Good Bye

sábado, 30 de abril de 2011

N/A: Completamente desde el punto de vista de Chun.


TITLE: I’m sorry I love u
CHAPTER: Thirteen
PAIRING: Yoosu, YunJae, JaeChun
RATING: PG-15
WARNINGS: Fight, Angst, Incest, Shonen-ai
DISCLAIMER: No lucro


YOOCHUN

Y la confusión me podía.

Y mi amor me consumía.
Derramaba lágrimas sobre mis mejillas.

Me recordaba...el verdadero significado de un te amo.


De los nuestros.

Y pronto parecía escuchar esos susurros amargos hablarme a través de un parlante...pedirme ser feliz.


La felicidad que sólo encontraría a tu lado...


Y entendía, al fin entendía que no era más que un egoísta...un maldito cobarde.
Porque no era capaz de luchar por lo que quería.
Y entonces…
Mis pasos iban a por ti.

Recorrían un pasillo con los pantalones mal puestos sin importarles que pudieran mandarme al piso.


Sólo fijos en ti…


Y mis brazos atrapaban tu cuerpo junto al mío, tan desesperados.
…mi corazón volvía a latir.


A vivir…

¿Sentías lo mismo mi pequeño?

Ese mar de sentimientos arremolinarse en torno a nuestras almas.

Gritar nuestros nombres…

Llamarse a tientas en la oscuridad...esta que ahora lucía demasiado desesperanzadora.

Porque no volteabas, no hablabas...no hacías nada y mis nervios superaban con creces mi templanza. Desde siempre había sido así en cuanto a ti se trataba…


Tan impulsivo.

Tan diferente a mí…o lo que siempre creí ser.



Mis brazos se afianzaban un poco más a tu espalda, tratando de darse valor en la espera de alguna reacción tuya.

Buena o mala...
Una que mi dijera que eras realmente tú a quien retenía sobre el umbral, que aún no te habías ido...que podía...que podía recuperarte.


Que aún podía...


- ¡Suéltame! – me gritaste antes de aventarme contra lo que fuera el duro objeto que “amortiguó” mi caída


Oh sí, la mesilla de junto.


- Mierda – me quejé lo más bajo que pude mientras me incorporaba, no te había visto venir.

- Joder – mascullaste con el tono de voz roto, te viraste y supe que no guardar-as silencio – ¡¿Por quC?! ¿Es que no puedes dejar de romperme en pedazos, ah? ¿Tan poco...? ¿TAN POCO TE IMPORTO? b preguntaste dolido


Tus ojos furiosos me enfrentaban con dureza, tanto así que era incapaz de mantenerte la mirada siquiera. Tu boca se entreabría con impotencia, tus manos viajaban hacia tu frente presionándola en un intento por calmarte.


Sin mucho éxito al parecer...


Tus piernas te conducían de un lado a otro cual león enjaulado tratando de hallar el conjunto de palabras adecuadas para mandarme a la mierda...

Para darme alguna otra merecida estocada.


- ¡¿Cómo debería tomarme esto ah?! ¡Sabes lo que siento! ¡Lo sabes YooChun! ¿Cómo...? ¿Cómo has...? – tu puño se estampó en mi hombro, reprimí otro quejido, tus lágrimas se resbalaban por tus mejillas y me herían como no tenías idea.


¿Querías decirlo verdad? Ese “te odio” que quemaba tus entrañas... Tus lágrimas resentidas me lo decían, tus puños arrugando mi camisa.

Mis ojos se enrojecían de solo pensarlo.

De poder creerlo cierto.


- ¿Crees que yo he elegido esto? ¿Crees que no he tratado de dejarlo? ¡RESPÓNDEME! – Exigiste ya fuera de ti sin importarte retener ese llanto que agitaba tu respiración y quebraba tus palabras.


Llorabas impotente...
De no saber que más decir para hacerme entender.
Que esta vez había ido muy lejos…
Que no sabías si podrías perdonarme…
Si querías siquiera hacerlo.


No después de todo lo que habías visto.


No después de lo que podías haber escuchado.


¿Y cómo podía yo recriminarte algo?

Las palabras se tornaban mudas gotas sobre mis mejillas…


- ¡Eres mi hermano por el amor de Dios! – volviste a gritar temblando



Mostrándome un Junsu tan cansado y roto...

Que no pude soportar ver un segundo más...y al que por la misma razón apresé entre mis brazos.

En un intento desesperado por ahogar ese dolor que nos destruía a ambos, por transmitirte esas dos verdades que quemaban mi pecho.

Ese que golpeabas cada vez menos tratando de huir de tus propios sentimientos. Porqué empezabas a querer dejar de sentirlos y te era imposible hacerlo.


Pero ¿Por cuánto tiempo más...?

Mis lágrimas cayeron.


- ¿YooChun...ah? – una tercera voz me llamó desde el pasillo


Me soltaste.

Todo empezaba a volverse abstruso. Tan doloroso.

Mientras la veía aparecer por la sala con el rostro desencajado, incapaz de dar crédito a todo lo que había escuchado en los últimos minutos.

Mientras te veía abandonarte un poco más con cada paso que ella daba cubriendo su desnudez con mis sábanas pues sabías perfectamente lo que ello significaba.

Porque de seguro las imágenes asaltaban tu mente. Y yo ya no sabía qué hacer...

Pues aunque no dijeras nada, entendía eso que callabas. Y no lo soportaba.

No podía...yo no...

Quería que pararas, necesitaba que pararas, que dejaras de mirar el denigrante detalle y de estrujarme el corazón de esa manera...porque realmente...yo no podía soportarlo.

El primer hipido cortó el silencio.


Avivó la culpa.


- Vete... – gruñí aún de espaldas a ella con esa voz fría que impelía mi furibundo aliento contra mis dientes

- ¿Ustedes...? – tartamudeó sin intenciones de retirarse, ignorando mis palabras...mi exaltado humor

- Lárgate... – volví a mascullar volteándome al fin

- ¿Él...él es tu...tu hermano? – preguntó incrédula acercándose un paso



Grave error...


- ¡Qué te largues he dicho! – grité exasperado, enterrando la punta de mi pie en el mueble más próximo ocasionando su grito aterrado y mis crecientes ganas de sacarla de tu campo visual a la fuerza si era necesario.


Pareció que mi mirada furibunda la convenció mucho más que mis palabras ya que se introdujo casi a zancadas por el pasillo hasta mi habitación.

No me atreví a verte en todos esos segundos oyendo sus tacones correr de un lado a otro recogiendo sus pertenencias.

Por temor a lo que pudiera encontrarme.

Porque me hacía una perfecta idea de lo que podía encontrar y tu extraño silencio no me facilitaba las cosas.

No pasaron más de cinco de minutos cuando volvió a aparecer con su cartera al hombro y ese gesto altivo de “puta adinerada” resaltar a través de su vestimenta de diseñador.

Tiempo atrás había tildado de “hijos de puta” a todos aquellos que se atrevían a levantarle la mano a una mujer. Pero ciertamente, si se atrevía a respirar más oxígeno del debido frente a ti...no respondería por mis actos.


Ella se detuvo cuando llegó a la puerta, me adelanté un paso con cautela. Con la mano aún sobre el picaporte totalmente inmute, ella abrió la boca como queriendo decir algo pero se calló al instante, nos dio una última mirada y desapareció tras la puerta...


El silenció nos invadió.

La casa parecía aún más oscura ahora que tus hipidos eran lo único que mis oídos escuchaban.

Intenté acercarme.


- No – susurraste alejándote un paso

- No vengas...

- No te acerques YooChun...


Situándote bajo el halo de luz de alguno de los postes que entraba por la ventana, ese que trazaba una diagonal directa hacia tu rostro.

Y me permitía verte.

A ti...a tus ojos.

A tu ceño fruncido



Y tu abandono...


Porque todo esto empezaba a carecerte de sentido.

Porque estabas muy cansado para continuar llorando...para seguir intentando.


- ¿Para qué has venido YooChun? – me preguntaste en un susurro rendido, secándote las lágrimas con las palmas...


Mirándome a los ojos, como esperando una respuesta con tintes de despedida, una que pudiera hacerte caminar hacia tus maletas y salir por esa puerta.

Y aquello dolió mucho más que tus golpes...o tus palabras...


Me dejó cabreado...


Contigo.

Conmigo.

Con el mundo entero.

Porque te cruzó mi camino sin preocuparse por las consecuencias. Sin pensar que tus sonrisas las pesaría en una balanza muy diferente a la que formalmente debía…tus abrazos, tu amor.

Que iba a enamorarme.

La primera vez en mi vida
de ti…



- ¿Es que no lo sabes ya? – mi palabras se deslizaron más amargas de lo que sonaron en mi mente, fui incapaz de detenerlas, aún cuando sabía que tenía nulo derecho para dejarlas salir.

- ¡Es que…! ¡¿Es que no lo sabes ya?! – grité fuera de mí


Hipaste. Bajaste la mirada cubriendo tu boca y nariz con una de tus manos.


Mírame…


- Junsu – te llamé en un susurro


Negaste con la cabeza fuertemente y tapaste tus oidos.


- Junsu… - te llamé de nuevo sintiéndo que me quebraba.

- ¿A que viene todo esto ah? – preguntaste desesperado – no…no quiero escucharlo.


Caminaste hacia donde estaba tu maleta y la alzaste con ambos brazos.


Mírame…


- Te amo – te dije, dejaste la maleta caer nuevamente al suelo…


Tus lágrimas cayeron en silencio.


- ¿Porqué…porqué…tú? – preguntase entre tartamudeos.


Mis pasos acortaron la distancia.

Mi mano derecha se apoderó de tu mentón y te obligó a unir nuestras miradas.


- Porque te amo…te amo ¿escuchas? Me he enamorado de ti – desviaste la mirada apretando los labios.

- ¿Cuál es el punto de decirlo ahora? – susurraste separándote de a pocos – te dije que no…que no quería escucharlo.


No me mirabas.

No me… ¿No me amabas?

Te solté.


- Quería que lo supieras – susurré, el pecho me ardía – quería que…yo - agonizaba - si aún quieres irte...pu-puedes hacerlo...no volveré a detenerte si es lo que temes – musité con el rostro cubierto con ese gesto crudo que solía usar cuando me encerraba en mí mismo cuando en realidad estaba aguantando las lágrimas con todas mis fuerzas.


Agregando escozor a la herida, proseguC a darte la espalda

Mis pasos se arrastraban uno tras otro en dirección a lo que antes fuera mi burda muralla.

Avanzando a zancadas hacia ese pasillo que siempre ha escuchado mis mentiras y ha visto mi dolor en primera fila.

Gritando hacia mis adentros que volviera.

¡Que debía volver!

Que tus palabras dolidas no eran sentidas. Que tu amor por mí…aún seguía ahí.

- ¡Te odio! – mis pasos se detuvieron por completo y en ese silencio tenso pude escuchar esos hipidos con los que luchabas por contener el llanto


...ese puñado de lágrimas que se impregnaban como dagas en mi cuerpo


- ¿Qué? – el dolor mutaba, se apoderaba de mis inseguridades y entonces...

- Te odio - siseaste con la ira convulsionando tu cuerpo.


El enojo me sacudió el cuerpo como cada que la desesperación terminaba por consumirme.

¡PARA! ¡PARA! ¡PARA! Te lo suplico...

.- ¡TE ODIO PARK YOOCHUN! – espetaste nuevamente


No pude detenerme.


Mi puño terminó en el hueco entre tu hombro y cuello en un intento por acallar esas palabras.

Pues se repetían...

Se introducían por mis oídos y me dañaban y herían mucho más allá de lo meramente descrito.


- Mentiroso de mierda....


Tu respiración agitada golpeaba mi hombro derecho y embruteció mis sentidos.

Despertó mi deseo y no hice mucho esfuerzo por resisitirme a ello.


Te besé...


E hiciste algo que quizCs ni tú mismo fuiste capaz de creer en su momento…correspondiste mis besos.

Tan desesperado por obtener más de la caricia que aún siendo producto de nuestros temores...nos supo a amor.

Mis labios apresaron los tuyos con desidia. Mis manos rodearon tu espalda y te apretaron a mí colmados de ansiedad y miedo. Por hallar la maldita forma de borrar todo rastro del resentimiento que aún pudieras guardarme...porque ambos sabíamos que no podías odiarme…tu manera de corresponder a mis besos me lo decían, te aferrabas a mí como si tu vida dependiera de ello.

Cuando era en realidad yo quien dependía de ti, mi pequeño. ¿Cómo podría hacerte entender? Que me traías boca abajo, cuidadoso de los valores morales que toda la vida me han importado mierda. La respuesta no la obtendría ahora, no cuando la mar de sentimientos reventando en mi pecho sólo centraban mi presente en devorar tus labios.


¿Podrías leerlo en mi mirada? ¿En mi suave tacto?


Que eras más que valioso que cualquier joya para mí.
 

Que mi alma lloraba de solo saber que te tenía al fin en sus brazos…

Que te necesitaba como nunca a nadie en mi vida, mi Junsu…ah


Mi pequeño...mi hermano.

Tus brazos me apresaron con fuerza de mi espalda. 

Y ya nada me importó, si al principio mis besos fueron producto de la ira y mis caricias bruscas, todo quedó atrás. Nuestros labios se encontraron una y otra vez, inmersos en una danza perfecta, calzaron el uno sobre el otro tan bien que parecía que hubieran sido separados un día a la espera de encontrarse nuevamente.

De tenerse para sí...

Y ¡Oh Dios! El día había llegado.


Y te tenía...te tenía.

Si tuvimos que separarnos fue por la falta de oxígeno, los segundos exactos para recuperar el aire necesario y volver a unirnos. Y es que lo que menos queríamos hacer era parar con lo que habíamos empezado, nuestras lenguas se encontraban ansiosas, clamándose la una a la otra por sentirse.

Iniciando una guerra húmeda.

A través del conjunto de caricias que aún se negaban a darse, por burdo pudor o porque quizás en algún rincón de nuestras almas, ese que luchabamos arduamente por inhibir, sabíamos perfectamente que no hacíamos lo correcto...

Pero el calor aumentaba...

Y nuestros cuerpos empezaban a implorar en silencio algo más que un simple beso...

Hasta que eventualemente mis manos comenzaron a explorar tu anatomía...

En caricias algo tímidas e impuras...

Pero que eran más deseadas que cualquiera que hayamos entregado antes...

Mis besos fueron descendiendo por tu cuello, recibiendo tímidos jadeos por tu parte... te gustaba, y eso sólo me hacía querer continuar, mis manos se colaban bajo tu camisa y tú no ponías resistencia alguna.

Rodeaste mi cuello acercándome más a tu cuerpo, tu respiración agitada y caliente desembocaba en mi hombro…empezaste a moverte inconscientemente haciendo que nuestros miembros ya despiertos se tocaran...

Gemí fuerte y ronco como nunca antes recordé haberlo hecho.

Y tuve que apoyarme sobre la pared para detenerme a mí mismo. Para obligarme a pensar en algo que no fuera el dolor punzante allá abajo y las ganas de penetrarte que me llevaban consigo.
Porque mientras te amaba con cada parte de mi cuerpo quise estar seguro de que tu sentías lo mismo.

Te apoyaste sobre mi hombro jadeando al darte cuenta que me había detenido, y profundamente sonrojado buscaste mi mirada.


- Te amo… - te dije de nuevo sin saber cuanto más podría aguantar sin hacer algo con mi cuerpo teniendote a escazos centímetros.

- Te amo Junsu…yo...realmente lo hago – te susurré sintiendo que mis caderas luchaban por ondearse contra las tuyas por encima de mi raciocinio.


Pero...no debía. No antes de saber que era esto lo que realmente querías.
Que no era el producto de tus miedos…que lo hacías, que lo hacíamos por amor.


- Junsu... – te llamé con miedo al no recibir respuesta


No me sentía preparado para un rechazo.

Pero lo entendería.
Yo...

Un roce más fue suficiente para hacerme perder la poca, casi nula, cordura que aún conservaba.

Te alce e instantáneamente me rodeaste con tus piernas.

Nos miramos.


- Te amo – me dijiste entre jadeos antes de empezar a friccionarte nuevamente - Yoochun...te...amo.

-Mmmm…


Llegamos a tu habitación entre besos y caricias.


La ropa abandonó nuestros cuerpos...

Las caricias osadas exploraron tierra virgen...

Los besos húmedos marcaron esto y aquello como suyo...

Nuestros cuerpos desnudos se amaron sobre las sábanas de seda de tu cama...

Y los gemidos intensos llenaron las paredes de tu habitación sin el mínimo reparo de expresar el pecado...


- yoochun - susurraste mi nombre con voz cargada de deseo, tus ojos se encontraron con los míos.



Y temblé de arriba abajo.

Querías que te dijera algo en consuelo. Pero no podía. Me sentía como un virgen bajo tus brazos, totalmente inseguro de mi accionar y solo pude unir nuestras frentes y susurrarte un "te amo".

Era tu primera vez.

No necesitaba preguntartelo.

Y me moría de miedo. Besé tu hombro. Y poco  a poco me deslicé por tu vientre procurando recorrer cada curva de tu suave abdomen con mi lengua. Hasta que eventualmente llegué a ese punto de tu antomía ya despierta.

Te retorciste al sentirme.

Siseaste algo parecido a mi nombre cuando te engullí por completo, y elevaste tus caderas del todo entregado a las sensaciones que de seguro empezaban a recorrerte desde la carne que tenía entre mis labios.

Y tus gemidos sonaban tan sensuales a mis oídos que sólo me hicieron desearte más, imaginarme hundiendome en tu delicioso cuerpo, marcando tu cuerpo como mío aunque con eso nos condenara al mismo infierno. Y tuve que sobarme con las sábanas para aliviar mi erección.

Te oí gritar mi nombre. Y sentí tus temblorosas y sudadas manos intentar alcanzarme a tientas asi que tuve que reemplazar mi boca por mis manos para ascender a tus labios y besarlos.

Suspiraste contra mi oído e hincaste tus uñas en mi espalda.


- Me...me vengo - me dijiste avergonzado al máximo, escondiendo tu rostro en mi pecho y yo casi lloré de algarabía al saber que estabamos disfrutandolo

- Esta bien...no te...no te inhibas - te susurré, aumentando el ritmo de mis caricias


Pero tus manos se apoyaron calientes sobre mi pecho. Y alzaste el rostro.


- Quie...quiero...quiero tenerte, quiero que - me decías y aunque conocCas las palabras tratabas inutilmente de buscarles algun sinonimo que sonara mucho mejor en voz alta.


Y quise reírme y morir de ternura.

Quise decirte que eras mi todo y que si hallara la forma de fusionarme con tu carne no me la pensaría dos veces.

Pero todo perdio forma y sentido cuando senti tus manos allá abajo.

Inexpertas.

Temblorosas.

Tocando mi sexo de la forma en la que nadie jamás habría podido.

Y aunque habías ascendido y descendido apenas un par de veces, me sentí al borde del orgasmo.

Hiciste el ademán de querer agacharte pero descubrí tus intenciones a tiempo.

Y te besé. Te besé con tanta pasión que sentí me volvería gas puro bajo tu tacto e incluso se me saltaron un par de lágrimas mientras te sentía gemir entre mis labios. Y una de mis manos siguió la curva de tu espalda hasta tu trasero.

Entonces suspiraste.


- yo... - te dije - esto...esto va a, si sientes que te hago daño entonces tienes que...promete que vas a decirme...yo...quizás todo esto sea muy pronto y...

Me sonreíste.

Y ese par de ojos marrones tan tuyos brillaron juguetones como esa primera noche que los vi. Y me sentí la bruja arpía de los cuentas de hadas.

Introduje uno de mis dedos en tu pasaje, y tu cálida carne me recibió temerosa. Te sentí tensarte, tiraste la cabeza atrás y el ceño fruncido que se dibujaba en tu rostro poco a poco se fue suavizando hasta que los primeros gemidos abandonaron tus labios.... poco a poco tu entrada me daba más espacio, el suficiente para que tres de mis dedos entraran y salieran con facilidad y en tus gemidos sólo se escuchara el placer... me perfilé entre tus piernas y te avergonzaste al sentir mi mirada en tu intimidad.


Besé la base de tu miembro aún manipulando tu cuerpo.

Antes de volver a incorporarme y al fin disponerme a reemplazar mis dedos con mi sexo. Intestate relajarte, alzaste un poco más tus caderas cuando sentiste la punta de mi hombría sobre tu entrada.


- ¿estás seguro de esto? - te pregunté en un susurro casi mudo.


La boca se me hacía agua de solo imaginar lo bien que te sentirías.

Asentiste con la cabeza desde tu posición.


- Confío en ti.


No necesité más suavemente me hinqué sobre tu cuerpo para besarte mientras comenzaba a introducirme dentro de ti y te susurraba palabras dulces.
Te retociste.

Un quejido se te escapó.

Y los demás que querían salir trataste de inhibirlos a toda costa.

Mis manos bajaron por los costados de tu cuerpo y masajearon tu miembro para hacerte olvidar el dolor que te estaba provocando... me detuve cuando llegué al fondo, evitando moverme, aunque mi cuerpo me pidiera a gritos que lo hiciera.

No tenías idea de cuanto me costaba.


- ¿Junsu?


No me respondiste, tu respiración era pesada. Te mordías los labios para evitar decir nada.

- Junsu -volví a llamarte

- Sólo un segundo - me respondiste al fin

- Podemos pa-

- No...solo dame un segundo, se siente bien...

- Se sentirá mejor - te dije besando suavemente tus labios.

- Ve despacio - me dijiste - hazme tuyo...


Me impulsé hacia atrás despacio y me deslizé hacia adelnate rápido. Te sentí moverte también, alzar un poco tus caderas para acrecentar el placer de las embestidas y hacer así que tu entrada incluso se sintiera más estrecha.
Jadeé.

Y el proceso se había repetido tan solo unas cinco veces.

Tu cuerpo era delicioso.

Y tu alma tan pura.


- Yoo-yoochun t-te quiero...más yo...- gemiste y ahí fue donde mi fuerza de voluntad colapso, hice que enredaras tus piernas a mi cintura y luego te tomé de las caderas impulsándome dentro de ti con esa fuerza que deseaba desde el principio - mmmh...ahh...


Fue como una danza de cuerpos perfecta...

Como dos almas volviéndose una...

Nuestros jadeos de placer formaban la mejor de las sinfonías...

Una que recordaría para toda mi vida.

Porque mucho más allá de la carne, era el amor.

La pasión y todo aquello que experimentaba que se amplificaba por tan solo el hecho de saber que eras tu quien me los brindaba.


- Chun...ahh Yoochun te quiero...te quiero...te quiero- gritaste cuando llegué a lo más profundo de ti y alcancé ese punto por demás sensible que te hizo retorcerte bajo mi cuerpo y me llevó a la gloria al sentir tus paredes apresarme de esa manera...

Yo gruñia.

Trataba de aguantar esas olas que venían queriando llevarme consigo desde hace rato.

Teníamos que venirnos juntos.

Pero estabas dándome bastante pelea.

Mis uñas se incrustaron en el colchón.

Tu cama iba a romperse en cualquier momento.

Estaba siendo rudo.

Pero es que tu cuerpo me tragaba por sí mismo. Y la cordura había sido absrovida hace mucho.

De un segundo a otro emepzaste a jadear más rápido.

Arqueaste las espalda y tus manos intentaron sostenerse de las sábanas como pudieran.

Y escuché tus siguientes palabras como casi un evangelio de los cielos, "me vengo..."

Tus palabras al parecer depertaron fuerzas dentro de mí porque mis embestidas se volvieron más intensas, alcanzaron un ritmo delirante y no pasó mucho para que tu semen golpeara mi vientre justo segundos antes de que el mío se disparara en tu interior.

Nuestros labios modularon como pudieron el nombre del otro, entre jadeos y murmullos incomprensibles.

Mi cuerpo cansado cayó sobre el tuyo.

Y en la oscuridad de tu cuarto, buscaste mis labios.

Me besaste despacio, pegando apenas tus músculos suaves sobre los míos.  Con la expresión extaciada y ese par de cafés que me decian todo eso que callabas.


- Te amo - te susurré sin saber porque mis palabras sonaban a un "debes recordarlo"


A un adiós...



Me abrazaste despacio.

Te escuché hipar contra mi pecho.

Tu lágrimas se deslizaron por mi piel desnuda haciéndome temblar.


- Te amo Chun...te amo - me susurraste acariciando mis mejillas induciendome el cálido sueño.


Y no quise dormirme mi pequeño.

No quise que volvieras a besarme así o que me miraras con nostalgia.

Porque sabía quizás muy en el fondo, aunque tratara de negarlo, que te irías y no quería dejarte ir.

No podía dejarte ir.

Me rompía.

Nos rompía.


Yo...



...me quedé dormido...



 


<<Anterior                   I'm Sorry I love u                      Siguiente>>


Diferente

martes, 26 de abril de 2011

Tal vez fuera el alcohol...

Quizás...y solo quizás sus efectos empezaban a nublarle el juicio y como resultado ese pelinegro a su costado lucía tan diferente.


Porque realmente no encontraba otra manera de definirlo. Es decir ¡Demonios! Él no recordaba que su piel brillara tanto.

Que su respiración ligeramente agitada pudiera afectarle tanto...

Que sus labios le atrajeran de esa manera.


“¿Oh sí?”

¡Por supuesto que no!
...¿Cierto?


La cuestión le agarró por sorpresa, casi tanto como esos brazos que ahora le rodeaban torpemente, como cada vez que la bebida acababa por invadir a su amigo del todo... Y entonces ese torso perfecto tentaba el suyo y de pronto parecía no haber algodón de por medio.

“Mierda...” masculló.

Y prosiguió a mandar mucho al diablo a cuanta persona pudo recordar en ese ofuscado instante en el que sintió la mano contraria palmar “inocentemente” su muslo en esa caricia nada ajena a ellos...la misma que acababa de hacerle botar abruptamente el último trago de licor que se había llevado a los labios.

¡¿Es que intentaba hacerle perder la razón?!

Es Jae...JaeJoong...mi Kim JaeJoong – le suplicó a su libido o lo que estuviera dentro de él y que fuera responsable de sus pensamientos impuros

Pero nada.

El calor continuaba aumentando...

Las ganas…

Pues sí, llegado a ese punto Jung YunHo empezaba aceptarlo.

¿Es que su “hyung” no se daba cuenta de la clase de mirada que le estaba dando?

Oh, claro que no…Jae estaba más preocupado en ponerle las manos encima tanto como le fuera posible. La diferencia era la siguiente…todos conocían el complejo de “oso prosti” que le agarraba al mayor cuando cruzaba el límite ¿Pero él?

¡¿Qué había de él?!

¿Desde cuándo el alcohol le hacía desear a su mejor amigo?

Tragó saliva sin saber que responder.

No se atrevía siquiera a pensar en cómo podría mirarle a la cara por la mañana...cuando esa sensación enervante se hubiera ido...y dejase culpa en su reemplazo.

La decepción totalmente clara sobre ese par de ojos oscuros.

Estaba escapando de sus manos ¡Y se suponía que él era el sensato!

Se preguntó que carajos estaba pensando cuando aceptó “continuarla” en el departamento del mayor.


“Ok, tenemos que hacer algo” Se dijo y le dijo a cierta cosita que empezaba inquietarse allá abajo.


Y cómo no si tenía a JaeJoong casi sobre él hablándole a centímetros de distancia. Y su aliento rozaba caliente contra su cuello ¿Acaso era él o es que de pronto el livin era un auténtico sauna?


“Yunnie...ah” Le escuchó llamarle, en un susurro gatuno que le hizo mandar a la mierda todo por una milésima de segundo


“¡Haz algo pervertido!“ Se dijo escandalizado


Sus manos se escurrieron por el torso del mayor intentando separarle un poco, pero sus dedos en vez de ejercer presión sobre el pecho contrario acariciaron esas partes abultaditas resaltantes aún por sobre la musculosa.


“Ok...no me refería a eso joder...haz algo con tus...con tus..!Ahhh! ¡Suéltale!”

¿Por qué demonios ese pelinegro tenía que gemir de esa manera?

¿Que no veía que ya sufría lo suficiente?

En un descuido, JaeJoong le sujetó ambas manos y las llevó a sus caderas. Por alguna razón que ahora el boquiabierto y sediento moreno no podía dilucidar sus manos se mantuvieron ahí como pegadas con Trix a los desabotonados jeans del contrario.

Jae logró sentarse a horcajadas sobre las piernas de su sonrojado amigo.

¡Dios! ¿Es que acaso su amigo terminaba de esa forma con todo aquel que le acompañaba?  

No podía creer que su JaeJoong...ah fuera capaz de tanto.

Por su cabeza deslizaron todas aquellas veces que se negó a acompañarlos aduciendo que estaba cansado (porque él sí sabía cuando detenerse, o lo sabía hasta hace unos cuantos minutos), todas aquellas veces en las que él se iba con YooChun o con el pequeño Minnie.

¿Es que acaso...?

La sangre le hirvió de repente.

La cantidad de adjetivos calificativos que pasaron por su cabeza rebalsaron con creces los dedos de sus manos y pies contando tanto derechos como izquierdos.

Sus manos tomaron bruscamente esas mejillas para mirarle fijamente a los ojos, esos ojos felinos ahora opacados por el deseo...le miraban a él.

Un sentimiento de posesión le recorrió cada célula del cuerpo.

 Y cuando menos fue consciente de sus actos, ya se hallaba sobre JaeJoong besándole tan salvajemente que hasta él mismo sintió la falta de aire.


“Yunnie...ah” Le escuchó llamarle roncamente entre jadeos


Y él sabía, que como continuara memorizando cada rincón de esa cavidad cereza...entonces...la razón le valdría una mierda. ¡Oh vaya que lo sabía!

Y sin embargo...
Sin embargo.


Lo tomó entre sus brazos y a tropezones se lo llevó a su habitación.



-------------------------------------------



Esa mañana como si Dios intentara castigarle por sus actos, el sol le pegó con fuerza en la cara.

Y si hay algo peor que estar resaqueado es tener que levantarse temprano.

Vale, era de esperarse que con lo ocupados que habían estado la noche pasada se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia de las persianas.

Refunfuñó hundiendo su cabeza en la almohada.

Se tumbó de costado y se le quedó mirando.

Los recuerdos se agolparon en su mente ya despierta, un sonrojo tiñó sus mejillas.

El mayor descansaba como un ángel a su lado. Sus ojos recorrieron cada diminuto detalle de su rostro. Seguí siendo el mismo JaeJoong, su JaeJoong, el mismo idiota de toda la vida. Pero a la vez...de alguna forma, era un JaeJoong diferente.

Su cuerpo corrió despacio entre las sábanas acercándose cada vez un poco más al cuerpo desnudo de su hyung.

Tan cerca que ahora podía incluso sentir, aunque débil, su respiración.

Se asomó otro poco más hasta quedar sobre el rostro del albino, ensimismado.

Era tan hermoso.

Sus labios se acercaron poco a poco y antes de poder llegar a su destino. JaeJoong despertó.

Sus rostros tan cercanos el uno al otro, se sonrojaron fuertemente. Él, avergonzado, tuvo el impulso de separarse pero sus músculos estaban tiesos como si le hubiera dado un calambre solo que en vez de dolor muscular...sentía mariposas.

Sin pensarlo mucho más dejó su cabeza caer despacio hasta acariciar esos suaves labios rosados con los suyos.

Fue apenas un roce, un beso puro e inocente. Que le dejo en Venus ¡No esperen!
...era Marte.

Él mayor aún mantenía los ojos cerrados para cuando YunHo se separó por unos cuantos centímetros.

Abrió los ojos lentamente, receloso.


“Buenos días” Le dijo sonriendo cohibido


Él morocho volvió a besarle de nuevo.


Porque tal vez y solo tal vez empezaba a sentir diferente
...y diferente le gustaba...




URGENTE!!

martes, 19 de abril de 2011

Ok...aviso en general si alguien tiene los dos últimos capos del YooSu (I'm Sorry I love u) porfass!! comuníquese conmigo ;w;!!

min_kim002@hotmail.com

Un beso chicas!!!

Nightmare

lunes, 18 de abril de 2011
 
TITLE: I'm sorry I love u
AUTHOR: kimmy_lin
RAITING: PG-15
PAIRING: Yoosu
CHAPTER: Five
ADVERTENCIAS: Shonen ai / Incest




JUNSU

Habían pasado unas semanas ya desde que hyung había tomado ese vuelo y bueno...su ausencia se notaba.

La última vez que había hablado con él había sido exactamente el día siguiente de su partida para avisarnos de su llegada sano y salvo al aeropuerto de Seúl. Me comentó sobre un par de cosas que había visto al llegar y nada más, no me atreví a preguntar tampoco. No cuando una mano ajena a la mía sostenía el auricular en altavoz con un aspecto no muy amigable.

Suspiré…
Mejor dejaba de recordarle…

Ese día había salido temprano de la universidad –las clases habían comenzado hace casi dos semanas – me apresuré a entrar una vez en el umbral, las luces estaban apagadas supuse que YooChun continuaría en el trabajo o perdido en cualquier lugar tan taciturno como en los últimos días.

Estado anímico que había llegado a preocuparme lo suficiente para tratar de animarlo un poco a los pocos días, claro que el asunto verbal no había marcado una gran diferencia.

Luego de aquello, el intercambio de palabras se había reducido a cordialidades – que ya significaban bastante para él - o un fingido interés por mi vida cuando quería un favor como por ejemplo que me quedara más tiempo en la universidad ya que recibiría "visita".

Sí, el trato no había mejorado mucho…

Tiré mi morral sobre el pequeño sofá de mi habitación antes de lanzarme sobre mi cama disfrutando la suavidad del colchón bajo de mi cuerpo.

Los miércoles como hoy cuando llegaba a casa temprano debía hacerme cargo de la cena a menos que quisiera oírle comentar sobre el alza de precios del petróleo – y ya que él se constituía como mi medio de transporte hacia la universidad en las mañanas – hacer la cena estaba indudablemente incluida en mi agenda de los miércoles.

Suspiré con ganas mientras tanteaba la mesita de noche en busca del control remoto. Encendí la Tv y al instante me quedé prendido de una maratón de CRIMINAL MINDS afortunadamente recién había empezado y aproveché los comerciales para correr por una cocoa y un sándwich antes de instalarme nuevamente frente a la pantalla.




 YOOCHUN

Los días se habían vuelto más aburridos de lo acostumbrados, incluso el trabajo no era el mismo. Y no lo decía porque mis horarios se habían visto sobrecargados. Sino porque...

En fin...al parecer JaeJoong había hablado con el presidente ya que a los pocos días había aparecido un nuevo muchacho para reemplazarle, decisión con la cual absolutamente nadie había estado de acuerdo – las comparaciones pueden llegar a ser muy desastrosas con tremendo rival – así que a falta de sonrisas la solución había sido ofrecerme un monto mayor y una soga al cuello.


- Muchas gracias por el buen trabajo – apenas dije cuando el último flash terminó de cegarme


Hice una última reverencia y me fui a los vestuarios, el traje otoñal que vestía congelaba cada parte de mi cuerpo ¿No se suponía que deberíamos modelar la ropa de invierno? Ya me encargaría de convencer a la vicepresidenta en cuanto me la encontrara.

Caminé hacia los vestidores con Jessica siguiéndome de cerca


- Oppa quieres que te acom...

- Estoy cansado – la interrumpí cansinamente

- Pero… - esta vez fue el sonido de mi celular el que calló sus palabras


Me apresuré a buscar en mi bolso el aparato


- Jae… - dije al ver su nombre en la pantalla

- YooChun…ah ¡Dios sí que hace calor aquí! – Me dijo

- Al menos tú no corres peligro de hipotermia o algo – le respondí


La morocha me miró indignada al ver cuanta atención le prestaba, dio media vuelta y salió de la habitación.


- … - se quedó en silencio ¿Ahora sí planeaba decirme que demonios le pasaba?

- ¿Para qué has llamado? – Le pregunté tratando de ayudarlo a hablar

- ¿Qué no puedo llamarte? – Me preguntó entre risas y nerviosismo

- Jae – le gruñí

- Puedes… - exhaló fuertemente sopesando qué decirme – sólo no preguntes por el momento

- Sabes que todo nunca ha significado nada…así que ahórrate dilemas inatingentes – sinceré pillando el significado de su silencio ¿No por nada éramos soulmates? Menudo idiota que resultaba a veces...

- YooChun…ah

- ¿Qué?

- Muchas gracias – me quedé sin palabras

- Vale ahora te cuelgo antes que el apocalipsis me agarre en pleno doceavo piso – bromeé

- Idiota – susurró – sabes que te quiero

- Como cajero automático, sí, ya desde hace buen tiempo. Ahora deja el drama y dime qué quieres

- ¡Ya!.. Ni que…ni que…vale quizás si fue un poco intencionado – admitió sacándome un par de carcajadas

- Más te vale que lo pidas de una vez antes que la generosidad se me acabe

- Quiero que compres un celular

- ¿Qué la falta de paga este mes te está afectando tanto? - me reí cambiando de posición

- Sabes que con sólo mencionar mi apellido tendría lo que querría en un pestañeo – me recordó indignado

- Vale ¿Entonces para qué…? – No necesité terminar la interrogante – Junsu

- Quiero hablarle seguro debe estar extrañándome y…


“Si Jae-hyung dice que estará bien es porque lo estará”


- ¿Sigues ahí?

- Hagamos un trato – le esclarecí - le compro el dichoso celular a ese niño y tu prometes resolver tus asuntos lo más pronto que puedas, el trabajo se ha vuelto un infierno

- No necesitas de excusas para decir que me extrañas YooChun - me dijo suavemente - y vale lo prometo en cuanto tenga un nuevo número en mi directorio

- Hecho y Jae…

- ¿Qué?

- Saluda a el asuntillo de mi parte

- ¡Yahhhhh! - le corté


Tiré mi móvil a un costado mientras me tiraba los cabellos hacia atrás. A pesar de continuar ignorando sus razones me sentía un poco más tranquilo.

Me tomó unos 20 minutos en vestirme y bajar al estacionamiento. El invierno este año era duro. Casi corriendo llegué a mi auto y conduje hacia el mall más cercano.


- Tenemos este nuevo modelo en siete lindos colores que incluye sistema de mensajería libre por todo un año y… - recitaba una de las señoritas

- Este…quiero este – dije señalando un móvil pequeño pero lo suficiente sofisticado, de esos que indudablemente aprobaría JaeJoong y lo suficientemente “majos” para alguien como…

- ¿Es para su novia? – Se arrepintió de su desfachatez cuando puse mis ojos en ella

- No – negué cansinamente

- ¿Quiere que lo envuelva? – Preguntó con temor


“Si Jae-hyung dice que estará bien es porque lo estará”


- …supongo







JUNSU

El teléfono de la sala había comenzado a sonar desde hace un buen rato, tal cual se me había ordenado ignoré cada maldita timbrada del bullicioso medio de comunicación. ¡Pero por dios santo que la gente no se cansaba de escuchar el irritante sonido de espera! Ya ni podía oír las voces de los personajes…mierda…


- ¿Bueno? – dije molesto más que dispuesto a mandar a mi queridísimo hermano al mismísimo infierno si se atrevía a recriminarme el haber contestado. Si nunca contestaba las llamadas al fijo ¿Para qué carajos lo tenía?

- Estoy llevando la cena – esa voz…

- …

- Voy a colgar – dijo y casi ni asimilé sus palabras hasta que oí el timbre de llamada finalizada al otro lado


Volví a posicionar el auricular en su posición acostumbrada y a paso lento me conduje hacia mi habitación. Al poco rato le oí entrar. Apagué la TV y me dirigí hacia donde estaba interceptándolo en el comedor. Me miró y puso todas las bolsas sobre la mesa antes de irse a su habitación a cambiarse o eso creí.

Por reflejo fui a por los platos a la cocina y en menos de 10 minutos ambos estábamos consumiendo el cerdo asado que había traído para cenar.

Miraba repetidas veces al pequeño regalo que había dejado sobre la mesa. Había tenido bastante curiosidad al encontrarlo entre las bolsas de la comida pero con los dos meses que llevabamos conviviendo había desarrollado la pequeña habilidad de preguntar lo necesario para evitar todo acto no amistoso de su parte, simplemente lo había depositado a un lado de la mesa.


- Es tuyo – dijo de pronto ¿A qué se refería?


Preferí guardar silencio antes de soltar algo no previamente sopesado, al parecer identificó mi gesto de total incertidumbre ya que dejó su plato para mirarme con cierto dejo de incomodidad.

Alargó la mano hacia el paquete y lo puso frente a mí ¿Acaso se refería a…? Eso era prácticamente imposible


- Es tuyo – repitió dejando ir todo el aire de sus pulmones con cansancio mientras devolvía la atención a su plato


¿Qué estaba pasando? ¿Por qué me estaba…? Es decir…


- Gra…gracias – apenas dije poniendo el regalo sobre mis piernas

- Hmp


De repente aquello era una especie de treta para pedirme algo a cambio, le miré de reojo si fuera así ya me lo habría dicho ¿cierto? Él no era del tipo de personas que andaban con rodeos entonces ¿Porqué…?

Se puso de pie empezando a recoger sus trastos cuando hubo satisfecho su hambre.


- Yo limpiaré – le dije, se detuvo, me observó por unos segundos y luego se dirigió a su habitación en silencio


Desvié la mirada hacia el colorido paquete sobre mis piernas. Deslicé el moño aún reacio a creer que fuera él quién me había entregado aquello. Rasgué la parte superior y pude identificar la imagen de un móvil sobre la caja blanca que lo contenía. Extraje el contenido del todo aún sin creerlo. En realidad lo era ¡Un celular!

Y a juzgar por todas las características que la publicidad contenida le atribuía supuse que no era uno cualquiera. Extraje el pequeño aparatito de su empaque. Era azul y tenía un delfín colgando de un extremo ¡Era simplemente adorable!

Aunque era otra cosa la que se llevaba el premio mayor en el directorio se observaban dos números uno perteneciente a cierto pelirrojo al cual tanto extrañaba y otro que titulaba Park YooChun como usuario.

Quizás no era un completo idiota después de todo…






 YOOCHUN

Después de ese día no había vuelto a cenar con él, había empezado un trabajo de medio tiempo en una cafetería de por los alrededores y dado que retornaba a eso de las 11:30 ya habiendo llenado su estómago. Las pocas cosas importantes y puntuales de su vida las sabía por boca de Jae quién al ya poder comunicarse con el rubio se la pasaba horas y horas hablando de cada aspecto de sus interesantes vidas tanto como los huecos en la agenda de Junsu les permitían.

Por supuesto que aquello tenía un lado bastante positivo ya que las llamadas de mi soulmate mantenían el tema “Junsu” bastante aparte.


“Si Jae-hyung dice que estará bien es porque lo estará”


Tal vez era yo quien se lo estaba pensando demasiado…


- ¿Qué quieres ahora? – Dije respondiéndole la llamada

- Y aquí vamos de nuevo – me dijo riendo

- JaeJoong enserio estoy cansado – le dije masajeando mis sienes

- La pregunta sería ¿Cuándo no lo estás?

- Y la otra ¿Porqué no te e colgado aún? – Dije cansinamente

- ¡Yahh! Encima que me digno a gastar mis llamadas libres en ti… - Jae era siempre tan sencillo

- Vale, vale, vale ¿Qué quieres amorcito? ¿Un servicio a distancia? – Le piqué riendo

- Chun…no – susurró entrecortado

- Oh vamos ¿Cómo si fuera la primera vez? ¿Quieres hacer memoria bebé?- volví a bromearle

- ¡Cuelga ahora! – Esa en definitiva no había sido su voz

- ¡Espera! Yun…- la llamada se cortó


No me digné ni a devolverle la llamada en cualquier otro caso lo hubiera hecho pero ahora literalmente estaba cayéndome del cansancio como para meterme en los asuntillos personales de mi soulmate y realmente sólo quería llegar a casa a darme un merecido descanso.

Tiré el móvil al asiento trasero y conduje lo más rápido que pude a los 20 minutos ya estaba bajando de mi auto a paso rápido.

Encajé la llave y…


- ¿Estás seguro de que estás bien? – Preguntaba una voz desconocida dentro

- Sí, muchas gracias – respondía otra no tan ajena ¿No se suponía que debería estar…?

- Vale pero déjame tu número para asegurarme que te mantendrás respirando hasta que llegue tu hermano o sino mi conciencia budista no va a dejarme tranquilo


Vaya forma tan elegante de sacarle el número, arrugué le ceño.


- Vale, vale pero a cambio debes dejarme el tuyo para saber cómo se llama mi ¿héroe? pfff

- Jajaja – rieron ambos – Shim ChangMin natal de Corea salvavidas de cada forma de vida que esté a su alcance

- Espero que no estés tratando de decirme algo con eso ChangMinnah… - ¿ChangMinnah?

- No que va yo solo decía

- Que bueno porque aquí entre los dos el más raro eres tú

- ¡Hey! Que no puedas apreciarme bien debido a tu falta de talla no es culpa mía

- ¿Pero qué dices? ¿Acaso es mi culpa que sufras de gigantismo? – Dijo indignado

- ¿Gigantismo? – se largaron a reír y decidí que ya había estado parado como un idiota lo suficiente







JUNSU

La puerta se había abierto de pronto y él había aparecido tras ella con un cansancio palpable sobre el rostro, apenas nos miró y se pasó de largo a su habitación.


- Bastante amable ¿no? – Dijo Min arrancándome otras risitas – supongo que ya que tu hermano llegó debo irme


Quise invitarlo un rato más pero no supe si eso acarrearía problemas o no así que desistí y le acompañé hasta la entrada.

Pertenecía a mi clase pero nunca habíamos hablado hasta hoy, cuando me salvó de ser atropellado por un conductor ebrio a toda velocidad. No lo había visto ni venir, simplemente había cruzado hasta que me alertó el ruido del freno forzado a menos de 4 metros, al abrir los ojos estaba tirado a un lado de la acera con un castaño gritándome lo necesitado de lentes que me encontraba.

Suspiré aún sentía mis manos temblar, él había insistido en llevarme a un hospital para que me examinaran o recetaran algún calmante yo que sé. Venía alegando que el impacto podría traerme problemas sin embargo odiaba los hospitales así que había tratado de comportarme lo más sereno que pude y así convencerlo de lo contrario.

Sostuve mis codos con mis manos, mejor me tomaba algo caliente y me iba directo a la cama.


Junsu…ah esto voy a estar sin móvil
durante unos días cuando tengo uno
nuevo te aviso ¿vale?
JaeJoong


Me llegó su mensaje desde un número desconocido. Suspiré esto no podía ponerse peor. Bebí de un sorbo la taza de té verde que me había preparado y me conduje a mi habitación a paso lento. Me quedé mirando la puerta de su habitación al llegar a la mía. Observé la hora en mi móvil iban a ser las nueve.


¿Ya cenaste?

Le envié un mensaje.

No recibí respuesta alguna, decidí tomarlo como un sí y me apresuré a entrar en mi habitación y meterme bajo las sábanas. Perdí la cuenta del tiempo que llevaba mirando el techo perlado hasta que caí dormido.

Sintiendo que quizás no pasaría un buen rato…





YOOCHUN

Habían pasado un par de días desde su primera remembranza nocturna y aunque sólo aquella vez lo había exteriorizado su aspecto demacrado y sin vida me había dicho que las pesadillas aún no habían tenido fin.

Situación que al parecer no pararía hasta terminar por afectar mis horarios de sueño también.

Así que había optado por la solución más viable y rápida de todas, hablar con Jae para que calmara al rubio y su fuero interno de una vez por todas. Solución que hubiera funcionado perfectamente si éste último me hubiera contestado alguna de las llamadas o mensajes que le había enviado.

Mierda…


- Buenas noches ¿Puedo ayudarlo en algo? – Me preguntó la señorita de la tienda

- ¿Podría darme algunas pastillas para dormir?

- Por aquí por favor – me dijo guiando hacia la caja


Pagué el importe necesario y recibí una tableta de pastillitas que esperaba pudieran resolver el pequeño problema de mi rubio hermano.

Al llegar a casa le había encontrado discutiendo con el alto orejón de la vez pasada. Quién al verme ni se había inmutado como sí lo había hecho mi consanguíneo en cuestión.


- No puedes seguir así – le había dicho derrotado aquel castaño antes de desaparecer con un portazo

- No le quiero en mi casa de nuevo – le dije molesto al ver la poca delicadeza con que su “amiguito” había tratado a mi puerta

- Lo siento – había dicho él con una congoja bastante contagiable mientras tomaba asiento en la mesa frente a mí, quizás era porque jamás le había visto así pero...sentí cierta molestia en mi pecho


La cena estaba servida y el apenas se llevaba los palillos hacia los labios, las ojeras parecían haberse multiplicado unas cuatro veces desde que le vi por la mañana. Rebusqué las tabletas en mis bolsillos y se las puse sobre la mesa tal y cual había hecho aquella vez con el celular.


- ¿Realmente soy tan molesto? – Había preguntado con la voz quebrada al ver las pastillas – lo siento en verdad lo siento – alcanzó a decir antes de correr a su habitación con los ojos rojizos por el llanto


Dejándome tan tieso como una roca sin procesar aún lo que acababa de pasar.

¡Ahh joder!… Por eso no me gustaba dármelas de bueno con las personas. Rasqué mi cabeza con impotencia ¿Qué se supone que quería que hiciera? ¿Qué le preguntara el porqué de sus pesadillas? ¡¿Qué le cantara una maldita canción de cuna?! ¿Qué le dijera que todo estaría bien? ¿Qué yo estaba aquí para él?

¡Por mí podía quedarse sin dormir todo lo que quisiera! ¡Ése era enteramente su problema!


“Si Jae-hyung dice que estará bien es porque lo estará”


¡Por mí podía…podía…! ¡¿Por qué Jae no contestaba el puto celular cuando se le necesitaba?! Mierda…





JUNSU

Odiaba cada vez que lloraba me hacía sentir tan débil...tan necesitado. Y si algo odiaba más que la cobardía era que se preocupasen por mí y ahora inclusive YooChun…

Hipé una vez más tratando de callar mi llanto. ChangMin tenía razón era un completo idiota. Tiré mis cabellos hacia atrás con impotencia ¿Qué se suponía que debía hacer? Los ojos se me cerraban por la falta de sueño sin embargo si dejaba que mis párpados se cerrasen terminaría siendo presa de mis miedos nuevamente.

Mierda…

¡Esto en definitiva no podía seguir así! ¿Qué se suponía que estaba esperando? Me incorporé sobre mi cama quedando sentado frente al televisor, realmente había intentado de todo: Leer, escribir, cambiar de posición al dormir, tomarme pastillas o una que otra infusión pero nada funcionaba.

¡Absolutamente nada!

No podía dejarme vencer por un simple sueño, era justamente eso ¡Un sueño!Algo irreal encerrado en mi inconsciente, liberado por mis miedos absurdos.

Y que si un auto había estado a punto de matarme ¡Respiraba! Aún respiraba debía agradecer aquello en vez de desarrollar un stress post traumático que terminaría matándome por su cuenta si continuaba así y esa en definitiva no era una opción.

Apagué el interruptor. Ya era tiempo de dormir y dejarme de estupideces...ya era tiempo…






 YOOCHUN

Le había oído salir de su habitación y como las otras veces simplemente cambié de posición para volver a conciliar el sueño pero no pude.

Aún pesar de que mis párpados se cerraban por la somnolencia mis pies tanteaban el piso alfombrado en busca de mis pantuflas.

Apenas sentí como mi mano abría la puerta de mi habitación o como mis piernas daban las pisadas necesarias para conducirme a la sala donde sabía que él se encontraba.

En realidad casi ni podía identificar si dormía o no, los haces de luz lunar se colaban por una de las ventanas iluminándole partes de el rostro. Yacía sobre uno de los muebles abrazando sus piernas y suaves lágrimas trazaban un par de líneas brillosas sobre cada uno de sus pómulos.


“Si Jae-hyung dice que estará bien es porque lo estará”


- Venga a dormir que así ninguno de los dos se despierta mañana – le dije o eso intenté ya que apenas y balbuceaba las palabras dada mi modorra coordinación motora

Ni se inmutó continuaba con la mirada gacha mordiéndose los labios tratando de calmarse, tomé asiento a su lado contiguo…


- Sabes... cuando de pequeño tenía pesadillas… mi madre solía… - a cada pausa que hacía me parecía que me quedaba dormido por segundos


Ante el silencio y temiendo volver a mi estado de ausencia me incorporé estirándole la mano para que hiciera lo mismo, me miró aún taciturno y accedió a mi ayuda.


- Tu mano – le dije – préstame tu mano – balbuceé


No identifiqué su mirada, mi cuerpo se tambaleaba y los párpados se me cerraban por instantes. Tomé su mano derecha entre las mías y la llevé hacia mi pecho al centro ahí donde se alojaba mi músculo cardíaco.


- ¿Puedes oírlo? Quieren que le devuelvas a su hermano…






<<Anterior                                 I'm Sorry I love u                               Siguiente>>


A call


TITLE: I'm sorry I love u
AUTHOR: Kimmy_lin
RAITING: PG-15
PAIRING: Yoosu, YunJae
CHAPTER: Four
ADVERTENCIAS: Shonen-ai/Incest



JUNSU

..............

Desde el momento en el que sus manos me aprisionaron entre él y la pared supe que todo, todo iba mal…muy mal, traté de alejarlo poniendo mis manos sobre su pecho empezando a forcejear pero dado que su fuerza era muy superior a la mía, sólo conseguí que me aprisionara aún más contra su cuerpo ¡Y sí en todo sentido posible!

Las mejillas me ardían y el que sus labios se aproximaran cada vez más a los míos, no me estaba ayudando. Cerré los ojos casi por impulso tratando de no pensar como todo aquello se veía, tratando de no pensar que aquel pobre rubio que estaba a punto de perder su primer beso a manos de su hyung, no era yo. ¡No podía ser yo!

Y le recé a cuanto dios recordara para que aquellos ojos azules que nos observaran incrédulos mostraran alguna reacción ¡Por dios que tenían que hacerlo! ¡No podía besar a YooChun! ¡Era mi hermano! ¡Mi hermano! ¡Un maldito hombre!

Empezaba a sentir ganas de llorar de impotencia

..........




- Entonces depende de lo que me des a cambio…hermanito – su comentario había sido lo suficiente insinuado para que el irme a la deriva no pareciera tan malo




Y quizás por ello me había quedado mirando como un completo idiota a la nada tratando de pensar en lo peor que podría pedirme en compensación...



- Vale – le había dicho luego de meditarlo un poco

Al fin y al cabo, pensé ¿Qué podría pedirme? ¿Qué fuera su mula por el resto de mi estadía? Lo aguantaría después de todo tampoco era como si limpiar fuera mi calvario.


Vaya error…


- Bien – dijo sonriente depositando su tasa sobre la mesa – entonces vamos antes de que te arrepientas – quizás debí haberme pensado un poco más aquella declaración, y quizás tal vez solo tal vez no estaría pasando lo que pasaba




Pero no, Park Junsu se había limitado a soltar un inteligente y nada esclarecido “¿Eh?” para luego correr detrás de ese demonio con intenciones demasiado alejadas a lo que el "inocente de mí" había creído. Es así como diez minutos después estaba sentado junto a él en un deportivo que olía a costoso hasta antes de entrar en él.


Durante todo el camino me había dedicado a observar por la ventanilla tratando de distraerme un poco sin embargo, le bastó con siete palabras para romper con todos mis esquemas posibles…




- Vas ayudarme a romper con una mina


- ¡¿Qué?! – había gritado entre aterrado e incrédulo hacia lo que acababa de decirme


- No te preocupes lo harás muy bien…





YOOCHUN

No había que ser muy atento para darse cuenta del pésimo humor de mi consanguíneo, el cejo fruncido, la mirada airada perdida en algún punto del paisaje céntrico que dejábamos detrás a gran velocidad. En ese tipo de situaciones el guardar silencio hubiera sido la mejor opción a elegir pero dado que su posible enojo me resultaba nulamente amedrentador, las palabras simplemente escaparon de mis labios.




- No ha sido para tanto – le dije sin mirarlo, soltó un gruñido y decidió ignorarme




Sonreí sabía que con eso solo lograba enfurecerlo más. Estaba siendo un cabrón lo sabía, pero no podía detenerme.




- ¿Realmente creías que iba a besarte o algo? – le pregunté con un dejo de sarcasmo


- Quieres dejarlo – siseó empezando a golpear su muslo con los puños tratando de calmarse


- Vale – dije simplemente devolviendo la vista a la carretera




El silencio nos envolvió nuevamente y aunque no estaba exactamente solo, me resultaba extrañamente agradable.


A los pocos minutos mi celular comenzó a sonar distinguí el nombre de mi soulmate en la pantalla. Me extrañé, usualmente para que llamara a estas horas – cuando estaba acompañado – era o para echarme en cara algo o...miré a mi consanguíneo sobre el asiento trasero...Junsu




- Yah!! ¿Que aparte de bruto estás sordo? – gritó a forma de saludo


- Buenos días a ti también JaeJoong


- Aish… Junsu ah ¿Qué tal el primer día en la universidad? – dijo ahora más animado afirmando mis sospechas


- Bien… – respondió con voz queda


- … – guardó silencio un momento - ¿Qué ha pasado? – preguntó




Vale, tenía que quitarle la posta sino dado el menudo gesto de indignación que llevaba encima supe que se avecinaría una catarsis extremadamente larga.




- Enma Carlton – me adelanté


- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Rompiste con ella?....Espera – lo pensó un poco mejor - ¿Que tiene que ver Junsu en eso?


- Te acuerdas que yo te había pedido que…


- ¡Mierda! ¡Tú! ¿Qué le has hecho a mi bebe? – me interrumpió


- Nada que él no hubiera aceptado – ok, basta decir que al ver su rostro de mártir supe que había pisado territorio minado – te hablo luego, nos vemos en la pizzería del centro a las tres


- ¡Espera! – corté la llamada




El silencio nos envolvió una vez más salvo que esta vez era entrecortado por el crujir de los nudillos de mi hermano, sabía por experiencia – e intuición – que llegado a ese punto bastaba un detonante para sacar toda esa miscelánea de adjetivos calificativos hacia mí que de por sí ya luchaban arduamente por escapar de su garganta…


¡Por Dios que la idea de ver “a ese niño bonito” fuera de sí se me hacía atractiva! Miré la hora en mi móvil faltaban unos quince minutos para las tres, mi estómago rugía lo suficiente para detallarse reacio a retrasos.




- ¿Ibas a hacerlo? – preguntó sin despegar su mirada de la ventanilla tan bajito que creí haberlo imaginado


- ¿El qué? – pregunté, exhaló fuertemente, impaciente


- Besarme - aclaró


- No – negué sinceramente, pareció respirar un poco más tranquilo al oír mi respuesta


- La próxima vez que intentes robarme el espacio personal de esa manera…te mataré – susurró tan banalmente que más pareció habérselo dicho así mismo


Sonreí…Sin duda Park Junsu resultaba cada vez más interesante…




JUNSU

La cabeza me daba vueltas ante la interrogante ¿Realmente habría llegado a besarme? El sólo pensarlo me hacía sentir tan extraño y como cualquier otro hombre no sé… insultado. Felizmente todo el enojo que podía haberme embargado se vio apaciguado con su negativa y el pequeño paseo hacia la pizzería según había acordado con Jae-hyung.


Aunque aún estaba ese algo que me mantenía inquieto. De acuerdo a sus palabras, ya le había pedido a JaeJoong el mismo “favor” ¿Acaso Jae-hyung se había negado? Fruncí el ceño al recordar nuevamente lo que hace unas horas había protagonizado…




.........


Juro haberla amado cuando escuché su grito enajenado al ver a su novio a punto de besar a otro. Aún a pesar de no haber entendido absolutamente ninguna palabra de lo que sus labios rojos modulaban.


- YooChun! What the fuck is this mean?


Sus labios se alejaron de los míos, no supe cuán bien me sentí hasta que nuevamente me atrajo hacia él, esa colonia empezaba a gustarme y eso solo logró indignarme aún más ¿A qué demonios estaba jugando?


- Nothing, I just trying to make up a little with my boyfriend

- Your what?! – había gritado encolerizada

- Can you please live us alone? We’re a little busy here– por su semblante arrogante, supe que no estaba diciendo cosas muy agradables a los oídos de la rubia

- Are you telling me that you are a homo?

- No I'm just telling you that I want to trial another options, my Dear


En determinado momento las palabras pausadas, moduladas casi insinuadas adquirieron un tono de voz muy alto, conforme la rubia me miraba enfurecida y más que dispuesta a hacerme el daño que le fuera humanamente posible.


- I wish you die soon with your blond bitch, you bastard – dicho eso se había ido a paso rápido no sin antes dirigirnos una profunda mirada de odio


El simplemente había sonreído y hecho sonar las llaves de su auto como un gesto de “sígueme”. Dejándome ahí, inmóvil, confuso...

Se detuvo a unos cinco metros de distancia al no sentir mis pasos secundar llos suyos.


- ¿No vienes? - preguntó

.........


Nunca antes había querido golpear a alguien tanto en mi vida a tal punto que pudiera deshacerme toda esta arritmia estúpida de la cual mi corazón había sido presa.


Inhalé profundamente tratando de descartar todo recuerdo no grato, afortunadamente al devolver mi mente a la realidad YooChun ya estaba aparcando el auto. Empezaba a sentir esa colonia de nuevo.


Ok, definitivamente tenía que alejarme de su auto lo más pronto posible "de él" sino quería tener más “evocaciones” de las que ya estaba teniendo, de un brinco desabordé el majestuoso Porsche y le esperé fuera.


Al salir distinguí a Hyung a lo lejos, estaba apoyado de espaldas a su auto tan deslumbrante como siempre. Me sorprendió que no se hubiera acercado al reconocer el auto de YooChun.


Alcé una mano para saludarlo. Cuando en eso noté como un tercer brazo lo rodeaba cariñosamente y todo encajó en el pequeño rompecabezas de mi mente.


O bueno no tanto...


¡¿Qué?! ¿Jae-hyung tenía novio? ¿Pero no era…?


Volteé a ver a YooChun quién acababa de bajar del auto, se posicionó a mi costado mientras observaba la escena con una sonrisa, le hizo un burlesco gesto de saludo con los dedos al alto pelinegro que abrazaba posesivamente a mi pelirrojo hyung y este lo miró con odio.


No entendía absolutamente nada… El pelinegro besó a Jae bajo la atenta mirada de YooChun quién no hizo más que ensanchar su sonrisa.




- ¡Te esperamos dentro! – le gritó y comenzó a caminar en dirección al restaurante


- ¡Espera! – exclamó rompiendo el beso, le dijo algo ¿a su novio? Y caminó rápidamente en nuestra dirección




Tardé unos segundos en reaccionar para luego seguirle los pasos a ambos, miré de reojo como el pelinegro pateaba con todas su fuerzas los neumáticos de su auto supongo. Empezaba a plantear mis hipótesis, pero preferí esperar a que hablaran al respecto y descartar ideas.







YOOCHUN

Había tenido que morderme la lengua para no reventar a carcajadas ante la escenita de celos que Matt – si no me equivocaba – había protagonizado. Desde el inicio me había caído particularmente mal no por por su relación con Jae sino porque a pesar de que mi soulmate le hubiera informado acerca de nuestras “libertades” él continuara celándolo.

Se me hacía estúpido, desesperado y nada digno. Mi soulmate me dio un ligero golpe en la espalda cuando llegó a alcanzarme, sin querer vi al ahora ex novio de mi amigo y no pude evitar sentir cierta pena por él.




- Puedes hacerme el favor de no mirarlo – me dijo cansado




Asentí en silencio mientras sonreía galante a la maravillada señorita que nos guiaba hacia nuestra mesa. Una vez instalados y con los platillos frente a nosotros, Jae decidió romper el silencio.


- Y… ¿Qué ha pasado? – preguntó tratando de pasar por alto sus recientes experiencias


- Te dije que nada – respondí con molestia mientras masticaba un generoso trozo de pizza


- No hables con la boca llena y no, no te creo – dijo cruzándose de brazos – Junsu tu…


Cruzamos miradas, lo noté particularmente tranquilo seguro por la ansiedad que los últimos acontecimientos le habían brindado. Así que me relajé y centré toda mi atención en la pizza que había pedido, realmente lo último que quería era una escenita de madre por parte de Jae.


- Un intercambio de favores nada equivalente – respondió Junsu simplemente


JaeJoong me miró desconfiado y le incitó a continuar


- Le ayudé a romper con la tal Emilia Cartón – dijo sin dejar de comer


Bastaron dos segundos para que ambos estuviéramos riendo a carcajadas limpias


- En…Enma Car...Carl…Carlton – le corrigió Jae entre risas


Tuve que sostenerme el estómago para tratar de detener el dolor abdominal.


- Lo siento – dijo él avergonzado


- Continua…continua – le incitó tratando de calmar sus risas


- Bien, así que por algún motivo aún desconocido yo fui la causa


De pronto las risas se apagaron y sólo se escuchaban los ruidos de mis dientes triturando la pasta en mi boca.


- ¿Qué hizo exactamente? – preguntó


- ¿Porqué no cambiamos el tema? – sugirió con una sonrisa más que falsa empezando a recordar nuevamente


- Tenía que hacerlo verídico – me defendí, recibí una mirada gélida de un rubio y un golpe en el hombro de un pelirrojo – vale…me callo


- No te vayas a asustar pequeño, es que tu hermano es un idiota y esa chica estaba obsesionada con él y al parecer su cerebro no funciona tan bien como creía


- Eso supuse – admitió él sin mirarme ni dejar de devorar sus respectivos platillos

- Ya que estamos opinando tanto… ¿Porqué no nos cuentas un poco de Matt? – dije satisfecho al ver cómo me fulminaba con la mirada


- No hay nada que contar – dijo recostándose del todo en el respaldar tomando su copa de vino correspondiente


- ¿En serio? Por lo que vi yo diría que sí – como adoraba las venganzas


JaeJoong abrió la boca para decir algo sin embargo el sonido de su celular lo detuvo, sonrió con complacencia hasta que vio de quién se trataba. Su rostro pasó de la sorpresa a la nada misma y luego a la ¿felicidad?


Sin decir absolutamente nada se dirigió a los servicios a contestar la llamada.


Me quedé mirando el camino por el que acababa de irse. Si de algo estaba seguro era que...


- ¿Que pasó? - me preguntó intrigado


- No lo sé - mentí




JAEJOONG

Al observar su nombre sobre la pantalla de mi celular había rememorado cada bendito momento en su compañía, parpadeé repetidamente para asegurarme que en efecto no se trataba de una treta de mi mente.




- ¿Diga?


- Jae…JaeJoong


- … – ¿En realidad estaba escuchando su voz? ¡Estaba escuchando su voz! Las palabras se atoraban en mi garganta


- Te necesito… - aquellas dos palabras fueron más que suficientes




Mojé mi cara, sonreí a mi reflejo y me dispuse a abandonar los servicios higiénicos. Llegué a la mesa Junsu me miraba extrañados, YooChun le restaba importancia. Les sonreí mientras tomaba asiento en el lado equivocado.




- Tengo que viajar – les dije


Junsu dejó de meterse comida a la boca para mirarme con incertidumbre. YooChun sólo me miraba, mordiéndose la lengua para no preguntar nada, le agradecí con la mirada.

 
- Tengo que viajar ahora – volví a repetir mientras me incorporaba sentía impulsos de correr hacia mi auto y conducir rápidamente hacia el aeropuerto


YooChun extrajo su billetera y puso los billetes sobre la mesa, me miró y se dispuso a abandonar el establecimiento.


- Vamos Junsu…ah – literalmente tiré de su brazo para obligarlo a ponerse en pie

 
YunHo ah…sólo…Sólo espérame…




<<Anterior                                  I'm Sorry I love u                              Siguiente>>