata ceremonia sin otro plan más que atacar con garras y dientes a todo aquel que intentara ponerse en el camino de Changmin hacia ese Jaejoong que tan boquiabierto como los demás asistentes no podía ocultar la inmensa alegría en su pequeño corazón.



Porque ese altar estaba hecho para unir a un Shim y un Kim.



Y ese Dios de allá arriba lo sabía.



¿Sino porque habría de haber escuchado sus plegarias?







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Ah! aun me faltan algunos tengo que terminarlos *corre*




Calle 53

Este es el shot para Jaceni. ¡Espero te guste! :D Me ha salido cortito >< Pero creo que todas las ideas están. Bueno, lean! :D
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“Pido disculpas padre, porque he pecado” Con esa oración iniciarías la mañana del domingo muy temprano en esa iglesia a la que solías concurrir por la inmensa carga de conciencia que pesaba sobre tu alma.



Con la mano en el corazón te prometerías que no volverías a tropezar con la misma piedra mientras escuchabas al padre rezar por ti.



Mirarías el cielo ya despejado e inocentemente creerías que eso era todo.



Que te habrías librado de mí.



Que podrías seguir con tu vida.



Pero tú y yo sabíamos Jaejoong que eran mentiras.



Que la noche eventualmente llegaría.



Y que te encontrarías de pronto caminando por las oscuras calles de Seúl bien perfumado, con el cabello muy lacio y un paquete de condones en el bolsillo.



Que te dirigirías a pasos cortos y derrotados a ese club nocturno de la calle 53, ese club nocturno en el cual yo trabajo.



Vendrías por mí.



Por este stripper que de moral sabe muy poco pero al menos no es hipócrita como muchos de ustedes.



Vendrías por estos muslos “cremosos” por los que habías perdido la cordura innumerables veces, Jaejoong.



¿Y sabes por qué?



¿Sabes por qué te tragarías tus promesas y tu estúpida moral para hundirte en mí una y otra vez?



Porque eras un pecador más, como todos Jaejoong.



Un hombre más.



A pesar de tu ropa cara, tu trabajo, tu renombre o tu maldito auto.



A pesar de la buena familia de la que provenías.



A pesar de todo aquello que te colocaba a millas por encima de mí.



Eras solo un hombre.



Y yo haría de todo para mantenerte a mi nivel, para impedir que despertaras algún día y te dieras cuenta de todo cuanto tenías y lo poco que yo encajaba en tu vida.



Porque ese amor que me jurabas no iba a durarte por siempre Jaejoong.



Y desgraciadamente para ti soy un perro muy posesivo.



Así que te pondría uno o dos nudos más sobre esta telaraña cada día para asegurarme que te tendría atado a mí por siempre.



Te obligaría a despojarme de cada retazo de ropa sobre mi cuerpo y a tocar aquello por lo que pagabas diariamente.



Y te escucharía gruñir mi nombre al borde del orgasmo, sintiéndome tan pagado de mí mismo.



Quizás buscarías mis labios también.



Y te dejaría besarme, aunque no se lo permitiera a nadie más.



Te dejaría hacer cuanto quisieras y aún más.



Porque así como tú y yo sabíamos Jaejoong, que eras un pecador.



Para mí tú eras mi más grande pecado.




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Salió pequeñito, pero no podía aumentarle nada más, la cagaba descomunalmente así que lo deje por lo bueno. Espero haya gustado :D


Baile

viernes, 27 de julio de 2012
Este shot está dedicado a Athena Le ciel. Es el primer 2Yoo que he escrito jamás si bine no soy fan de la pareja y solo he leído un fic de ellos. Y es de Nesly porque a ella le leo todo ¡Creo que todas saben cuan genial es! Espero te guste preciosa.
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Todo empezó con el cumpleaños 21 del príncipe Yunho.



Era tradición organizar un gran baile para celebrar la mayoría de edad de los futuros herederos al trono.



Al cual doncellas de diferentes reinos asistían con un único objetivo en mente: seducir al futuro rey de uno de los reinos más poderosos de toda Asia.



Después de todo...llegada la media noche Jung Yunho habría puesto un anillo en el delicado dedo anular de la que sería su reina.



Lastimosamente para todas aquellas hermosas señoritas.



Aquella noche bajo la abundante luz de los candelabros.



El joven príncipe solo tuvo ojos para una cabellera pelinegra que muy desesperadamente trataba de pasar desapercibido en su huida hacia la cocina, en donde venía trabajando desde hace unos 5 años.



Su aroma a vainilla se quedó impregnado en las fosas nasales del cumpleañero cuando aquel ratoncillo pasó corriendo por su lado.



Las piernas de Yunho doblaron sobre sus talones de puro reflejo.



Y uno de sus brazos alcanzó a detener a esa personita ahora envuelta en total pánico.



Unos ojos azabaches lo miraron desorbitados.



De sus labios muy rojos escaparon un montón de disculpas y excusas abstrusas en apenas susurros.



Yunho sonrió. La sala quedó en completo silencio cuando vieron el anillo encajar sobre el dedo de ese pelinegro que no acababa de asimilar lo que pasaba tampoco.



Es así como cierto ratón de rizos negros que tenía por nombre Yoochun pasó de ser un asistente del cocinero real al prometido del príncipe Jung Yunho.



¿Y qué opinaba nuestro querido ratón al respecto?





- ¡Es un hombre, Junsu, un hombre! – gritó fuera de sí mirando el anillo en su dedo con total terror



- ¿Y? – le preguntó su amigo divertido, apoyado en la mesa de la cocina con un brazo que sostenía también su mentón



- ¿Cómo que y? ¿Acaso no soy un hombre también? – volvió a gritar el ratón



- Sí... – asintió el castaño con cansancio



- ¿Entonces? – siguió Yoochun



- ¿Entonces...? – Junsu sonrió abiertamente, entendía perfectamente lo que estaba tratando de decirle...pero sabía que su mejor amigo estaba coladito por el príncipe aunque tratara de negarlo ¿Qué importaba el género?



- Estas troleándome ¿verdad?



- Exactamente.



- Ahh tengo que conseguirme nuevos amigos...



- ¡Mentira! Me amas y lo sabes... – le dijo sacándole la lengua



- Ok, te amo Junsu ¿contento? – le dijo un Yoochun divertido entre risillas



- ¿Amas a quién? – una tercera voz se escuchó desde la puerta de las cocinas





Y ambos jóvenes voltearon a ver con miedo.



El príncipe entró a pasos largos hasta ubicarse frente a ellos con el ceño fruncido.





- ¿Y bien? – preguntó



- Yo...creo que debería ehm...irme ¡sí! Yo... con su permiso su alteza – con esas palabras un muy espantado Junsu huyó de las cocinas.





Yoochun lo vio huir y estuvo tentado a gritarle “No huyas cobarde”



Pero el carraspeo de su ahora prometido lo obligó a callar.





- ¿Qué hay entre tú y ese cocinero?



- En primera su nombre es Junsu, en segunda hay amor, y en tercera tengo trabajo que hacer así que sí me disculpa...



- ¿Qu-que hay amor? – preguntó un príncipe con la cara contraída



- Como escuchaste...



- ¡Eres mi prometido! – gritó posesivamente



- ¿Dice quién? – preguntó “la princesa” testarudamente



- Lo digo yo ¡llevas mi anillo! – gritó Jung exasperado señalando la gema que brillaba entre los dedos del menor.





Yoochun bajó la mirada a sus manos con la cara muy roja, él tenía razón en algo podría haberse quitado el anillo, pero no que hizo él...perderse en esa mirada café y dejarse levar por su aroma varonil al infinito y más allá.





- Bu-bueno yo... – tartamudeó.



- ¿Yoochun?





El aludido levantó la mirada.



Yunho sonrió.



Posó una de sus manos en las albas mejillas de su prometido y la otra suavemente en su espalda.





- Eres mío ratón este es tu castigo por seducir al príncipe de Corea tendrás que aprender a aceptarlo...





Yoochun parpadeó sin creer lo que estaba escuchando.



Hizo de lado su corazón ñoño que palpitaba con fuerza por la cercanía y dejó que su orgullo tomara control de su cuerpo. 



Es así como no muy suavemente su rodilla se hincó en el estómago del contrario y el agarre entorno a su cuerpo cesó.





- Soy dueño de mi vida su alteza, si usted desea compartir el resto de su vida con una persona que no le corresponde entonces...ese será decisión suya, usted tendrá que atenerse a las consecuencias.





Yunho le miró incrédulo desde el piso.



¡El muchacho le encantaba!





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- O sea ¡¿Puedes creerlo?! – le gritó indignado



- No... ¿Cómo hiciste para tenerlo tan colado? – preguntó Junsu sin entender...él era más atractivo que Yoochun ¿Por qué no podía conseguirse un príncipe también?



- ¿Acabas de escuchar una sola cosa de lo que te he dicho? - renegó



- Sí señor – le guiñó un ojo



- ¡Eres imposible! – el pelinegro abrió la puerta de su habitación compartida con enojo.



- Oh vamos Yoochun, sé sincero



- ¿Con respecto a qué? – le dijo sin alcanzar de abrir la puerta del todo



- Con respecto al príncipe ¿te gusta verdad? – soltó Junsu con una risita



- ¡CLARO QUE NO! - bramó



- Bien...



- ¿Bien? ¿N-no habrá más, lo dejarás ir? Wow... gracias – le dijo ingresando a la habitación



- No seas tonto Chun...tengo mejores planes



- ¿Cómo cua-? ¿Soy yo o esto se ve algo diferente?



- Si con diferente te refieres a que falta tu cama y tus objetos personales entonces sí



- ¿Pero qué carajos?





La puerta sonó.





- Adelante – dijo Junsu



- Buenas noches su alteza, por órdenes del príncipe sus objetos personales han sido transferidos a la habitación real – Junsu se mordió la lengua – me haría el favor de seguirme le mostraré el camino.





Yoochun abrió la boca para negarse ABSOLUTAMENTE.



Pero Junsu le cayó encima.





- Ehm...disculpe usted tengo algo que decirle a ¿su alteza? así que bueno ehm... ¿podría esperarnos fuera?





El empleado buscó en el pelinegro su aprobación.



Yoochun asintió y al fin este último se retiró.





- ¡En sus sueños compartiré habitación con él! – fue lo primero que gritó cuando la puerta estuvo cerrada





Diez minutos más tarde era arrastrado por Junsu a la habitación matrimonial.





- Si quiere hacerte algo gritas y ya, deja de hacerte dramas – le dijo una vez frente a la puerta



- Él es el príncipe ¡Junsu! acaso van a auxiliarme...



- Dudo mucho que pidas ayuda en primer lugar



- ¿Qué demonios estás tratando de decir?



- Nada cariño – le dijo besando su mejilla



- ¿Eres una especie de Judas o qué?





Junsu rompió a reír.





- Entra ahí antes de que te meta yo a patadas – le advirtió



- Tú no pue... – el pelinegro vio en cámara lenta como su “mejor amigo” tocaba la puerta de la habitación.





¡Lo mataba! ¡Lo iba a matar! Hasta que escucho a su verdugo del otro lado preguntar “¿Yoochun-ah?” y la sangre se le bajó a los dedos de los pies. Junsu se había desvanecido en algún momento al parecer...



La puerta se abrió.



El pelinegro aguantó la respiración.



El príncipe vestía unos pijamas muy delgados ¡y vaya cuerpo que se mandaba!



Bien, si babear al ver el pecho fornido de otro hombre no lo volvía gay entonces...tenía serios problemas en su razonamiento.



Yoochun despertó de su ensimismamiento cuando sintió las manos de su prometido en sus pequeñas caderas introduciéndolo en la habitación.





- ¿Qué crees que haces? – le preguntó con un terrible gallo en la voz





Jung rió travieso.





- ¿Qué crees que hago?



- Asegurarte un rodillazo en los huevos.





Yunho cambió de cara.



Yoochun pegaba fuerte.





- Vale, trataré de una forma diferente...



- No vas a tener éxito eso te lo aseguro – rezongó abrazándose recelosamente así mismo y alejándose cautelosamente de Yunho unos buenos 5 metros.





Jung rió aún más.





- ¿Y bien? - preguntó el ratón analizando la cama matrimonial - ¿Dónde se supone que vas a dormir tú?



- Pues me gusta el lado derecho pero si quieres pue...



- A ver ¿estás tratando de insinuar que voy a dormir en un mismo colchón contigo? Porque si es así avísame para reírme, puedes dormir en el mueble de ahí o en este – dijo Yoochun sin tomar en cuenta la poker face que adornaba la cara del príncipe





El pelinegro caminó al clóset en busca de sus pijamas. Y trató de no poner cara de bobo al ver la cantidad de atuendos que descansaban en los percheros, aunque al día siguiente cuando Yunho no estuviera se probara todos ¡Junsu estaría tan envidioso!





- ¿No vas a darme siquiera un beso de buenas noches Yoochun-ah?





El pelinegro iba a voltear para negarse cuando su espalda golpeó el pecho de su prometido. La remera que llevaba se le caía por un hombro. Usaban ese tipo de ropas en las cocinas por el constante calor del horno.



Los labios del mayor se posaron tiernamente sobre el hombro desnudo de su prometido.





- Buenas noches – le dijo en un susurro.





Yoochun fue incapaz de moverse hasta que las luces estuvieron apagadas.







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- Estoy sorprendido.



- ¿De qué?



- Un mes conviviendo y sigues virgen una de dos o tú no la pones o el la tiene chi-



- ¡KIM JUNSU! – gritó un Yoochun escandalizado



- Qué...yo sólo decía...



- Sigo virgen porque... ¡Espera! ¿Por qué demonios estoy hablando de mi vida sexual contigo?



- ¿Por qué no tienes con quien más hablar?



- Joder...



- Ay cariño, yo solo te digo esto porque la tensión sexual de ustedes no solo me afecta a mí como tu amigo sino el reino mismo...



- ¿De qué hablas?





Junsu tomó al pelinegro de los hombros y lo volteó en dirección de ese Yunho que bajaba a pasos cortos.





- ¿Es esa la cara de un hombre feliz?



- Ehm... ¿no?



- ¡Exacto!



- ¿Quieres a Yunho?



- ¡No!



- Venga...me dices que si mañana te dejara por otro o aún peor por otra te importaría un carajo...



- ¡No sería capaz! Él-él me quiere a mí.



- Es suficiente respuesta para mí – Yoochun agachó la mirada sonrojado - ahora dime – insistió Junsu – él un hombre de 21 años con necesidades, que tú deberías entender mejor que nadie, y con un prometido a menos de 5 metros al cual no puede poner un dedo porque lo respeta demasiado...



- Ok, creo que entiendo tu punto...



- Bien... me dices tú que va a ser del futuro del reino teniendo un pobre hombre en abstinencia como cabeza.



- Estas diciendo que...



- Sí, que si no haces algo al respecto el reino se irá a la misma ¿quieres cargar la prosperidad del reino en tu espalda Yoochun?



- ¡Tú...tú eres el peor amigo que alguien jamás ha tenido!



- Yo también te quiero – Junsu palmeó su espalda y continuó amasando el pan con el rodillo





Yoochun quiso borrar la conversación de su memoria.



Pero lastimosamente...no pudo.







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- Buenas noches – Yunho le dijo desde el mueble



- Buena noches – respondió él





Corrió un largo silencio.



Yoochun continuó mirando el techo.



Intentó sin éxito mirar de reojo a su prometido.



Las manos le temblaban.



Cerró los ojos intentando dejarse consumir por el sueño.



Pero Junsu estaba atascado en su cerebro.





“¿Quieres cargar la prosperidad del reino en tu espalda Yoochun?”





El ratón se incorporó envuelto en sudor e impotencia.



Oyó a Yunho removerse también en el mueble.





- ¿No puedes dormir? – le preguntó el príncipe





“Ojalá fuera solo eso.”





- ¿Yunho?



- ¿Sí?



- No quiero cargar con la prosperidad del reino en mi espalda – le dijo en un susurro apretando las sábanas con fuerza entre sus manos mientras sentía su ritmo cardiaco elevarse alarmantemente por lo que iba a hacer a continuación.



- ¿A qué te refieres? – preguntó un confundido príncipe cuando sintió a su prometido caminar hacia él en la oscuridad de la habitación



- A esto...







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- Alguien luce bastante orgulloso de sí mismo – canturreó un castaño extremadamente sonriente



- Relaja los músculos o tu cara se partirá en dos... – le advirtió Yoochun



- Y... – volvió a canturrear.



- ¿Y qué? – contraatacó el pelinegro, estaba no muy cómodamente sentado sobre una silla cerca a las mesas con la espalda muy recta.



- Vale, pensé en ir despacio para no asustarte...pero ya que no quieres cooperar conmigo ¿Qué tal estuvo el polvo con Yunho?



- ¡KIM JUNSU!



- ¿Qué?



- ¡No digas estupideces! – bramó



- ¿Me dices que no pasó nada entre Yunho y tú anoche?



- ¡Claro que no! – negó el futuro segundo rey.





Junsu torció el gesto.





- Párate - demandó



- ¿Qué? – preguntó Yoochun con miedo



- Que te pares...



- ¿P-p-porque debería de pararme? estoy muy bien sentado



- Te paras o te paro – dijo el castaño tomándolo del brazo y empezando a tirar de él



- No ¡Espera! Junsu no...yo ¡vale, vale! ¡para ya! – le suplicó adolorido



- ¿Y bien? Soy todo oídos...







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- No estoy nervioso, no estoy nervioso ¿el nerviosismo está en la mente? ¡Sí, está en la mente, soy el amo y señor de mi nerviosismo! ¿verdad?





Oyó una pequeña risilla detrás de él. El príncipe le miraba enternecido.



Los colores subieron rápidamente a las mejillas de cierto pelinegro.





- Yunho-ah... – le llamó en apenas un susurro



- ¿Mmm...? – respondió con una sonrisa mientras besaba suavemente su hombro



- No hagas eso – le dijo entre risillas



- Te quiero – le confesó con un beso en la mejilla



- Y yo – respondió el otro entre suspiros.





Yunho lo apachurró aún más entre sus brazos.





- Quien lo diría el sexo lo soluciona todo... – soltó el futuro rey entre risillas





Recibió una patada baja.



Todo empezó con el cumpleaños 21 del príncipe Yunho. Un par de muchachos que cayeron presas de ese mítico amor a primera vista y como todos los cuentos de hadas relatan tuvo felicidad hasta el fin de sus días.






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 Gracias por leer tengo que terminar los demás en esta semana. JAJAJA (é---é)