Segundo especial.

lunes, 30 de abril de 2012

Hello! (a lo Bill Kaulitz) xD. Ya sé viene el nuevo CD y el comeback y...y *llora emocionada* Bueno aquí el segundo especial. Por ahora no es rosas y colores la personalidad de Youngwoong como vampiro de clase es jodida. Yunho la va a tener verdes xD. Ya se las apañará...créanme lo hará. Ya tengo el último especial escrito (morirán) peor no puedo subirlo lógicamente porque tengo que hacer los del medio primero xD. Comente bonito *O*











E special 2.





¿Alguna vez has sentido que tu vida no tiene sentido? ¿Qué sea la razón por la que naciste en este mundo bajo este cuerpo, bajo este contexto no ha debido estar definida ni para el mismísimo creador?



Yunho lo había sentido. Quizás muchas veces de las que habría querido.



Por esa razón. Cuando cruzó miradas con el ser de los ojos dorados, escuchó a una pequeña vocecita en su interior gritar...he ahí tu razón.



Las piernas se le doblaron. El cuerpo le tembló de arriba abajo. Y la pose defensiva se le fue al carajo. Aun cuando supo que muy probablemente aquella criatura le haría daño...él simplemente se entregó a sus brazos.



Youngwoong torció el gesto.



El aire lo asfixiaba. Su aire lo asfixiaba.



Las potentes corrientes de viento le atragantaban con su delicioso aroma y le hacían perder la paciencia. En cualquier otra ocasión no se la hubiera pensado dos veces para obedecer sus impulsos y devorar cada mililitro de sangre de aquel moreno. Pero Youngwoong nunca había sido tan simple.



Siempre buscaba el porqué de las cosas. Y el mejor beneficio de las mismas. Así que ahí estaba, con las fauces tan secas debido a la sed, con su presa prácticamente entregándose a sus brazos y él filosofando del porque del exquisito humor de aquel muchacho llamado Yunho.





“Dame una buena razón para no quitarte la vida,” le dijo entre siseos.





Cansado de deshacerse la cabeza pensando en razones que no vendrían solo porque sí.



Yunho no supo que responder, sus labios se abrieron un par de veces antes de dejar salir un, “¿por qué no...?”





Y las garras que tenían sostenido su cuerpo. Lo soltaron.



Un par de ojos amatistas le miraron con brillante curiosidad antes de torcer el gesto nuevamente y decirle, “es el más ridículo argumento que alguien jamás me ha vendido,” y las comisuras de sus labios se curvaron en una especie de sonrisa arrogante.





“Pues ridícula o no te ha convencido,” contestó el humano.





Yunho no era exactamente un sometido. Aunque debía admitir que le costaba errores hablarle de igual a igual, cuando por dentro estaba teniendo un conflicto existencial. El vampiro dio un par de pasos rápidos. Con una agilidad grácil que le transportó en un parpadeo a centímetros del cuerpo del humano.





“¿Yunho, verdad?” le preguntó con altanería. Alzando el dedo índice para hincarlo sobre el pecho del contrario como si preguntara por la identidad del cuerpo, mas no de la persona.





El moreno no supo exactamente de dónde sacó la voluntad para modular las palabras teniendo a la mismísima perfección tan cerca, “sí...”





“No te aconsejo que saques conclusiones tan pronto, soy bastante quisquilloso ¿sabes?” le sonrió.





Pronto un humo negro se abrió desde el piso, y Yunho se halló asimismo cayendo en picada al vacío. Intentó sostenerse de algo, más que dispuesto a pegar unos cuantos gritos al sentir toda la adrenalina prácticamente en su cuello. Cuando sintió los fuertes brazos de la criatura sostenerlo y guiarlo a través de la oscuridad.





“No te sientas como en casa,” la voz aterciopelada de su acompañante sonó mientras todo comenzaba a tomar forma nuevamente. Quería vomitar.



“Esto será más como tu infierno personal...así que debo recordarte que estando rodeado de fuego...no deberías pulular demasiado.”





Las arcadas le convulsionaron el cuerpo una tras otra. El vampiro se dio cuenta y entonces su voz asqueada sonó autoritaria, “entre mis capacidades no se incluye la limpieza, mi olfato tiene un rango sensitivo mucho más alto del que te imaginas así que tus fluidos no son bienvenidos aquí ¿entiendes? una sola gota y te rompo el cuello.”



Yunho no pudo escuchar o ver nada. Su cuerpo se desvaneció en el acto y antes que su cabeza diera de lleno contra el piso sintió el gélido tacto de la criatura evitarlo.





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Recuperó el conocimiento en la oscuridad de una habitación. Recostado en una superficie acolchonada, que quiso creer era una cama. Y cuando puso un pie en el rudimentario piso de manera.



Una voz conocida habló en su cabeza, “he salido a alimentarme...no intentaría escapar si fuera tú.”



Yunho se tumbó de nuevo. Pensando seriamente en sus posibilidades. Había visto con sus propios ojos lo que la criatura podía hacer. Había asesinado a todos sus compañeros en cuestión de minutos. Estaba claro que no tenía oportunidad alguna. Y por encima de eso, parecía haber un algo dentro de sí mismo que lo atraía. Yunho sintió una satisfacción profunda con esto último.





Ni siquiera me sé su nombre – se quejó en su mente.





Escuchó un bufido. Casi como una burla silente, como respuesta en mi cabeza.





“¿Pu-puedes leerme la mente?” preguntó en voz alta.



“Creo que ya había dejado en claro eso...”





El humano pegó un brinco. Por su cabeza desfilaron todas aquellas cosas que había pensado desde que se habían ¿conocido? horas atrás ¡esperen! ¿Cuánto tiempo exacto había estado inconsciente?





“Unas 12 horas humanas,” le informó la voz del vampiro.





Las mejillas de Yunho se tronaron rojizas.





“Esto es curioso,” habló Youngwoong de nuevo.





Yunho escuchó un grito femenino de fondo. Y trató de ignorarlo.





“¿Qué es lo curioso?” le preguntó aún hablando en voz alta



“Eres mi cena, me has visto asesinar a tus ¿camaradas? me he comido a un par de ellos, creo que tienes una perfecta idea de la clase monstro que soy y lo único en lo que piensas es en que ¿soy atractivo?”





Yunho permaneció callado concentrándose en pensar algo que no fuera a avergonzarlo incluso más. Desgraciadamente no funcionó.





“Youngwoong,” el vampiro le dijo luego de un rato.



“¿Qué?”



“Ese es mi nombre”





Se sentía bastante estúpido emocionarse sabiendo su nombre. Pero era algo que no podía evitar y la tanda de pensamientos afloraba de nuevo. E intentó hacerlos un lado mientras respondía, “Jung Yunho, mucho gusto”





El silencio se abrió paso de nuevo.





Una risa le nubló los sentidos, “¿es en serio?” la risa se continuó.





“No quiero darte razones para comerme es todo,” Yunho le dijo.



“Pues no vas por buen camino... ¡ah mierda!”



“¿Qué pasó?”





Pero esta vez no recibió respuesta. Yunho se dejó cobijar por las pieles después de esperar ansiosamente por alguna respuesta por 20 minutos. Y nuevamente se quedó dormido.





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Yunho se preguntó seriamente si cada despertar sería considerablemente peor que el anterior. La habitación estaba a oscuras de nuevo. Y ni siquiera hubiera notado a Youngwoong de no ser por los ojos dorados que brillaban como los de un búho y hasta iluminaban de cierta manera el recinto.





“¿Youngwoong?” lo llamó.





Recibió un gruñido en respuesta. ¡Dios! Hacía frío, mucho frío. Y aunque el moreno supuso que la criatura no debía poseer las mismas necesidades biológicas que él, no pudo evitar coger una de las pieles y caminar cautelosamente hacia él.





“¿Tienes frío?” le preguntó en un susurro cuando se halló a sí mismo a tan solo unos pasos del cuerpo del vampiro.



“Vuelve a dormir,” fue lo único que recibió en respuesta.





Pero el moreno lo ignoró. Tenía esa rara sensación de que algo no andaba precisamente bien. Y tratando de tragarse el miedo se arrodilló y arropó el cuerpo gélido de Youngwoong entre la piel.



Youngwoong sólo le observó en total silencio.



El aliento del humano le golpeó con suavidad el hombro mientras éste lo iba envolviendo con la piel. Y su aroma exquisito se le difundió por cada por.





Una sola mordida – pensó – solo una – pero sabía perfectamente que con una no le bastaría.



Sus puños se cerraron con fuerza. Mientras notaba como el moreno volvía a ponerse en pie, satisfecho.



Hasta que...





“Argh...” le oyó quejarse, “¿esto es...?”



“Sangre...” le cercioró el vampiro



“¿Tú sangre?” pregunto Yunho con miedo





Pero no recibió respuesta.





“¿Estás herido?”





No hubo respuesta, de nuevo. Y empezaba a cabrearse.





“Déjame ver, puedo ayudarte yo...sé como curar heridas,” le soltó al borde del pánico.





Y olvidando que a quién tenía enfrente era una potencial máquina asesina de su especie. Lo tomó del brazo en un intento por ponerlo en pie y conducirlo a algún sitio en el que se filtrara la luz y así poder examinar sus heridas ¿Dónde conseguiría vendas o un antiséptico?



Pero no hizo ninguno no lo otro. Porque en el momento en que le tomó del brazo fue Youngwoong más bien quien tiró de él y lo hizo caer sobre su regazo.





“Yunho,” le llamó con la voz un tanto hastiada, “soy un vampiro...me curo rápido ¿está bien?”





Los ojos dorados lo observaron de cerca.



Yunho sintió su pulso acelerarse.



Su músculos tensarse.



La sangre agolparse en sus mejillas.



Y tuvo que recurrir a todo el poder de sensatez que poseía para asentir con la cabeza mientras soltaba un débil, “está bien...”





Youngwoong no pudo reprimirse tampoco, se inclinó lo suficiente para besar muy suavemente el cuello albo del humano y dejar su húmeda lengua trazar un línea desde su clavícula hasta la base de su oreja.



Yunho se estremeció.



Dejó escapar un suspiro. Y de un momento a otro se sintió bajo el cuerpo de Youngwoong y sobre la cama improvisada ¿Cómo había llegado? Era algo que no pareció importarle...sobre todo porque sintió ese par de labios acariciando los suyos.










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Espero haya gustado. A mí huir.

  

The lie.

domingo, 29 de abril de 2012

Amo a Bill Kaulitz. Es todo lo que puedo decirles xD Y sí lean y traten de no asesinarme. Nada será lo que parece. Nunca lo es conmigo así que...xD. No desesperen.



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Narrado por Jaejoong.





Todos sabemos discernir entre lo bueno y lo malo. Nos lo han enseñado desde pequeños. Y son conceptos que en general los adquieres máximo a los 5, Disney ayuda bastante. Nunca imaginé que a mis 24 años de vida pudiera verme realizando actos que guardaran mi nombre en el segundo saco. La vida es impredecible supongo. Y aunque sé que nada justificaría lo que iba a hacer...no podía quedarme de brazos cruzados para ver la de los golpes que iban a caer sobre la delicada figura de mi pequeño.





“¿Hyung?” la voz asustada de Junsu me llamó.





Vestía el pijama blanco del hospital. Y ese gesto asustado con el que le habían realizado los exámenes toda la tarde. Tuve el impulso de abrazarle pero me detuve.





“Sr. Kim,” la voz del doctor habló a nuestras espaldas, “podría hablar con usted un momento.”





Y ahí estaba. La señal. Apreté los puños antes de responderle, “por supuesto.”





“¿Qué sucede?” me preguntó.



“Nada, tengo firmar un par de cosas de los gastos del hospital para mantener todo esto cubierto, ya sabes...”



“Está bien...” volvió a recostarse.





¡Dios mío! ¿Por qué no desconfiaba de mí? ¡Oh verdad! Me consideraba tsu mejor amigo...





“¡Junsu!” lo llamé en casi un grito.



“¿Sí Hyung?”



“Te quiero...lo sabes ¿verdad?”





Él suavizó la mirada mientras asentía con la cabeza. Y tuve que repetirme unas 300 veces más que lo que hacía era lo correcto.



Cerré la puerta una vez entre al consultorio del doctor. Y profundamente cohibido me dejé apoyar en esta.





“Con los exámenes más cercanas tenemos un rango más específico para la posible fecha concepción,” comenzó.



“¿Y?” pregunté con un hilo de voz.



“Un mes y medio...” respondió.





¡UN PUTO MES Y MEDIO!





“El bebe es de...” la voz me temblaba.



“Muy probablemente sea del señor Haruka,” el mundo se me cayó al piso.



“Entiende que esta información no debe filtrarse ¿verdad?”



“Sí...”



“Y entiende que la verdad que se publique en los resultados no será la misma.”





Apretaba los dientes entre cada palabra. Y me preguntaba si...él hubiera hecho lo mismo.





“Lo sé. Y no espero recibir ningún dinero a cambio esto lo hago por Junsu-shii vengo atendiéndolo desde pequeño. No se merece esto.”





Creía en sus palabras. Pero me acongojaba tener que engañarlo de esa manera. El doctor me entregó los “resultados” y me condujo de vuelta a la sala que ocupaba Junsu.





“Junsu,” le llamé acercándome a la camilla.





Él me miró adormilado.



“¿Sí hyung?”



“Me han dado el resultado de tus exámenes...”



Él suspiró. Le estiré el sobre y él lo cogió sin muchos ánimos.



“No quiero leerlo...” me dijo, “lo has leído ya ¿verdad?” asentí con la cabeza, él dejó caer su cabeza pesadamente sobre la camilla.



“¿Y bien?”



“Él bebe es de Yoochun,” solté.



Frunció los labios. Tensó sus músculos y vi claramente como sus pupilas empezaban a enrojecerse de a pocos.



“¿Jun...?”



“Está bien...” hipó mientras se llevaba las manos a la panza mínimamente abultada.



“¿Aún sigues queriendo...?”



“Ya hemos discutido eso,” me dijo con la voz rasposa, “yo-yo sólo quiero una abrazo.”





Me tiré sobre él antes de que el primer grito cortara el silencio. Y lloré también. Por estarlo engañando. Porque era una basura inmunda. Y no me merecía su cariño.



Lo sentí temblar y afianzarse a mi espalda. Mientras trataba de contener sus sollozos y su halito me golpeaba el pecho asustado.





“Te apoyaré,” le dije, “voy a estar acá, no llores...”





Me abrazó con incluso más fuerza.





“No le digas nada...” dijo ya más sereno luego de unos minutos.



“¿Qué?”



“Yoochun...no-no le digas nada,” me repitió.





Y sin decir más se quedó dormido.







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Aún recuerdo esa última vez que cruzamos palabras. La ira que sentía. Las ganas de romperle la cara a puño limpio ¡Necesitaba comprar unos cigarrillos! Tratar de calmarme y dejar de conducir en círculos. Me estacioné en una botica y compré pastillas para dormir.





“¿Por qué lo hiciste?”Le pregunté enrabietado.



“Jaejoong no lo entiendes.”



“¿Qué no entiendo qué? ¿Qué jugaste con los sentimientos de mi Junsu? ¡Me pediste que te ayudara con él, hijo de puta! ¡Los junté! ¡YO! ¡Hice que se enamorara de ti! ¿Para qué? ¿Para qué le hicieras esto?”



“No...no... yo ¡YO LO AMO!” gritó.



“¿Cómo demonios pretendes que te crea cuando has hecho lo que has hecho?” le dije repugnado, “explícame ¡algo! joder ¿Por qué de repente te comprometes? ¡NISIQUERA HAS SALIDO CON ELLA! ¿es que has estado engañándonos todo este tiempo?”





Él permaneció callado. Con los puños fuertemente apretados. Y la mandíbula contraída.





“Lo quiero...nunca voy a dejar de quererlo”



“¡Pues demuéstralo!” grité fuera de mi.



“Lo estoy haciendo...”



“¿Qué?”



Una lágrima se derramó por su mejilla.





“Lo estoy haciendo,” me repitió



“¿Haruka?”





La puerta se abrió y por ella entró uno de sus guardaespaldas.





“Señor el coche lo está esperando afuera,” le avisó.



“Adiós Jaejoong. Espero algún día puedas perdonarme,” me dijo sin poder mirarme a la cara.



“Espera sentado,” me arreglé el saco y lo dejó solo.





Diez días después rompió con Junsu. Y a los tres días anunció su compromiso ¡No! Junsu ya había sufrido lo suficiente por su causa. SI se enteraban que era hijo suyo el que estaba por venir. Se lo quitarían y eso era algo que no iba a permitir.







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“¿Sucedió algo?” me preguntó.



“¿Por qué has venido?”



“¡Porque me has llamado!” me respondió indignado.



“Son las 3 de la mañana...” le dije encendiendo un cigarro totalmente indiferente.



“¡Exacto! Son las puta de 3 de la mañana y me llamas para decirme que me necesitas y luego me preguntas ¿Por qué MIERDA HE VENIDO?” Yunho era siempre tan sencillo.



“Yo no dije mierda en ningún mo-”



“¡KIM JODIDAMENTE JAEJOONG!” gritó a punto de de agarrarme de la camisa y golpearme hasta que el enojo se le fuera.





Y yo simplemente sonreí.





“¿Qué mierda te pasa?” me preguntó ahora menos enervado y mucho más preocupado.



“Pasa,” le dije mientras caminaba por el pasillo hacia dentro de mi departamento y le dejaba la puerta abierta.





Caminé hacia la sala en oscuridad plena y escuché cuando cerró la puerta tras de sí. Y también cuando casi en un hilo de voz susurraba “con tu permiso...”





Yunho era siempre así de bobo. Y carajo cuando yo me encontraba sensible...sus mariconadas me resultaban encantadoras.



“¡Eh Jaejoong!” me llamó.





Yo me dejé caer en uno de los muebles aún con el cigarrillo entre mis manos. Yunho no era tonto, sabía que odiaba fumar dentro de casa. Siempre salía al balcón porque me desagradaba el olor que se quedaba dentro. Así que las pocas que me había visto hacerlo eran porque la estaba pasando realmente mal...



Necesitaba algo en mis labios y manos. Para no quebrarme y terminar diciendo lo que debería ocultar para siempre.





“Somos extraños ¿a que sí?” le dije medio en broma medio enserio.



“¿De qué hablas?” se dejó caer en el mueble frente al mío.





Le di otra calada más al cigarrillo.





“Eres mi ex. Se supone que no deberías recibir mis llamadas ni muchos menos mis pedidos. Y yo no debería tener si quiera tu número,” le dije.





Lo oí chasquear la lengua con molestia.





“Soy también tu jefe...” me dijo luego de un rato.



“Ya pero...” intenté contradecirle



“Jae...” me calló.



“¿Alguna vez te has arrepentido de algo?” le pregunté.



“Sólo de una cosa,” me respondió.





Sabía que me miraba.



Sabía que trataba de decirme.



Y sentí unas ganas indescriptibles de tirarme a sus brazos. De abrazarlo, besarlo, hacer todas esas cosa que he extrañado desde el día que cortamos pero... Sí siempre están los peros.





“No puedo dormir, tengo miedo ¿pue-puedes quedarte conmigo esta noche?”





Suspiró. Y sin decir nada más se recostó del todo en el mueble y se quedó dormido.







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Ok. Muy abstruso y algo enredado. Ya explicaré mejor que fue de la YJ más adelante. GRACIAS POR LEER <3



That not so patient vampire

viernes, 27 de abril de 2012

Ok, aquí empieza la verdadera historia. Les prometo así con estos cinco dedos de mi mano derecha. Que valdrá la pena. Será un Yj para recordar e-e! Dedicado a mi omma.

 P.D: A todas las hermosas bebes que siguen esta historia si tienen alguna sugerencia algo que quisieran que pase, una curiosidad o lo que sea siéntanse libres de decírmelo en sus comentarios o por fb. Que para eos lo creé. :D



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“Te dije que no lo repetiría dos veces, Siwon...voy a matarte y voy a tomarme mi tiempo,” sus zafiros dorados se desvanecieron en la oscuridad.





Y pude sentir claramente al vampiro a mis espaldas alertar cada uno de sus músculos. Pero Siwon no era estúpido. Y no tardó en resguardarme entre su la lujosa camisa. Mientras me ordenaba en un susurro mudo que guardara silencio.





Pude escuchar una pisada.



Pude percibir la suela de su zapato acercarse por la izquierda en la tranquilidad del cuarto.



Y el tal Siwon también lo hizo así que adquiriendo una nueva posición defensiva, le gruñó, “Si te acercas demasiado no podría garantizarte la seguridad de mi señor.” sus pasos gráciles nos condujeron hasta casi la ventana





“No te atreverías...” su voz había sonado esta vez mucho más cercana.





“¿Es que no lo has entendido ya?” la voz gruesa y suave hablaba a mis espaldas. “¿Crees que todo será tan sencillo? ¿Crees que el consejo no previó que algo como esto sucedería? No sé si tu estupidez se la contagiaste o viceversa. Eres el único que no podría convertir a este muchacho en vampiro. Eres el único que no puede despertar a Youngwoong.”





Mientras más hablaban más trataba yo de buscarle el sentido a la conversación.



Ineficientemente claro.





“Lo sé,” sus palabras sonaron tranquilas.



“Youngwoong me lo ha dicho...”



“¿De qué hablas?” preguntó.



“Sé que soy el único que no podrá convertirlo en vampiro, mi ponzoña es veneno para él...” una sonrisa nostálgica se dibujó en sus labios, “en realidad es veneno para todos ustedes...” la sonrisa desapareció.





Los ojos amenazantes recuperaron su puesto. Y antes de que siquiera alguno pudiera anticiparlo su figura apareció frente a nosotros.





“Me repugna la sola idea de siquiera clavarte mis colmillos pero no me has dejado otra alternativa,” le dijo.



“No vas a poder conmigo” le advirtió Siwon asiéndome de la cintura y poniéndome defensivamente al frente



“Tú y yo sabemos que no vas a hacerle daño,” se rió Yunho



“Pruébame,” recibió como respuesta.



“Lo he venido haciendo por años...”





Vi el puño de YunHo venir directamente hacia mí de un segundo a otro.



¡Mierda!



El cobarde de Siwon me usaba como escudo.





“¡Espera!” alcancé a gritarle del pánico, hundiendo mi mentón en mi pecho esperando el fuerte golpe.





Pero de algún modo fue a parar en toda la cara de Siwon.



Y el eco del golpe seco me estremeció los huesos.



Siwon no me soltó en ningún momento. Ni cuando su mandíbula retrocedió por el impacto. Ni cuando las fuertes garras de Yunho prácticamente le quebraron el codo en un intento por recuperarme. Tan sólo le enseñó los colmillos con rabio mientras gruñía del dolor.





“Y esto es solo el comienzo,” Yunho le dijo.





Siwon saltó dos pasos cautelosos atrás.





“Tienes razón,” le reiteró mientras me tomaba por el hombro con su brazo sano y ese humo negro nos consumía, “esto recién comienza.”





Mi centro de equilibrio se movió en diferentes direcciones contra las corrientes de un viento helado que empezó a atravesarme el cuerpo como espadas filudas. La luz volvía, primero abstrusa luego más brillante.



Y cuando al fin pude abrir los ojos, o al menos tratar de diferenciar las cosas a través de ellos, mis piernas aterrizaron al borde de lo que identifiqué como un acantilado.





“Tenemos unos cuantos minutos,” me dijo.





Yo inocentemente intenté correr.



Pero me inmovilizó las piernas fácilmente.



Y caí al piso.





“¿Qué demonios quieres de mí?” grité, “¿Qué demonios quieren todos de mí?”



“Lo que siempre se te ha pedido, mi señor. Que cumpla su destino.” Sus ojos amarillos me hincaron el pecho, “se abre ante usted la redención, el creador le ofrece una segunda oportunidad con tal que haga lo que debió hacer desde un principio...”



“¿Qué?”





La adrenalina me recorría la espalda mientras le veía acercarse.



“Destruya al vampiro...”



“¿De qué hablas? ¿Qué podría hacer yo contra...?”



“Todo...en ti se encierra la única cosa que él codicia y mientras eso continúe así el será incapaz de hacerte daño.”



“¿Por qué tendría que obedecerte?”



“Porque de lo contrario, la seguridad de tu doncella no estaría del todo asegurada.”



“¡No!” grité abalanzándome en vanos sobre la pálida criatura que tenía enfrente



“¿Entonces? Tenemos un trato. Haya la forma de deshacerte de él. Enamóralo de ti. Ya lo hiciste una vez. No va a costarte mucho una segunda. Y cuando le tengas comiendo de tus manos, entrégamelo,” dejó caer un anillo en mis manos.



“El día en que estés listo...solo tienes que besar la gema. Nosotros haremos el resto.”



“¿Nosotros?”





Una enorme cantidad de destellos dorados se abrieron paso en la oscuridad del bosque.





“¡Atrás!” Siwon gruñó como si pudiera leer sus pensamientos, “Hmp. Creo que controlar esto será más difícil de lo que creí. Debemos salir de aquí antes de que alguno de estos pierda la cabeza.”





Forcejeé. Siwon deslizó el anillo por mi dedo anular. Y la pieza se afianzó a mi carne. Y la gema transparente se tornó de color escarlata de mi sangre.





“Ahora has hecho la promesa legítima...” me dijo él, “si la incumples tu doncella morirá.”





El cuerpo me tembló de arriba abajo.





“¿Él-él puede leerme la mente?” mentí.



“Yo también...y sé que eso no es verdad,” se rió desdeñosamente.



“Pero por encima de todo...Yunho no es estúpido. Es una creación tuya después de todo.”





Chasqueó los dedos.



Y la dulce figura de Eun Woo se levantó de las tinieblas. Su pálida y suave piel brillo a la luz de la luna. Y casi pude dibujar el rastro de sus lágrimas en la inconsciencia.





“Me la tomo prestada, ven tras de ella, utiliza esto de excusa para volverse más cercanos...haz todo eso y la tendrás a tu lado aún cuando hayas vuelto a ocupar tus aposentos reales,” el par de amatistas me miraban con auténtica diversión.





Al parecer le hacía mucha gracia todo esto.



“Entonces,” chasqueó los dedos otra vez y mi dulce Eun Woo despareció de mi vista, “aquí bien él... ¿debo confiar en tus habilidades?”





El claro sonido de un delgado objeto cortando el viento. Se acercaba rápidamente. La melena morena se expelía en dirección al viento.





“¡Yunho!” le llamé.





Siwon me tomó de la cintura. Apartándome, “Joder has demorado menos de lo que me suponía, admiro tu perseverancia.”



“Y una mierda...” su voz no sonaba para nada contenta.



“Jajajajaja,” se carcajeó Siwon, “me encantaría quedarme para la velada pero creo que se me han adelantado.”



Yunho elevó la mirada y se vio rodeado de todos esos pares de ojos amarillos. Habrían unos miles.



El sonido del chasquear de los dedos de Siwon se oyó cuando este terminó de desaparecer en las tinieblas. Y los brazos de Yunho me tiraron del estómago. Me cargaron en hombros y me arrastraron a una velocidad increíble lejos de ellos.



Sentí las llamas negras empezar a formarse a nuestros costados y mi cuerpo volverse blando de a pocos y le grité, “¡No!”



“Nos matarán,” fue todo lo que él me dijo.



Negándose a darme más explicaciones e introduciéndome en esa especie de transbordador.



Pero me solté de una patada. Yunho me observó iracundo. A punto de tomarme del cuello de mi cabeza y obligarme a obedecer sus órdenes, pero me llené de coraje y mierda y le grité, “¡la tienen! ¡Tienen a Eun woo! ¡Ayúdame!”





Las flamas oscuras se apagaron. Y el par de ojos amarillos que tenía enfrente mío. Sólo volvieron a cargarme en hombros para introducirnos en los bosques nuevamente.




Hasta el siguiente